Buenos días, pitaceros. El tribunal supremo de justicia, así, en minúsculas, volvió a demostrar su total falta de independencia al criminalizar las actas opositoras que contradicen el supuesto "triunfo" oficialista, aún por demostrar en datos auditables y desglosados, como establece la ley. Esta sentencia espuria pretende silenciar a la disidencia y encubrir el que sería fraude electoral más descarado de la historia reciente. ¿Acaso piensan encarcelar a millones de venezolanos que vieron cómo les arrebataron su voto? La democracia agoniza en la sombra de la opresión judicial. La comunidad internacional no puede tolerar más este despropósito antidemocrático. Pero más allá, este proceso de cambio democrático del país ya inició. Todos lo sabemos.
Acta por acta. |
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