La noche del 8 al 9 de mayo de 1460, Pietro Morandi, gravemente paralizado desde hacía seis años, estaba postrado en cama, en su habitación de Saronno (Italia, Lombardía), cerca de Milán. De pronto, “de la nada”, una luz sobrenatural, de una belleza desconocida, invade la habitación. En el centro de la claridad, el paciente ve delinearse los rasgos de una mujer...
Es María, vestida como una reina, a apenas dos metros de su cama. No se atreve a abrir la boca mientras la emoción lo invade. La aparición rompe el silencio: “Pietro, si quieres curarte, ve a la capilla de la calle Varesina. Allí habrá que construir una nueva iglesia en mi honor”.
Despertados por sus gritos, los vecinos corren hacia la cama de Pietro, pensando que le pasa algo. Les cuenta la aparición que duró solo unos minutos. En el fondo, piadoso y amante de Dios, sabe que será curado cuando haga esta pequeña peregrinación a la capilla de la calle Varesina. Al día siguiente, dos hombres llevan a Pietro a la capilla indicada por la aparición del día anterior. Lo acompañan algunos amigos. Todos están contentos de haber llegado por fin a la calle Varesina, después de un viaje agotador. Pietro parece demacrado y con la tez pálida.
Comienza a orar frente a la pequeña estatua de Nuestra Señora de los Milagros. Los acompañantes lo imitan. Al cabo de unos minutos, Pietro suelta un pequeño grito: acaba de sentir un calor desconocido invadir sus extremidades. Es una sensación nueva que le preocupa durante unos segundos: “¿Qué está pasando? ¿Voy a empeorar?”. Luego, una sonrisa radiante ilumina su rostro: ¡puede mover brazos y piernas! Hay asombro a su alrededor y todos son unánimes: Pietro entró en el edificio discapacitado y salió sin ayuda de nadie, completamente curado.
Se informa de los hechos al clero local. El párroco de Saronno investiga discretamente y luego informa al arzobispo de Milán, Mons. Carlo da Forlí, quien, a su vez, tras conocer a los protagonistas, toma una decisión favorable y autoriza la construcción de un santuario, como pidió la Madre de Dios. El 2 de enero de 1923, el papa Pío XI eleva el santuario mariano de Saronno al rango de basílica menor.
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