La nueva excusa de Obama para reflotar su idea de regular redes sociales
El expresidente de EEUU hizo mención a la guerra en Ucrania, pero sus intenciones para controlar las plataformas datan de tiempo atrás cuando buscaba resarcirse por una presidencia "demasiado buena" con esas empresas
Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, volvió a aparecer luego de que días atrás decidiera quitarle protagonismo al actual mandatario Joe Biden durante un acto en la Casa Blanca. Esta vez pronunció un discurso que trajo nuevamente a flote su idea de regular redes sociales pero matizada bajo la excusa de que Vladímir Putin las está usando para generar desinformación y difundir campañas de odio.
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De este argumento no hay duda. Mucho se ha dicho sobre cómo la propaganda se convirtió en un arma de guerra para inclinar la balanza en el conflicto que se desarrolla en Ucrania. Muchos ciudadanos rusos creen que su ejército está librando una lucha totalmente justificada, o que es el país vecino el que propició la violencia. El problema con las declaraciones de Obama es que el pedido de regulación viene de mucho antes, cuando Europa del este todavía permanecía en cierta calma. Además, sus palabras apuntan a materializar medidas que afectarían a todos los usuarios, estén donde estén, atentando así contra la libertad de expresión. Coincide con lo que tanto vienen exigiendo otras figuras demócratas.
El expresidente ha estado especialmente enfocado en que cambien leyes de lo que él considera un “nuevo ecosistema informativo» que promueve «algunos de los peores impulsos de la humanidad”. En pocas palabras, no bastarían las regulaciones que de por sí han impuesto por mano propia las juntas directivas de plataformas como Facebook y Twitter. Desde el bando demócrata piden intensificar la censura. “Estas compañías ya no son la típica operadora de teléfonos de antaño, han cambiado mucho en los últimos 20 años”, declaró ante el Centro de Seguridad Cibernética de la Universidad de Stanford.
Regular redes sociales a conveniencia
Corría el año 2020 cuando Barack Obama dijo que era necesario «encontrar una combinación de regulaciones gubernamentales y prácticas corporativas» que abordaran » decisiones editoriales» de las plataformas. Los argumentos que circularon en ese momento sugerían que probablemente el demócrata quería enmendar aquella fama que se ganó de ser «demasiado bueno» con las redes sociales. Así lo calificó una columna del portal The Atlantic.
Él las usó a su favor para ganar las elecciones en 2008. Y ya que la memoria suele ser corta cuando se trata de conveniencia, es válido recordar que Obama usó podcasts, Twitter, Myspace, Facebook y YouTube como motor de su candidatura. Ese año, tenía más seguidores que su oponente John McCain. Lo reconoció esta vez ante los estudiantes de la Universidad de Stanford. «Yo no habría sido elegido presidente si no fuera por Facebook, MySpace o MeetUp».
Varios demócratas presentaron el año pasado un proyecto de ley que despojaría a las redes sociales del uso de la Sección 230, la cual las libra de responsabilidad por lo que publican de los usuarios. Así que las pretensiones para supervisar las compañías no son nuevas ni se excusan totalmente en la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania.
Obama carga con el estigma de que durante su gestión hubo «falta de regulación y comodidad con el sector». Después de todo, las necesitaba. Ahora —en una aparente nueva etapa de protagonismo— dice que «hay gente muriendo por la desinformación» y que las redes sociales están debilitando las democracias.
¿Temor a la libertad de expresión?
Con sus palabras también llegó el pronunciamiento de Hillary Clinton pidiendo además un acuerdo con «aliados trasatlánticos para impulsar la Ley de Servicios Digitales». Parece una oleada de escrutinio lo que se viene levantando los últimos días contras las plataformas.
Puede que sea casualidad, o no, que las declaraciones se den justo cuando el empresario multimillonario y dueño de Tesla, Elon Musk, esté moviendo fichas para comprar Twitter. Uno de sus motivos es finalmente garantizar la libertad de expresión en la plataforma, tan golpeada durante los últimos dos años.
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