Empresarios latinoamericanos “preocupados” por elecciones del 6-D
El TSE, que integraría la misión de la Unasur, renunció el martes pasado a su participación como observador en los comicios
El presidente del Consejo Empresarial de América Latina, Ingo Plöger, reiteró ayer la “preocupación” del organismo que dirige por las elecciones legislativas en Venezuela y las “trabas” que impone el gobierno para una “adecuada” observación internacional.
Plöger también criticó, en un comunicado, el presunto veto de las autoridades venezolanas al posible nombramiento del ex ministro y ex presidente del Tribunal Supremo de Brasil Nelson Jobim, como jefe de una misión que la Unión de Naciones Suramericanas enviará a los comicios previstos para el 6 de diciembre en Venezuela.
“Es extraño que el nombre inmaculado de un ex diputado, ex ministro de Justicia y ex presidente del Tribunal Supremo de Brasil sea rechazado para la misión de acompañar el proceso electoral venezolano”, dijo. En su opinión, “eso no ayudará a demostrar la legitimidad de esas elecciones, incluso porque el propio gobierno brasileño apoyó esa designación y mantiene bien altas las relaciones con el gobierno venezolano”.
El ejecutivo brasileño recordó que la semana pasada, en la clausura de la XXVI Asamblea General del CEAL celebrada en Río de Janeiro, los empresarios latinoamericanos demandaron a Venezuela que permita el envío de observadores electorales de la Organización de Estados Americanos y de la Organización de Naciones Unidas, a lo que el gobierno del presidente Nicolás Maduro se opone.
El martes pasado y ante la falta de respuestas del gobierno sobre las garantías necesarias para una “observación objetiva e imparcial”, el Tribunal Superior Electoral de Brasil, que integraría la misión de la Unasur, renunció a su participación como observador internacional en las elecciones del 6-D.
Solo observar. Las razones principales de la decisión del tribunal, expuestas en un comunicado, recaen en la demora de Venezuela en responder a las garantías exigidas por la misión y a la negativa del país de que Jobim liderara la misión observadora.
El TSE aseguró que su objetivo era lograr que la misión de la Unasur hiciera una observación “objetiva e imparcial” dirigida por un personaje público como Jobim, con conocimiento de las “lides electorales y de reconocida imparcialidad”.
Entre las intenciones del tribunal estaba un acuerdo entre la Unasur y el Consejo Nacional Electoral que permitiera “observar las diferentes fases del proceso y verificar si las condiciones institucionales vigentes aseguran equidad en la disputa electoral”.
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