El cambio está en nosotros
Por un lado, los malandros que han creado todo un caos económico castigan al panadero por ajustarse al sistema que el gobierno mismo ha creado con la expropiación de sus negocios, mientras esto ocurre no ha habido una sola manifestación popular en contra de tal arbitrariedad
Tengo varias ediciones sin poder compartir lo que pienso con ustedes por varias razones: una laboral, estuve trabajando en el Internet Freedom Festival en Valencia, España, es una conferencia que llama a los activistas y desarrolladores con más destaque en la lucha por la libertad y en contra de toda vigilancia gubernamental en el mundo web. Al llegar nuevamente a mi país, volvieron esos trazos depresivos que se adhieren al cerebro como si fuese chicle viejo en un zapato al andar descuidados, si no nos fijamos en los que realmente nos motiva caemos en un vacío terrible del cual es muy difícil escapar, y es que, no es para menos. Veo el escenario político con espanto que ahora es solo superado por la gran descomposición social que nos carcome como salitre al metal, como el hongo al pan, como el hambre al pensar.
Por un lado, los malandros que han creado todo un caos económico castigan al panadero por ajustarse al sistema que el gobierno mismo ha creado con la expropiación de sus negocios, mientras esto ocurre no ha habido una sola manifestación popular en contra de tal arbitrariedad y para ponerle una cereza al pastel los partidos políticos solo están mendigando unas máquinas al CNE para validarse. Yo sinceramente no entiendo, bueno sí lo entiendo. Mientras la sociedad civil clama por libertad, en el mundillo político opositor ya se están repartiendo cargos, se sabe quién va para cual alcaldía, a quien le toca cual gobernación y por encima ya todos tienen su candidato presidencial. Mientras el gobierno desmantela a los sobrevivientes de su masacre a la empresa privada, nada me deja de sorprender.
Lo más triste es este tipo de actitud, y me refiero a la actitud malandra como la propia de una dictadura, la actitud del “mientras yo esté bien no me importan los demás” de algunos miembros de la oposición. Lo que nos estamos haciendo entre nosotros mismos disminuye las ganas de seguir intentándolo; como el caso que denuncia Ciclope producciones, con quienes he trabajado durante años, les he visto crecer con honestidad y constancia, decidieron prestarle sus servicios a un particular confiando que luego les habría de pagar, en la denuncia hacen referencia a la ausencia de voluntad de pago al organizador Bhakti Yoga Fest, Henry Quintero, en los comunicados de Ciclope expresan que luego de meses esperando aún, Quintero no paga los servicios recibidos. Lastimosamente esa es la descomposición social en la que vivimos, nos estafa el estado, nos estafan los partidos, nos estafan los amigos. ¿En quién confiamos? ¿Hemos llegado al sálvese quien pueda? Por mi parte, cada vez me toma un poco más tomar vuelo, es difícil salir a la calle sin vivir trauma y tratar de brindar oportunidades para que la libertad agarre oxígeno, pero sin ustedes no lo puedo hacer ¿Estás dispuesto a cambiar a Venezuela? Para eso debemos cambiar nosotros, en colectividad, no asumir que somos buenos y contribuidores, sino realmente serlo.
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