Enrique Meléndez: Terror en nuestras carreteras
Eso que ha sucedido con la trágica muerte de los peloteros del Cardenales de Lara, es algo que sucede a diario en las carreteras venezolanas; sólo que se viene a observar lo grave del asunto, cuando ocurre en el caso de un personaje emblemático como estos jugadores José Castillo y Luis Valbuena y yéndonos un poco más atrás, en el caso de la actriz Mónica Spear; que también perdió la vida en estas condiciones, precisamente, en el mismo o cerca del lugar, donde esta gente tuvo el fatal accidente; impactando el vehículo, en el que iban, con unas piedras, colocadas en forma alevosa en la vía: verdaderas minas de guerra; para que el primero que pasara, se descarrilara, y es aquí donde los delincuentes, que están como caimán en boca de caño, a la espera de la presa, te caen y te saquean, sino es que te violan a tus niños y niñas.
Obsérvese que lo más trágico, que se leía en los mensajes, que se transmitían por las redes sociales, es que los delincuentes, que tenían preparada esta emboscada en la vía entre Yaracuy y Lara, que fue donde se volcaron estos peloteros; entre la vida y la muerte, despojaron a esta gente de sus pertenencias, y que es donde salen a relucir esos falsos valores, que ha sembrado esta clase dirigente, que nos gobierna, en la conciencia de la sociedad; empezando por la inmisericordia: ¿qué me importa a mí la vida de este sujeto, si es un rico?
Por aquí comienzan esos falsos valores: ser rico es malo, y que Hugo Chávez lo repitió más de una vez, a propósito de esos arranques de resentido social, que lo caracterizaban; además del envenenamiento ideológico, que llegó a adquirir en medio de sus trasnochos; pues su ideología comunista la vino a expresar, en un momento en que ésta ya se había vuelto obsoleta; aparte de que el menos autorizado, desde el punto de vista moral, para proclamar semejante sentencia, era él; un sujeto a quien la suerte le había deparado ostentar una gran fortuna (no sin razón, ahora se viene a difundir, que su hija María Gabriela es una de las más ricas del planeta), en medio de la dicha que aquello suponía.
Entonces, al venezolano se le acentuó más el sentimiento de la vida fácil. Con Chávez no llegaba el pobre al poder; llegaba el arribista; vista una trayectoria política, que había arrancado con un golpe de suerte, en un país que no medía las circunstancias; por lo que había dirigido todas sus expectativas hacia el discurso demagógico de este señor; sin tomar en cuenta que ese golpe de suerte había consistido en una felonía, y que portaba una ventaja comparativa; para hablar con el lenguaje de los economistas; tomando en cuenta su condición de militar en un país de tendencia militarista; además de estatista y de bolivariana; que era lo que interpretaba Hugo Chávez, gracias a su enorme talento de demagogo, y que era lo que confundían con talento político algunos columnistas, que se asombraban con las famosas jugadas maniobreras de este señor.
De hecho, se invistió con el ropaje del Libertador, hasta creer en medio de sus delirios, que era la transmigración de su alma; fundamentándose en el mito del culto a Bolívar. Sin haber interpretado a cabalidad el pensamiento del Libertador. Empezando porque el Libertador era de espíritu monárquico; la antípoda de aquella ideología, que había proclamado José Tomás Boves de una República de gente de color, y que era lo que llevaba a Juan Vicente González a considerar a Boves el primer demócrata de Venezuela. He allí a la democracia, a la que le temía el Libertador en su época; a la democracia de “todas las razas y colores”, como él mismo la llamaba, y que es lo que proclamó Chávez desde que asumió el poder: el gobierno de la presunción. He allí la frase, que se viene repitiendo en nuestros anales desde Manuel Vicente Romerogarcía, el primer novelista nuestro: estamos en el país de las nulidades engreídas y de las posiciones consagradas. ¿Qué explicación tiene el hecho, de que en todas las empresas tiene que haber un decreto oficial, enmarcado en un cuadro, donde se exprese que en ese lugar están prohibidos los actos de racismo; en un país, donde el calificativo de negro viene a ser una expresión de cariño? La búsqueda de la supremacía de los “afrodescendientes”, pero con una intención de exclusivismo político.
Que es lo que destacan los politólogos, que suelen caracterizar a las tiranías; la necesidad de crear un enemigo; como en su caso, Hitler lo proyectó en los judíos, gitanos y homosexuales, y que era lo que el viejo Vallenilla Lanz consideraba en su época, como nuestros períodos de agregación y de desagregación de nuestra sociedad; al punto de que en esos períodos de desagregación llegamos a estos estados de inmisericordia, que estamos viendo en nuestras carreteras, y esto, porque el enemigo es el rico, y al rico al que destruirlo; unido, por lo demás, al afán por la riqueza fácil.
Lo que traduce, en ese sentido, el gran fracaso de la casta militar, que llegó con Chávez al poder; en todos los ámbitos, pues una de las cosas, que llevó al venezolano a votar por Chávez en aquellos momentos, lo constituía el hecho de que se veía en su proyecto político la garantía de una seguridad estatal; que iba desde el combate a los delincuentes de cuello duro; como a estos vándalos de carretera; además de que esta era su principal bandera demagógica: un militar íntegro. De hecho, la muerte de Mónica Spear imponía la necesidad de combatir sin inclemencia a este tipo de delincuencia, y no obstante, aquí la vemos cobrarse nuevas vidas, y que lo lleva a uno a pensar en la complicidad de los organismos de vigilancia de nuestras carreteras con esta delincuencia; aparte del canibalismo, que tú te consigues en las llamadas alcabalas móviles, donde te extorsionan, te decomisan lo que les da la gana; un verdadero terror uniformado.
melendezo.enrique@gmail.com
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