La pérdida del poder adquisitivo del bolívar lleva a comerciantes y compradores a buscar mecanismos alternos para conservar el valor de sus operaciones. Las divisas y criptomonedasse perfilan como una nueva opción visible en centros comerciales y locales de Caracas.
Sesenta  dólares. Ese es el precio del smartphone más barato que tengo disponible”, dice una de las recepcionistas a un cliente en el C.C. Metrocenter. En la tienda, especializada en ventas de teléfonos inteligentes, aceptan el pago con dólares en efectivo o hasta por transferencias a través de sistemas electrónicos o bancos estadounidenses.
Celulares, repuestos y auriculares de todas las marcas pueden encontrarse en los anaqueles del local. Son productos importados desde Estados Unidos y China, que suelen ser escasos en el país, y que se venden en eurosdólares o a sus precios en bolívares equivalentes a la tasa de cambio paralela del momento.
Pero también aceptan criptomonedas, especialmente el Bitcoin, la más popular y de mayor valor. Así lo pudo constatar Efecto Cocuyo durante un recorrido por algunos comercios de la ciudad capital.
Estas actividades estuvieron prohibidas en Venezuela desde la implantación del control cambiario en 2003. Desde ese momento, las autoridades las tacharon de ilegales y apresaron a quienes consideraron responsables. Pero ahora, con la derogación de la Ley de los Ilícitos Cambiarios, las transacciones en distintas monedas al bolívar han proliferado.
“Aquí aceptamos dólares o euros en efectivo, o por transferencias. También se puede pagar en bitcoin, pero ya eso se habla con el jefe”, explica Andreína, empleada de una tienda de tecnología mientras muestra un reproductor a posibles compradores. “¿Cuál es el precio?”, preguntan. “¡Son 110 dólares y te lo llevas!”, responde Andreína.
En un país que tuvo numerosos controles gubernamentales sobre la adquisición de divisas y para la venta de mercancía algunos parecen haber hecho caso omiso. Ello, a pesar de las fiscalizaciones a tiendas de electrodomésticos y arrestos contra gerentes por supuesta “especulación”.

Las divisas son la solución para muchos

Solo el 30% de la población venezolana tiene acceso a divisas, ya sea por la vía de las remesas o por remuneraciones en la moneda extranjera, según la firma de análisis financiero Ecoanalítica.
Es el caso de Rafael Pérez, abogado, quien prefiere pagar directamente en divisas para no “perder tiempo” buscando personas que quieren comprárselas en bolívares. A ello se suma, detalla, que los precios en la moneda nacional son muy altos. Por lo tanto, resulta complicado tener tanta liquidez en cuentas bancarias.
Para él, teniendo un ingreso fijo en divisas, es menos engorroso pagar directamente en dólares o euros que hacerlo en bolívares. “Simplemente voy y compro. No me preocupo por más nada”, contó a Efecto Cocuyo.
También es el caso de Lucía Hernández. Se dedica a la bisutería y la mayoría de sus productos de trabajo son importados. “Yo hago todo de la mejor calidad posible, pero vendo en cualquier moneda menos bolívares porque necesito ahorrar”, precisa mientras conversa con un grupo de clientes en el centro de Caracas.
Pero no solo se le dificulta la adquisición de la mercancía, sino que en “bolívares es imposible reponer inventario, porque, cuando vendes el producto, comprar los materiales ya es más caro”. Sin embargo, tiene algunas excepciones: acepta bolívares únicamente al valor que indica la tasa cambiaria del mercado paralelo.

Criptomonedas para evadir la hiperinflación

La hiperinflación en Venezuela ya registra 13 meses, de acuerdo con la Asamblea Nacional. Por su parte, las proyecciones revelan que este año cerrará en más de 1.000.000%, según estima el FMI. Y el incremento acelerado de los precios a diario pulveriza el poder de compra del bolívar, lo que causa que muchos se deshagan de él rápidamente.
Roxana tiene una tienda virtual de venta de calzados. Sus mayores ingresos ocurren en criptomonedas. Aunque tienen precios volátiles, ella prefiere recibir monedas digitales porque “hay más chance de que se revaloricen”.
Un usuario puede obtener una fracción de bitcoin a un precio de 6.000 dólares, pero corre el riesgo de perder o aumentar su ganancia, ,dependiendo de la volatibilidad del precio.
No obstante, las transacciones son instantáneas con solo escanear un código de dirección de wallet.
“En algunos casos puedo pasar de tener 500 dólares en mi cuenta a $300. Pero al entender esto, es una buena forma de aumentar los ingresos”, concluyó.
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