¿Es cierto que se tambalea el régimen dictatorial de Nicolás Maduro?
Las sanciones. La presión. La crisis económica y con ella la posibilidad de un estallido. Las amenazas directas de Donald Trump. La preocupación mundial. Las factores en los que se divide el poder, que también pueden ser una amenaza a lo interno. El “legado”. Es la excusa, aunque la intención sea otra. Pero por otra parte, la oposición escindida a su máxima expresión. La falta de programa de acción conjunto. El desgaste del liderazgo. Los ataques de un sector patrocinado por exbanqueros prófugos contra el otro sector al cual tildan o de comunista o confesional y por lo tanto, “son trabas”. A lo externo, el respaldo político de China y Rusia. El apoyo de la Fuerza Armada. Y la sempiterna asesoría del régimen cubano. ¿Se tambalea el régimen de Nicolás Maduro?
Danny Leguízamo
A Nicolás Maduro se le han multiplicado los problemas a nivel nacional e internacional. Pero sus mayores ventajas siguen siendo tanto la asesoría cubana, como el respaldo de China y Rusia, y la escisión de la oposición a su máxima expresión. Los ataques intransigentes e infundados de un sector extremista de la oposición contra el otro sector, es un juego suma cero. Es decir, pierden ambos, porque gana Nicolás Maduro y la dirigencia termina desgastada ante la opinión pública. Pero la crisis económica y la diáspora, además de las presiones de Estados Unidos son un factor que equilibra en contra del régimen.
Jesús Seguías, presidente de Datincorp, es de los que piensa que Maduro efectivamente se tambalea. Para Seguías, “Venezuela pasa por la tormenta perfecta para construir un nuevo país. Todo se vino abajo. El andamiaje político se derrumbó y quedó a la zaga de la crisis. Perdió capacidad de respuesta (…) Venezuela comienza a sentir el impacto real de la ausencia de partidos políticos verdaderos y de líderes de nación. Es el quiebre no sólo del Gobierno sino de la oposición y del país entero. Estamos hablando por tanto del quiebre del país”.
Y luego apunta al dato clave: “El Gobierno está técnicamente noqueado desde hace cierto tiempo pero no hay quien lo empuje. Mientras tanto, sigue mareado pero de pie. Y eso es lo que vale en términos del poder. El país paga las consecuencias (…) Pero el gobierno no tiene futuro. Eso lo saben todos dentro de Palacio. Las sanciones, penalidades y condenas internacionales los tienen entubados en terapia intensiva. No están muertos. Sólo agonizan. Buena parte de los opositores suministran oxígeno de vez en cuando”.
Pero Luis Vicente León, director de Datanálisis, piensa exactamente lo contrario. Desde su cuenta en Twitter, León arranca disparando artillería sobre el estatus de la oposición. O de lo que queda de ella,en todo caso. “Los intentos desesperados de reconstrucción de liderazgos políticos opositores basados en atacar a los otros opositores o en gritar más duro, tratando de generar de nuevo esperanzas falsas, sin poder real, ni articulación alguna, serán lo que parecen: patéticas (…) Valdrá mil veces más un esfuerzo de articulación institucional para buscar los mecanismos de consolidación de una nueva propuesta y liderazgo opositor que los shows individuales con los que algunos tratan desesperadamente de llamar la atención de una población que ni los mira”.
Y luego apunta: “No es verdad que el Gobierno se está tambaleando ni que Maduro está boqueando. Y mientras mejor lo entiendas, más dispuesto a articularte y construir alternativas reales estarás. Crear la falsa expectativa de que todo cambiará por ósmosis o por Marines es una estupidez muy cara”.
Entonces: ¿Se tambalea o no el régimen de Maduro? Se tambalea por lo económico. Por la crisis. Y esto puede devenir en un estallido o en un golpe. Ni lo primero ni lo segundo conducen necesariamente a un régimen de transición o a uno democrático. Y se tambalea en el sentido de que como alega Seguías, la comunidad internacional presionará con todos los elementos disponibles diplomáticos para que exista un cambio en Venezuela.
Pero en lo político, la mayor fortaleza que mantiene viva a la dictadura son las fracturas de la oposición. Los ataques desmedidos de unos contra otros. El canibalismo. Y mientras haya canibalismo entre la oposición, el chavo-madurismo no estará fuera del poder en lo sucesivo.
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