En un año 1,7 millones de venezolanos cayeron en la pobreza
Por: Víctor Salmerón
Quinto Día, Edición 939 - 01/30/2015
En la muestra de doce países que analizó la Cepal para
producir su informe con datos correspondientes a 2013 Venezuela es la única
nación donde aumentan los hogares en penuria
El documento Panorama Social de America Latina elaborado
por la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) analiza el desenvolvimiento de la pobreza en doce
países de la región durante 2013 y las estadísticas señalan que en Paraguay, El
Salvador, Colombia, Perú, Chile y Ecuador hubo mejoras importantes, mientras que
en Costa Rica, Uruguay, Brasil, República Dominicana y Panamá experimentaron
descensos muy leves.
El único país donde aumenta la pobreza medida a través
del ingreso es Venezuela, con un salto de 6,7 puntos porcentuales, desde 25,4%
de la población en 2012 hasta 32,1% en 2013, pero ¿cómo interpretar estos
números?
La Cepal se basa en las cifras del Instituto Nacional de
Estadística (INE). De acuerdo con la metodología que utiliza el INE las
familias que no obtienen suficiente dinero a través del salario, bonos, becas,
pensiones, para comprar cada mes una canasta de alimentos básicos que permitan
a cada integrante ingerir al menos 2 mil 200 calorías diarias son catalogadas
como pobres extremos. Luego, las familias en las que su ingreso no les permite
costear una canasta que añade a los alimentos básicos servicios esenciales como
luz eléctrica y transporte son pobres.
Al contrastar los datos del INE correspondientes a 2013
con 2012 el número de pobres extremos aumenta en 737 mil 364 personas, para
ubicarse en 2 millones 791 mil 292. En términos porcentuales esto se traduce en
un salto desde 7,1% de la población hasta 9,8%.
Es decir de cada 100 venezolanos 9,8 ingieren menos de
las calorías mínimas necesarias al día para estar bien nutridos.
Cuando a este número se le añaden quienes ingieren las
calorías mínimas pero no tienen los recursos para cancelar servicios básicos
como salud y educación la cantidad de personas sumergidas en la pobreza crece.
De esta manera al comparar 2013 con 2012 un total de 1
millón 795 mil 884 venezolanos ingresaron a las filas de la pobreza que en
total cuenta con 9 millones 174 mil 142 personas. En términos porcentuales este
es el incremento que registra la Cepal desde 25,4% hasta 32,1% de la población.
Por estados
Al observar la distribución de la pobreza por regiones
los datos del INE al cierre de 2013 desnudan que Sucre es el estado del país
con mayor pobreza, de hecho, 55 de cada 100 personas no pueden cubrir la cesta
básica. Siguen en la lista Amazonas con 53,3%, Portuguesa con 51,3%, Monagas
con 51,2% y Apure con 49,7%.
Si se coloca la lupa sobre el indicador de pobreza
extrema hay resultados preocupantes. En Anzoátegui, Carabobo, Monagas y Mérida
se duplicó la cantidad de personas que no pueden adquirir la canasta de
alimentos básicos, mientras que en Falcón y Aragua hay un salto significativo.
Falcón es uno de los casos más relevantes. Al cierre de
2012 un total de 61 mil 475 personas estaban sumergidas en la pobreza extrema y
un año más tarde esta cifra había aumentado hasta 111 mil 772.
En tres estados del país, Apure, Monagas y Sucre, la
pobreza extrema era superior a 20% al cierre de 2013.
¿Qué esperar?
El incremento de la pobreza está atado al acelerado
aumento de los precios que merma la capacidad de compra del salario. En 2013 la
inflación registró un salto de 56,2% y en 2014 se estima que estará en torno a
65% con lo que muy probablemente cuando el INE difunda las estadísticas
correspondientes la pobreza experimentará un nuevo incremento.
Analistas coinciden en que para contener el ascenso de la
pobreza es vital que la inflación detenga la escalada que experimenta
actualmente. ¿Qué se puede esperar en esta materia tras los anuncios que hizo
el Presidente Nicolás Maduro la semana pasada?
El primer punto a tomar en cuenta es que presionado por
la caída en las encuestas y la cercanía de las elecciones parlamentarias de
2015, Nicolás Maduro anunció una larga lista de planes que implican más gasto
como el aumento del salario mínimo en 15%, incremento de 30% en las 250 mil
becas que reciben estudiantes universitarios, inversiones en infraestructura
por 59 mil 575 millones de bolívares y 911 millones de dólares, construcción de
400 mil viviendas, 300 mil nuevas pensiones para adultos mayores y un bono de salud
para los pensionados.
En un entorno donde el precio del petróleo registra un
severo descenso y el Gobierno tiene un déficit de 20% del PIB, todo indica que
una de las principales fuentes de recursos para cubrir los planes anunciados
será dinero sin respaldo, una medida que inyectaría combustible a la inflación
porque aumentaría velozmente la demanda mientras que la oferta estaría
restringida por controles de precios que no permiten cubrir los costos de
producción, deficiencia en los servicios públicos como la electricidad, la
nueva Ley del Trabajo que recorta los días laborables y la caída en la
asignación de dólares al sector privado.
Otro actor a considerar es la devaluación de la moneda.
El Presidente anunció que mantendrá el tipo de cambio de 6,30 bolívares por
dólar para las importaciones de alimentos y las asociadas al sector de la
salud. Además unificará los dos sistemas del Sicad y creará un mecanismo donde
el dólar debería ubicarse en un nivel intermedio entre 12 y 50 bolívares.
Las empresas que ya no recibirán dólares a 6,30 bolívares
comenzarán a importar a una tasa mayor y por tanto es previsible que
incrementen sus precios. Al mismo tiempo, las que estaban adquiriendo divisas a
la tasa del Sicad de 12 bolívares por dólar también experimentarán un aumento
importante en sus costos.
El economista y profesor de la Universidad Católica
Andrés Bello, Ronald Balza, añade que también se producirá un efecto monetario
porque el Banco Central tendrá que crear más bolívares para comprarle los
dólares a Pdvsa a la nueva tasa. “Como Pdvsa cubre una gran cantidad de gastos
de tipo social, entonces estos bolívares nuevos que tiene que crear el Banco
Central para comprarle los dólares ingresarán a la economía y presionarán la
inflación”, dice Ronald Balza.
A lo anterior se añade que la caída en los precios del
petróleo obligará a un recorte de las importaciones que disminuirá la oferta,
otro elemento que podría impulsar los precios.
En este entorno, Ronald Balza no duda en señalar que “no
hay nada que haga pensar que la inflación de 2015 será menor a la de 2014”,
mientras que los escenarios que maneja Síntesis Financiera contemplan un salto
que podría alcanzar 125%, es decir, el mayor incremento de precios en los
últimos 64 años.
Víctor Salmerón
@vsalmeron
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