Paradoja: Bolívar fuerte, Bolívar débil
Se plantea la necesidad de revisar la alineación del valor de la moneda
BOUNGY | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
domingo 26 de julio de 2015 12:00 AM
En junio, Venezuela experimentó un muy publicitado colapso de la Casa de la Moneda ante una impresión acelerada de billetes para cubrir la demanda de la economía venezolana. Es fácil entender que esto se debe a la inflación, pero es importante preguntarse qué hay detrás de esto. Para ello, hay que recurrir a las cifras que se encuentran detrás del fenómeno monetario venezolano.
Una forma simple, pero interesante, de comparar la moneda nacional con las de otros países es evaluar el valor en dólares de cada billete en circulación. Para ello, comparamos el valor en dólares de los billetes de mayor y menor denominación de varios países latinoamericanos. Para Venezuela usamos la tasa de cambio Simadi (199,41 Bolívares por Dólar) y para Argentina el Dólar Blue (14,74 Pesos por Dólar).
Entre los 5 países en la comparación, los billetes venezolanos son los que menor valor equivalente en moneda estadounidense tienen para todas las denominaciones en circulación. El billete de 2 bolívares equivale a 0,01 dólares. El segundo país en esta escala es Argentina, cuyo billete de 2 pesos equivale a 0,14 dólares, catorce veces más valioso que el billete de mínima denominación en Venezuela. La serie la completan los billetes de 1.000 pesos colombianos ($0,36), 2 reales brasileños ($0,62) y 10 nuevos soles peruanos (que, al equivaler a $3,14, representa 314 veces el valor del billete de 2 bolívares).
En el otro extremo del espectro de denominaciones latinoamericanas tenemos el billete de 100 bolívares, cuyo valor es de aproximadamente medio dólar a tasa Simadi. Este se mide en contra de los billetes de 100 pesos argentinos ($6,78), 50.000 pesos colombianos ($17,92), 100 reales brasileños ($31,06) y 200 nuevos soles ($31,45). La conclusión para los billetes de mayor denominación es la misma que vimos en los billetes de menor denominación; la moneda venezolana vale considerablemente menos que la de sus pares latinoamericanos.
Si hacemos el mismo ejercicio para el resto de billetes en circulación de las monedas mencionadas, observamos la misma tendencia. Esto debe hacernos considerar la posibilidad de que sea necesario hacer una revaluación de las denominaciones en las que la nación emite sus billetes. Si calificamos las denominaciones de nuestra moneda solamente desde esta perspectiva, tenemos que concluir que existe una desalineación significativa con el valor ideal de nuestros billetes y monedas.
Índice Big Mac
Sin embargo, este tipo de análisis es insuficiente. Si bien la teoría económica sugiere que en un mundo perfecto los bienes deberían costar aproximadamente lo mismo en todos los países al tomar sus precios en una moneda común, sabemos que el mundo no es perfecto. Para realizar una comparación simple de la capacidad adquisitiva de distintas monedas alrededor del mundo, la revista inglesa The Economist publica su famoso "Índice Big Mac".
La premisa detrás del conocido índice es sencilla; ya que el sándwich de McDonald's varía muy poco de país a país y sus costos de producción también son similares, su precio en moneda local puede ser utilizado para hacer una comparación sencilla de los valores relativos de las monedas de distintas naciones y en qué grado están desalineadas con su valor teórico de paridad.
Para el ejercicio, The Economist también utiliza el tipo de cambio Simadi como referencia para el bolívar. Los resultados indican que el Big Mac venezolano es el más barato de los cinco países que comparamos (de hecho, es el más barato del mundo entero). El sándwich cuesta $0,67 de acuerdo a los cálculos de la revista inglesa, en comparación con $2,92 que cuesta en Colombia, $3,07 en Argentina, $3,14 en Perú y $4,28 en Brasil. Cabe recalcar que las monedas de todos los países mencionados están subvaluadas de acuerdo al estudio, lo que significa que el Big Mac cuesta relativamente poco en todas estas naciones.
Si revisamos las cifras de estos países notamos que el porcentaje de subvaluación del bolívar (86%) es más del doble que el del siguiente país en consideración (Colombia, con un 39,1%). Esto podría llevarnos a pensar que la denominación de los billetes venezolanos no están tan mal; después de todo, si los bienes en el país son más baratos que en el exterior en términos de dólares, no es problema que los billetes tengan un menor valor en términos de la misma moneda.
Sin embargo, si revisamos cuántos billetes de mínima denominación se necesitan en cada país para adquirir un Big Mac notamos lo siguiente: se necesitan 66 billetes de dos bolívares para adquirir el producto, en comparación con 14 billetes de mínima denominación en Argentina, 8 en Colombia, 7 en Brasil y 1 en Perú.
Lo mismo ocurre si revisamos la cantidad de Big Macs que se pueden adquirir con el billete de máxima denominación: en Perú se puede comprar 20; en Brasil 7; en Colombia 6 y en Argentina 3. En Venezuela, el de 100 bolívares no alcanza para comprar un solo BIg Mac.
Volvemos a nuestra conclusión inicial; el valor de los billetes venezolanos no está alineado con su poder adquisitivo ideal. Para que el billete de menor denominación en bolívares fuera equivalente al de sus vecinos debería valer más. Tomando como referencia la capacidad adquisitiva del peso Colombiano, el billete de 2 bolívares debería cambiarse por uno de 70, mientras que el de 100 debería ser reemplazado por uno de 3.600. Esto es una simplificación del asunto, por supuesto, pero lo cierto es que las denominaciones del bolívar necesitan ser revaluadas.
¿Casa de la Moneda Colapsó?
Porque los venezolanos necesitan tener una mayor cantidad de billetes en sus bolsillos que sus pares latinoamericanos para poder adquirir los mismos bienes; por ende, la República necesita tener una mayor cantidad de billetes en circulación, lo que implica que se hace necesaria la impresión masiva de moneda. La inflación solamente agudiza el fenómeno.
Un dato alarmante; el crecimiento de la cantidad de dinero en la economía venezolana es muy acelerado. Si revisamos el M2, medida que publica el Banco Central de Venezuela e incluye lo que se denomina "dinero y cuasidinero", notamos que ha incrementado en 83,40% en el último año. Comparando el crecimiento del M2 con el de Colombia, notamos que siempre resulta considerablemente mayor. Esto solo puede llevar a una mayor inflación.
Sabemos que es necesario cambiar las denominaciones de nuestros billetes y monedas, pero debemos preguntarnos; si cambiamos las denominaciones, ¿Cuánto tiempo le tomaría a la inflación volver a desalinearlos? Es esta la cuestión más importante y que mejor explica lo que sucede en Venezuela. Ninguna denominación puede sobrevivir a nuestros elevados niveles de inflación.
Una forma simple, pero interesante, de comparar la moneda nacional con las de otros países es evaluar el valor en dólares de cada billete en circulación. Para ello, comparamos el valor en dólares de los billetes de mayor y menor denominación de varios países latinoamericanos. Para Venezuela usamos la tasa de cambio Simadi (199,41 Bolívares por Dólar) y para Argentina el Dólar Blue (14,74 Pesos por Dólar).
Entre los 5 países en la comparación, los billetes venezolanos son los que menor valor equivalente en moneda estadounidense tienen para todas las denominaciones en circulación. El billete de 2 bolívares equivale a 0,01 dólares. El segundo país en esta escala es Argentina, cuyo billete de 2 pesos equivale a 0,14 dólares, catorce veces más valioso que el billete de mínima denominación en Venezuela. La serie la completan los billetes de 1.000 pesos colombianos ($0,36), 2 reales brasileños ($0,62) y 10 nuevos soles peruanos (que, al equivaler a $3,14, representa 314 veces el valor del billete de 2 bolívares).
En el otro extremo del espectro de denominaciones latinoamericanas tenemos el billete de 100 bolívares, cuyo valor es de aproximadamente medio dólar a tasa Simadi. Este se mide en contra de los billetes de 100 pesos argentinos ($6,78), 50.000 pesos colombianos ($17,92), 100 reales brasileños ($31,06) y 200 nuevos soles ($31,45). La conclusión para los billetes de mayor denominación es la misma que vimos en los billetes de menor denominación; la moneda venezolana vale considerablemente menos que la de sus pares latinoamericanos.
Si hacemos el mismo ejercicio para el resto de billetes en circulación de las monedas mencionadas, observamos la misma tendencia. Esto debe hacernos considerar la posibilidad de que sea necesario hacer una revaluación de las denominaciones en las que la nación emite sus billetes. Si calificamos las denominaciones de nuestra moneda solamente desde esta perspectiva, tenemos que concluir que existe una desalineación significativa con el valor ideal de nuestros billetes y monedas.
Índice Big Mac
Sin embargo, este tipo de análisis es insuficiente. Si bien la teoría económica sugiere que en un mundo perfecto los bienes deberían costar aproximadamente lo mismo en todos los países al tomar sus precios en una moneda común, sabemos que el mundo no es perfecto. Para realizar una comparación simple de la capacidad adquisitiva de distintas monedas alrededor del mundo, la revista inglesa The Economist publica su famoso "Índice Big Mac".
La premisa detrás del conocido índice es sencilla; ya que el sándwich de McDonald's varía muy poco de país a país y sus costos de producción también son similares, su precio en moneda local puede ser utilizado para hacer una comparación sencilla de los valores relativos de las monedas de distintas naciones y en qué grado están desalineadas con su valor teórico de paridad.
Para el ejercicio, The Economist también utiliza el tipo de cambio Simadi como referencia para el bolívar. Los resultados indican que el Big Mac venezolano es el más barato de los cinco países que comparamos (de hecho, es el más barato del mundo entero). El sándwich cuesta $0,67 de acuerdo a los cálculos de la revista inglesa, en comparación con $2,92 que cuesta en Colombia, $3,07 en Argentina, $3,14 en Perú y $4,28 en Brasil. Cabe recalcar que las monedas de todos los países mencionados están subvaluadas de acuerdo al estudio, lo que significa que el Big Mac cuesta relativamente poco en todas estas naciones.
Si revisamos las cifras de estos países notamos que el porcentaje de subvaluación del bolívar (86%) es más del doble que el del siguiente país en consideración (Colombia, con un 39,1%). Esto podría llevarnos a pensar que la denominación de los billetes venezolanos no están tan mal; después de todo, si los bienes en el país son más baratos que en el exterior en términos de dólares, no es problema que los billetes tengan un menor valor en términos de la misma moneda.
Sin embargo, si revisamos cuántos billetes de mínima denominación se necesitan en cada país para adquirir un Big Mac notamos lo siguiente: se necesitan 66 billetes de dos bolívares para adquirir el producto, en comparación con 14 billetes de mínima denominación en Argentina, 8 en Colombia, 7 en Brasil y 1 en Perú.
Lo mismo ocurre si revisamos la cantidad de Big Macs que se pueden adquirir con el billete de máxima denominación: en Perú se puede comprar 20; en Brasil 7; en Colombia 6 y en Argentina 3. En Venezuela, el de 100 bolívares no alcanza para comprar un solo BIg Mac.
Volvemos a nuestra conclusión inicial; el valor de los billetes venezolanos no está alineado con su poder adquisitivo ideal. Para que el billete de menor denominación en bolívares fuera equivalente al de sus vecinos debería valer más. Tomando como referencia la capacidad adquisitiva del peso Colombiano, el billete de 2 bolívares debería cambiarse por uno de 70, mientras que el de 100 debería ser reemplazado por uno de 3.600. Esto es una simplificación del asunto, por supuesto, pero lo cierto es que las denominaciones del bolívar necesitan ser revaluadas.
¿Casa de la Moneda Colapsó?
Porque los venezolanos necesitan tener una mayor cantidad de billetes en sus bolsillos que sus pares latinoamericanos para poder adquirir los mismos bienes; por ende, la República necesita tener una mayor cantidad de billetes en circulación, lo que implica que se hace necesaria la impresión masiva de moneda. La inflación solamente agudiza el fenómeno.
Un dato alarmante; el crecimiento de la cantidad de dinero en la economía venezolana es muy acelerado. Si revisamos el M2, medida que publica el Banco Central de Venezuela e incluye lo que se denomina "dinero y cuasidinero", notamos que ha incrementado en 83,40% en el último año. Comparando el crecimiento del M2 con el de Colombia, notamos que siempre resulta considerablemente mayor. Esto solo puede llevar a una mayor inflación.
Sabemos que es necesario cambiar las denominaciones de nuestros billetes y monedas, pero debemos preguntarnos; si cambiamos las denominaciones, ¿Cuánto tiempo le tomaría a la inflación volver a desalinearlos? Es esta la cuestión más importante y que mejor explica lo que sucede en Venezuela. Ninguna denominación puede sobrevivir a nuestros elevados niveles de inflación.
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