Aerolínea TAP
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La investigación que abrió Portugal después de que Caracas acusó a la aerolínea TAP de permitir que un familiar del presidente encargado Juan Guaidó llevara explosivos a bordo de un avión demostró que no se cometió ninguna irregularidad, indicó el ministro de Interior portugués.
«No hubo ninguna violación de las normas de seguridad, tanto en el aeropuerto de Lisboa por parte de las autoridades aeroportuarias como por parte de la compañía aérea TAP», consideró Eduardo Cabrita, ministro portugués de Interior, en unas declaraciones realizadas el sábado por la noche a la cadena pública RTP.
Los «resultados preliminares» de la investigación «son muy claros», subrayó.
Dicha investigación se comenzó el pasado 14 de febrero por las autoridades portuguesas, a raíz de las acusaciones del régimen de Nicolás Maduro.
El lunes pasado, Caracas suspendió por 90 días las operaciones de TAP hacia Venezuela. Argumentó que la compañía portuguesa había permitido que Juan Márquez, tío del opositor Juan Guaidó, transportara explosivos a bordo de un avión.
Márquez, que viajaba junto con su sobrino de regreso al país después de una gira internacional por Estados Unidos y Europa, fue detenido a su llegada a Venezuela. Según Diosdado Cabello, presidente de la asamblea nacional constituyente, Márquez llevaba explosivos escondidos en varios objetos.
Cabello acusó a TAP de haber violado las «normas internacionales» al permitir que Márquez «llevara explosivos». También por ocultar en la lista de pasajeros la identidad de Juan Guaidó. A Guaidó lo reconoce una sesentena de países -Portugal incluido- como presidente encargado de Venezuela.
Lisboa considera que la suspensión era «inadmisible» y un gesto «poco amistoso». TAP, que realiza dos vuelos semanales a Caracas, indicó que había respetado todas las medidas de seguridad. Según la aerolínea, la suspensión podría costarle cerca de 10 millones de euros.
TAP es una de las pocas compañías aéreas que continúa operando vuelos a Venezuela, pues la mayoría de las aerolíneas extranjeras ha ido dejando el país desde 2013, cuando el precio del petróleo -que genera 96% de los ingresos del país- empezó a caer.