Cartas | Trabajar por la salvación de las almas | | | Puesta en situación | La Iglesia conmemora hoy la Presentación de la Santísima Virgen María. Este episodio de la vida de la Madre de Dios no se narra en los Evangelios, sino en relatos apócrifos (el Protoevangelio de Santiago). En el Cuaderno amarillo, Teresa escribe sobre la infancia de la Virgen María: «¡Cómo me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la Santísima Virgen! Una sola vez me habría bastado para decir todo lo que pienso al respecto. En primer lugar, habría dejado claro lo poco que sabemos de su vida. No hay que decir cosas inverosímiles o que no sabemos; por ejemplo, que siendo muy pequeña, a los tres años, la Santísima Virgen fue al Templo a ofrecerse a Dios con sentimientos ardientes de amor y bastante extraordinarios; mientras que pudo haber ido allí simplemente para obedecer a sus padres». (CJ 21.8.3). Su deseo de ser sacerdotisa está ligado a su misión de rezar por los sacerdotes, empezando por el abate Bellière. En esta carta (la segunda de su relación epistolar), la santa pone a María como modelo. | | | Teresa me escribe | «Trabajemos juntos en la salvación de las almas, no tenemos más que el único día de esta vida para salvarlas y dar así al Señor pruebas de nuestro amor. El mañana de este día será la eternidad, y entonces Jesús le devolverá centuplicadas las alegrías tan dulces y legítimas que usted hoy le sacrifica. Él conoce el alcance de su sacrificio, él sabe que el sufrimiento de sus seres queridos aumenta aún más el suyo propio. Pero él también sufrió este martirio: por salvar nuestras almas, abandonó a su Madre, vio a la Virgen Inmaculada de pie junto a la cruz con el corazón traspasado por una espada de dolor. También espero que nuestro divino Salvador consuele a su madre de usted, y así se lo pido encarecidamente». | LT 213 (Cta 213) | | | Rezo y actúo | Según la Tradición, María se ofreció al Señor desde muy joven. Hoy, con la ayuda de la Virgen María, elijo un modo concreto de entregarme al Señor para «trabajar por la salvación de las almas». |
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