En el norte de Inglaterra, 5000 fieles no tuvieron miedo de desafiar la famosa lluvia escocesa, a principios de septiembre de 2017, para asistir a la solemne consagración de su país al Inmaculado Corazón de María por parte de sus obispos. La ceremonia, presidida por el arzobispo de Glasgow, tuvo lugar en el santuario de Carfin (Escocia). En la fórmula de consagración, dirigida a la Madre de Dios, el arzobispo pronunció estas palabras en nombre de todos: “Te consagramos Escocia, todo lo que amamos y todo lo que tenemos. Te entregamos nuestra mente, corazón, alma y cuerpo, y ponemos a tu servicio nuestras familias y comunidades", calificando este día de "histórico", de "gran celebración" para el país y para toda la Iglesia Católica.
De hecho, en Europa, muchas grandes naciones católicas han hecho esta consagración en el pasado. Es el caso de Francia, consagrada a Dios por manos de María el 10 de febrero de 1638, según el deseo del rey Luis XIII. Portugal, por su parte, fue confiado a María en 1644. Dos años más tarde, María fue declarada Reina de Portugal, bajo el título de “Inmaculada Concepción”, lo que explica, dicho sea de paso, por qué el soberano portugués se negó desde entonces a llevar corona...
Alemania, aunque protestante, fue consagrada a Dios a través de María durante el año mariano de 1950, por el cardenal Frings. Luego será Irlanda en 1979, en presencia de Juan Pablo II. Más recientemente, el 18 de febrero de 2017, Inglaterra y Gales fueron consagradas al Inmaculado Corazón de María por el Card. Vincent Nichols, arzobispo de Westminster.
Más allá de las fronteras europeas, en América del Sur podemos citar a Perú en 2016; a Nicaragua, en 2018; antes que Venezuela y Chile. En África, tenemos también a Zimbabue, Mozambique, Angola y Ghana, que renovaron su consagración durante el año. El Congo fue dedicado al Inmaculado Corazón de María el 4 de febrero de 2017, en presencia del Card. Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede.
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