Buenos días, pitaceros. La imagen de jóvenes trasladados a prisión por protestar evidencia el ascenso a una nueva fase de autoritarismo en Venezuela. Las lágrimas de las madres venezolanas reflejan el dolor de una nación. Al verse privados de su libertad, los jóvenes detenidos pagan con su libertad la osadía de pedir democracia. El derecho a disentir se ahoga entre rejas, mientras familias desgarradas claman justicia. La construcción de nuevas prisiones no hará sino aumentar la desesperanza y consagrar la impunidad de quienes pretenden eternizarse en el poder. ¿Es este el "hombre nuevo" que en algún momento prometió forjar el chavismo? Las familias claman por el regreso de sus seres queridos, pero enfrentan un sistema judicial parcializado que los mantiene cautivos.
¿Ese era el plan real? |
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