HECHO EN REVOLUCIÓN
Con
las dos muertes de El Chafarote de Sabaneta (28 de diciembre de 2012 en La
Habana y el 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar doctor Carlos Arvelo,
Caracas) su sucesor inconstitucional, Nicolás Maduro, de dudosa nacionalidad
venezolana, continuó con mayor fuerza la obra de destrucción de la calidad de
vida del pueblo venezolano, que comenzó en febrero de 1999.
El
21 de octubre de 2015 el articulista de El Nacional, Cipriano Heredia
S., recordó:
-A finales del año pasado los economistas y diversas
firmas especializadas se debatían sobre si la inflación en Venezuela
sobrepasaría o no el 100% en 2015. En ese momento además el precio del dólar en
el mercado paralelo hacía su tránsito de los 100 bolívares hacia los 200
bolívares a un ritmo avasallante, haciéndonos entender a todos una dura
realidad: terminábamos un año muy malo, y estábamos por empezar un año que
sería aún peor, tal y como ha sido.
Pero “Hoy en día, ya en curso el último trimestre del año,
la situación económica es simplemente asfixiante: a una notable y desesperante
escasez de bienes básicos se suman la inflación más alta del mundo por tercer
año consecutivo, y el proceso de devaluación de la moneda más brutal de la
historia patria, y probablemente de la historia mundial”.
Observó luego:
-De hecho, la escasez de algunos rubros
sobrepasa 80% en diversos lugares del país y hay productos que simplemente
desaparecieron. La inflación ya se ubica en más de 200% en los últimos 12 meses
(anualizada) y la devaluación acumulada de nuestra moneda frente al dólar desde
1999 hasta el presente asciende –lea bien y agárrese– a 139.400% (esto resulta
de dividir 800.000 bolívares –verdadero precio actual del dólar a bolívares
viejos–, entre 573,88 bolívares –precio del dólar el 2 de febrero de 1999–, lo
cual da 1.394, que es el número de veces que el bolívar se ha devaluado frente
al dólar a ese precio, lo cual, multiplicado por 100 para sacar la
devaluación porcentual, arroja la impactante cifra ya citada de 139.400%).
Precisó después:
-Los números
anteriores constituyen toda una inyección letal a la economía y han puesto al
venezolano común en una situación de precaria supervivencia. El salario mínimo
(7.421,67 bolívares) equivale a 9,27 dólares, es decir, menos de 10 dólares
mensuales y 0,3 dólares diarios, lo cual se enmarca dentro de los parámetros de
“pobreza extrema” descritos por
Estas cifras, por
supuesto, han seguido aumentando a lo largo de septiembre y lo que va de
octubre.
También acotó:
-Queda claro entonces
que lo de “pobreza extrema” no es cuento. Hoy en día en Venezuela a una familia
cuyo ingreso promedio oscila entre 2 y 3 salarios mínimos literalmente el
sueldo no le alcanza ni para comer. A toda esta pesadilla súmele la segunda
tasa de homicidios del mundo, los permanentes cortes de luz, la pésima calidad
del agua, el deterioro sustancial de la educación, la salud, la infraestructura,
y una larga lista de problemas que constituyen una explosiva realidad social. Y
como si lo anterior fuera poco, agréguele el entorno político, caracterizado
por autoritarismo, abuso y ventajismo oficialista, violación sistemática de los
derechos humanos, cerco mediático y persecución a la disidencia opositora. Es
decir, Venezuela es hoy una suerte de “Estado fallido”.
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