“Intentan mayor partidización de la FANB con regreso de militares”
Rocío San Miguel y el almirante Jesús Briceño consideran que en la institución habrá resistencia ante oficiales extremistas. Creen que el presidente busca blindarse para 2016
El retorno de los oficiales que desempeñan cargos públicos a los cuarteles, anunciado por el presidente Nicolás Maduro el sábado, tendrá varios efectos en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
“El presidente no cuenta con el apoyo de la estructura de los funcionarios del Estado para hacer populismo. Necesita de la FANB como mano de obra obediente, subordinada y disciplinada. Esto se traducirá en intentos por tratar de lograr una mayor partidización y politización de la institución, pero creo eso ya no funcione y está por verse si la Fuerza Armada estaría dispuesta a permitirlo dado el declive de poder que Nicolás Maduro representa”, consideró Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad y Defensa.
Calificó de “engañoso” el anuncio sobre el retorno de los oficiales, y que solo dejarán algunos, para reforzar a los cuatro componentes y a la Milicia. Cuestionó que la organización castrense sea manejada “bajo el libre arbitrio del presidente” porque la FANB requiere del control democrático.
Alertó sobre el reforzamiento de la unión cívico militar que traerá consigo el retorno del Plan Bolívar 2000. Sostuvo que este programa de incorporación castrense a tareas sociales “fue uno de los mayores bastiones de corrupción en la reciente historia gubernamental”.
El vicealmirante retirado Jesús Briceño García, ex comandante de la Armada, indicó que aunque el regreso de los militares para reinstitucionalizar a la FANB era una petición recurrente de varios sectores, ahora podría ser más palpable la desjerarquización y la politización interna.
Coincidió con San Miguel en que se redujo la influencia gubernamental sobre la administración pública y cree que la decisión de Maduro está relacionada con la disciplina castrense: “Quizás busquen colocar a extremistas donde hay oficiales disciplinados, pero cada vez es mayor la presión interna dentro de la Fuerza Armada por la institucionalidad. Allí hay una explosión difícil de controlar, existe un alto nivel de individuos inclinados por la democracia”.
Briceño calculó que en la administración pública hay cerca de 1.632 oficiales en diferentes cargos. Añadió que otro aspecto clave es la cantidad de generales y almirantes que aún están activos, con lo cual será complejo la reubicación en los puestos militares cuando se concrete la vuelta de los que están fuera.
El oficial retirado señaló que actualmente muchos oficiales superiores desempeñan funciones en posiciones que son para militares de menor jerarquía.
Corrupción. El politólogo José Antonio Rivas Leone afirmó que la decisión presidencial a primera mirada luce saludable. Sin embargo, destaca que el mandatario actúa como repuesta a un escenario postelectoral y de reacomodo de posiciones, que comenzó con el Partido Socialista Unido de Venezuela. “El presidente busca reacomodar y blindar a la Fuerza Armada ante los escenarios de 2016, que podrían ser agitados, y en los que podría surgir un referéndum revocatorio”, reiteró.
Dijo que la actuación militar en la administración pública ha estado marcada por dos elementos fundamentales: la ineficiencia en el logro de metas y los altos niveles de discrecionalidad en el manejo de los recursos “que se traducen en corrupción”. Pese a no proceder de la vida castrense, Maduro profundizó la ocupación militar en aéreas como alimentos, seguridad, bienes de primera necesidad y finanzas, añadió.
“Salvo algunas excepciones el desempeño de los militares, este pretorianismo, en los cargos públicos ha sido cuestionado”, expresó. El analista recordó que la mitad de los gobernadores son militares retirados.
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