La madre Adela Galindo, originaria de Nicaragua y fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, pronunció el discurso de clausura del X Congreso Eucarístico Nacional, el 21 de julio de 2024.
Con gran ardor apostólico y deseo de encender el mundo con el amor de los Corazones traspasados y de construir una nueva civilización de amor, vida, verdad y solidaridad, Madre Adela dedicó su vida a la ardua tarea de formar los corazones (a través de la predicación y numerosos escritos) de religiosos, sacerdotes, hermanos, hombres, mujeres, niños y jóvenes, para ser testigos constantes del poder y fecundidad del amor, y del esplendor y fecundidad del Magisterio y de los tesoros de la Iglesia.
Al abordar la dura realidad del mal en el mundo, la Madre Galindo pronunció un mensaje que tuvo un eco profundo en su audiencia: "Les voy a dar un consejo sobre cómo atarlo [al Maligno]: usen su rosario, ¡estrangúlelo! Nuestro Señor es el Maestro de la historia”, dijo, enfatizando la profunda eficacia de las herramientas espirituales en la lucha contra la oscuridad.
En sus palabras finales, la Madre Galindo presentó la conclusión del Congreso como el comienzo de un nuevo capítulo en la vida de la Iglesia y de sus miembros. Instó a todos a asumir su papel de misioneros marianos de la Eucaristía, inspirándose en la apertura de María a la Palabra de Dios.
"Jesús es la luz del mundo y no nos dejará en la oscuridad. La Virgen, a través de la cual Dios introdujo al hombre en la historia, canta su Magníficat, el canto de las grandes cosas que Dios ha hecho por Ella. No solo por su historia personal, sino también por la historia de su pueblo para todas las generaciones".
Visiblemente conmovida en su discurso, la Madre Adela animó a los participantes a regresar a sus parroquias como “caballeros y damas de la Inmaculada”, comprometidos con su misión de portadores de la Eucaristía.
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