Kamala Harris perdió el voto cristiano
El aborto es la última herramienta de marketing político para la campaña de Kamala Harris, en todos los demás ha fracasado para ganar votos
El 13 de julio de 2024, en el pueblo de Butler, Pensilvania, Donald Trump sobrevivía a un intentó de asesinato. Una de las balas le rozó la oreja derecha. Las balas que no impactaron en el cuerpo del expresidente mataron a un asistente al mitin e hirieron a otro. Trump, que se opone al aborto, declaró después: “Dios me salvo con un propósito”. El 13 de julio se celebra la tercera aparición de la Virgen María a tres pastores en Fátima.
El 17 de octubre de 2024, en La Crosse, Wisconsin, Kamala Harris proclamaba un incendiario discurso contra su oponente político, Donald Trump, acusándolo de prohibir el aborto utilizando la Corte Suprema de Justicia, donde Trump nombró a tres jueces. “Porque la nuestra es una lucha por el futuro, y es una lucha por la libertad, por la libertad como la libertad fundamental de una mujer de tomar decisiones sobre su cuerpo y que su gobierno no le diga que hacer”. Kamala Harris, entre las palabras escondidas de manipulación del lenguaje, se refería al aborto. Asesinar a un niño en el vientre materno es supuestamente un derecho en la sociedad democrática posmoderna. Ella esta luchando por el derecho a asesinar, es el futuro que quiere para los Estados Unidos. Sin embargo, ese mismo gobierno obliga a todos los ciudadanos norteamericanos y, a algunos visitantes a inocularse hasta treinta vacunas, desde el día de nacimiento, y obtener un certificado. Durante la administración Biden-Harris era obligatorio inocularse la vacuna contra el COVID-19, bajo amenaza de perdida de derechos fundamentales, como el derecho al trabajo.
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En medio de la arenga abortista, un joven universitario exclamó: “El aborto es un sacramento de Satanás”, llamando la atención de Harris y poniéndola en alerta; luego volvió a aclamar: “Jesús es nuestro Señor”, “Jesucristo es el Rey”. Silencio sepulcral por un segundo, Harris ubica al universitario, y le grita: “Estas en el mitin equivocado”, “vayan al pequeño mitin más abajo”, refiriéndose al mitin de Donald Trump, mientras hacia un gesto de desprecio con la mano. El universitario fue expulsado de la concentración por mencionar el nombre de Jesús. La respuesta a Harris le salió natural, no se enredó en una ensalada de palabras como usualmente lo hace, que no dicen nada al final, quizás tuvo razón, es un mitin de aborteros y algunos satánicos donde no se puede mencionar el nombre de Jesucristo. En ese momento, Harris perdió el voto cristiano.
El 5 de octubre de 2024, Trump retornó a Butler, Pensilvania, al mismo lugar en donde intentaron asesinarlo. Abrió el mitin con un minuto de silencio y luego un tenor cantó el Ave María. El público reza, se arrodilla y llora.
El contraste entre ambos candidatos es inmenso. Es una elección religiosa y contrarrevolucionaria al final, entre el ateísmo posmoderno “woke” de Harris/Biden/Obama que promueve el aborto, la mutilación de los niños y su sexualización en las escuelas, destrucción de la familia y de la mujer, suprimiéndole el pudor, y el ataque frontal a la virilidad y virtud del hombre, mediante otro concepto gaseoso de “masculinidad toxica”, y “nueva masculinidad”, una sin virtudes varoniles. Son conceptos de la revolución antropológica que esta sucediendo, en donde hombres participan en concursos de belleza solo para mujeres, y los ganan, lo mismo que en los deportes. Se ha destruido el concepto de mujer, único, introduciendo otro; mujer transexual, un imposible. No existen límites en la revolución antropológica porque persiguen libertad sin verdad, sin barreras, es en extremo peligroso y, como en toda revolución, el uso de la violencia es siempre la herramienta por utilizar, la tercera guerra mundial ya fue ofrecida como panacea de la libertad también.
El aborto es la última herramienta de marketing político para la campaña de Kamala Harris, en todos los demás ha fracasado para ganar votos. No ha podido explicar por qué ella siendo vicepresidente, no ha aplicado las maravillosas formulas que ahora ofrece para solucionar los problemas en los Estados Unidos; como inflación, invasión del país, crimen, guerras, falta de empleo. Es una campaña peculiar y hasta boba; para atraer el voto afroamericano les ha ofrecido legalizar el uso recreacional de la marihuana, porque según Harris “su criminalización afecta en particular a ese grupo demográfico”. Harris les crea un estigma, el del afroamericano marihuanero y drogadicto, el resultado es que no los van a contratar para trabajar porque serian un problema de responsabilidad para el empleador. La reacción de los padres ante esa declaración ha sido furibunda.
Para promover el aborto ha contratado artistas y a su mismo esposo, para que defiendan el derecho de sus hijas a abortar, como una estrategia para defender la familia. Entonces, para los responsables de la campaña política de Kamala Harris, se defiende a la familia, asesinando a sus nuevos miembros. Occidente cristiano en la encrucijada, veremos si es posible detener la revolución antropológica, antihumana y anticristiana con esta democracia moderna.
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