Buenos días, pitaceros. La desaparición forzada de Rafael Tudares Bracho, yerno de Edmundo González Urrutia, denunciada por su esposa Mariana González, confirma que un nuevo ciclo de represión ya inició, previo al 10 de enero, día en que la Constitución establece el comienzo de un nuevo período presidencial. El incidente, perpetrado frente a menores de edad, ejemplifica la sistemática intimidación contra familiares de opositores. Un esquema en el que los lazos familiares se convierten en un pretexto para la represión estatal. La transformación del parentesco en delito representa una peligrosa deriva autoritaria que destruye la convivencia democrática y normaliza la violencia institucional. La detención arbitraria de Tudares se suma a más de 2.000 casos similares tras las elecciones presidenciales, al menos una docena en ejecutados las últimas 24 horas, como evidencia de un patrón de criminalización del disenso.
¿Hasta cuándo gobernará el horror? |
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