Peregrinando a un ejemplo de vida: San Salomón
Redacción 800 Noticias
Para festejar al primer santo no venezolano que hay en Venezuela, los devotos peregrinaron a San Salomón Leclerc, un francés hermano de las escuelas cristianas de La Salle, que murió fusilado en tiempos de la Revolución Francesa por defender su fe, negándose a rechazar a Cristo un día 2 de septiembre de 1792.
Al morir como mártir, la Iglesia Católica lo reconoce de una vez como viato. Le faltaba un milagro para hacerse santo, y fue justamente en el sector rural de Sabaneta, en el Atillo, Venezuela, donde producto de la devoción que Monseñor Fébrez Cordero inspiró en los niños y en los habitantes de la zona, como Salomón llegó a ser santo.
El caso ocurrió en el año 2007, producto de una mordedura de una serpiente muy venenosa del género Botrox a una niña de apenas 5 años, a quien para salvarle la vida los médicos iban a cortarle la pierna. Sin explicación médica, de repente comenzó a sanar y la pierna se le sanó por completo, sin quedarle ninguna secuela.
La única explicación a este hecho fue que los niños de la casa hogar donde vivía la niña que fue mordida, se juntaron todos con la comunidad a pedirle con inmensa devoción al viato Salomón que intercediera ante Dios para que le salvara a la niña y que no le tuvieran que cortar la pierna.
El caso fue estudiado por la jerarquía de la iglesia en Venezuela y luego en Roma por especialistas médicos, teólogos y todos llegaron a la misma conclusión, no existe explicación médica para la sanación por completo y tan rápido de la niña. Sin duda es un milagro gracias a la intervención del viato Salomón.
El hermano Salomón Leclerc fue canonizado santo el 16 de octubre del 2016. El pueblo de Sabaneta lo celebra peregrinando en su honor a San Salomón, este primer hermano de las escuelas cristianas de la Salle en ser mártir, que curiosamente nunca pisó Venezuela, pero que gracias a lo que conocemos como la comunión de los santos, al pedirle que intercediera frente a Dios, se logró la sanación por completo de la niña.
La experiencia de peregrinar con otras personas, algunos conocidos y otros recién encontrados, crea un sentido de comunidad y hermandad en la fe, permite el intercambio de experiencias, la solidaridad en la oración y el apoyo mutuo.
Peregrinar es una oportunidad para el crecimiento espiritual y personal, mientras se peregrina se logra encontrar momentos de reflexión y meditación en medio de una quietud y atmósfera de devoción, en este caso reflexionando acerca de las virtudes del hermano San Salomón y de la fuertaleza que tuvo para aceptar la muerte por defender sus principios, sus valores y mantenerse fiel a Cristo.
En esta peregrinación también sirvió para meditar en los cuatro beatos venezolanos y en el joven Carlos Acutis. Al peregrinar creamos un entorno que invita a reflexionar sobre nuestra vida, nuestro propósito y nuestro camino espiritual.
Sabemos cuando peregrinamos que no estamos solos, sino que somos parte de la comunidad de la iglesia. Cuando una comunidad peregrina a un ejemplo de vida como lo fue San Salomón Leclerc, recuerda que al igual que en la vida el camino es tan importante como el destino. Cada paso dado, cada experiencia vivida, cada obstáculo superado es parte de nuestro camino a la eternidad.
La peregrinación no es llegar a un fin sino volver a comenzar una nueva vida renovada unida a Dios con más sentido. ¿Por qué? Porque con Dios siempre ganamos.
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