Bajo la pluma de María se escribe la sorprendente historia de Bargemon, un santuario mariano olvidado y luego hallado, en un pequeño pueblo del Alto Var (Francia). En el siglo XVII, la Virgen se apareció allí bajo la apariencia de una bella peregrina de larga cabellera, dorada y ondulada, ataviada con un vestido de tafetán verde. Una imagen que contrasta con sus otras apariciones desde Lourdes hasta Fátima.
En efecto, el 17 de marzo de 1635, la Santísima Virgen visitó a la señora Caille, vecina de Bargemon, quien padecía intensos dolores que le impedían caminar correctamente, y quiso que la acompañara a la iglesia para orar. A su regreso, la hermosa Señora le promete su curación y le pide que le haga un vestido para reemplazar el averiado.
La señora Caille se da cuenta de que este encuentro es con María, cuando recibe al día siguiente la visita de seis penitentes blancos que han venido para pedir a su marido, un maestro vidriero, que restaure el relicario en el que se encuentra la pequeña estatua de Nuestra Señora de Montaigu (originaria de Bélgica). El relicario está cubierto de tafetán verde y la señora Caille reconoce la misma calidad del tejido que tenía el vestido de la hermosa peregrina. Al instante siente que el dolor la abandona. El pueblo fue testigo de su espectacular curación y el obispo de Fréjus reconoció la aparición en 1641 bajo el nombre de “Nuestra Señora de Bargemon”. Muchos peregrinos acuden de toda Francia, hasta el punto de que el rey Luis XIII impone un decreto para regular el movimiento de las multitudes. Las gracias y los milagros abundaron hasta la Revolución que obligó a los habitantes a esconder la estatuilla. Poco a poco el santuario fue cayendo en el olvido…
Lo que sigue es igual de sorprendente: el padre Philippe-Marie Mallais-Fontenel, sacerdote de la diócesis, trabajó durante mucho tiempo en la dirección de Radio María Francia. Deseoso de tomar un respiro, en 2012 aceptó su nueva misión en este pueblo remoto y aparentemente pacífico. Como si María lo hubiera conducido hasta allí, poco después de su llegada, descubrió en su casa parroquial la estatuilla de “Notre-Dame de Bargemon” y, unos meses más tarde, el libro “El tesoro desconocido” del hermano Raphaël ¡que relata las múltiples curaciones que tuvieron lugar entre 1635 y 1640 gracias a su intercesión!
Existe entonces una verdadera conciencia de la riqueza del mensaje de Bargemon y de su relevancia para el siglo XXI, porque aquí la Virgen María invita a todos a la conversión, viniendo Ella misma a orar a la iglesia local. ¡Ella muestra el camino hacia Cristo! Y las maravillosas gracias de María vuelven a inundar a los peregrinos.
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