"Los medios tienen miedo de tocar ciertos temas"
La Ley Resorte y los presupuestos ajustados son los principales obstáculos de la televisión para el autor, quien considera que la telenovela no debe ser superficial y debe hacer planteamientos importantes
Siete úlceras en el estómago tenía Cesar Sierra cuando lo hospitalizaron hace dos meses. Un medicamento abrasivo y el estrés laboral jugaron en contra del escritor que entonces debía entregar el capítulo final de Amor secreto(Venevisión), los primeros episodios de A puro corazón (Televen) y Vivir para amar (TVES), además de supervisar los guiones de Escándalos (Televen).
"Pero valió la pena", dice el escritor ya recuperado. Es la primera vez en su carrera que cuatro de sus creaciones están al aire al mismo tiempo y en distintos canales. "La televisión de antes no te permitía eso porque el contrato exigía exclusividad. Me encanta que haya producción nacional de nuevo, veníamos de un bache, no se por qué el destino quiso que fueran todas de mi autoría. Espero que no vuelva a pasar", señala fatigado, pues los lunes coinciden tres horas seguidas de programación con su firma.
"No es agradable, cuando apoyo a una telenovela piensan que no lo hago con las otras", expresa Sierra, quien le hace seguimiento a sus dramáticos desde las redes sociales.
En Twitter leyó la opinión del público sobre los primeros capítulos de Vivir para amar de TVES. "La mayoría de los comentarios negativos no eran en contra de la telenovela sino del canal. Hay quienes dicen: `Ni siquiera la veo porque la pasan ahí’. La polarización hace que TVES esté luchando contra el rechazo del público. Además, tiene que pelear contra la competencia de otros canales".
El autor tenía la historia engavetada. Fue Roberto Messuti quien se la solicitó hace algún tiempo, cuando tenía planes de abrir una productora. "Quisimos que no fuera panfletaria, solo reflejamos una historia de amor dentro de lo popular. A lo mejor la producción ha hecho ciertos guiños que no estaban en el guión, como los colores del vestuario".
La polarización se manifiesta en la trama. "La novela habla de eso, de la pelea innecesaria entre gente que es del mismo barrio. La responsabilidad de uno es comunicar.
El espectáculo entretiene, pero no por eso debe ser frívolo o superficial".
La realidad del país se cuela en la pantalla en todos los niveles de producción, desde los materiales que se necesitan hasta el número de actores en el set. "Hay escenas que te imaginas de otra manera.
El presupuesto de esta semana no alcanza la próxima y las ideas se van restringiendo. Escribes en función de un número de locaciones y personajes.
Si en un capítulo uso muchos extras, ya sé que en el siguiente no puedo".
El dramaturgo considera que la Ley Resorte también ha dificultado el oficio. "Es muy difícil competir en el horario de las 9:00 de la noche, cuando no puedes plantear problemas sociales ni de actualidad. Cuando tratas de hacerlo te quedas a mitad de camino.
Hay censura y autocensura en los canales. Los medios tienen miedo de tocar ciertos temas. Yo trato de no autocensurarme. Si me censuro yo, después ellos y después el ministerio, al final no hacemos nada. Para dar el mensaje positivo debes mostrar lo negativo. La Ley Resorte entra en conflicto con eso. Hay que mostrar las consecuencias de lo malo. Hace falta que exista el villano, si todos son buenos no hay drama, no hay nada que contar".
Sin embargo, Sierra utiliza las telenovelas para hacer planteamientos importantes. Dice que en Amor secreto presenta el empoderamiento de la mujer y la defensa de los valores por encima del oportunismo. Mientras que en A puro corazón y Vivir para amar intenta tocar el arraigo, en un momento en el que la diáspora marca a las nuevas generaciones.
"Por más que uno trate de pintar el mundo de la fantasía, el público lo resiente y dice que no es así: `¿Dónde consiguió el café tan rápido?’ o `no desperdicies mayonesa, que no se consigue’. Comentarios como esos he visto en las redes".
El escritor es consciente de que la telenovela venezolana ha perdido popularidad en el mundo, aunque sostiene que el público local todavía la apoya.
"Cuando sale una producción nacional se le encuentran todos los defectos. Tenemos fama de que antes hacíamos cosas buenas y ahora no. Hacemos el intento, pero hay que luchar contra ese estigma. Algunos sectores de la prensa deben revisarse un poco. No encuentren solo los defectos, en un momento dejarán de verlos porque no habrá producción".
Sierra trabajará los guiones de la segunda temporada de Escándalos y de Prueba de fe , una historia sobre milagros cuyo piloto está en producción y será dirigido por Tony Rodríguez.
"Pero valió la pena", dice el escritor ya recuperado. Es la primera vez en su carrera que cuatro de sus creaciones están al aire al mismo tiempo y en distintos canales. "La televisión de antes no te permitía eso porque el contrato exigía exclusividad. Me encanta que haya producción nacional de nuevo, veníamos de un bache, no se por qué el destino quiso que fueran todas de mi autoría. Espero que no vuelva a pasar", señala fatigado, pues los lunes coinciden tres horas seguidas de programación con su firma.
"No es agradable, cuando apoyo a una telenovela piensan que no lo hago con las otras", expresa Sierra, quien le hace seguimiento a sus dramáticos desde las redes sociales.
En Twitter leyó la opinión del público sobre los primeros capítulos de Vivir para amar de TVES. "La mayoría de los comentarios negativos no eran en contra de la telenovela sino del canal. Hay quienes dicen: `Ni siquiera la veo porque la pasan ahí’. La polarización hace que TVES esté luchando contra el rechazo del público. Además, tiene que pelear contra la competencia de otros canales".
El autor tenía la historia engavetada. Fue Roberto Messuti quien se la solicitó hace algún tiempo, cuando tenía planes de abrir una productora. "Quisimos que no fuera panfletaria, solo reflejamos una historia de amor dentro de lo popular. A lo mejor la producción ha hecho ciertos guiños que no estaban en el guión, como los colores del vestuario".
La polarización se manifiesta en la trama. "La novela habla de eso, de la pelea innecesaria entre gente que es del mismo barrio. La responsabilidad de uno es comunicar.
El espectáculo entretiene, pero no por eso debe ser frívolo o superficial".
La realidad del país se cuela en la pantalla en todos los niveles de producción, desde los materiales que se necesitan hasta el número de actores en el set. "Hay escenas que te imaginas de otra manera.
El presupuesto de esta semana no alcanza la próxima y las ideas se van restringiendo. Escribes en función de un número de locaciones y personajes.
Si en un capítulo uso muchos extras, ya sé que en el siguiente no puedo".
El dramaturgo considera que la Ley Resorte también ha dificultado el oficio. "Es muy difícil competir en el horario de las 9:00 de la noche, cuando no puedes plantear problemas sociales ni de actualidad. Cuando tratas de hacerlo te quedas a mitad de camino.
Hay censura y autocensura en los canales. Los medios tienen miedo de tocar ciertos temas. Yo trato de no autocensurarme. Si me censuro yo, después ellos y después el ministerio, al final no hacemos nada. Para dar el mensaje positivo debes mostrar lo negativo. La Ley Resorte entra en conflicto con eso. Hay que mostrar las consecuencias de lo malo. Hace falta que exista el villano, si todos son buenos no hay drama, no hay nada que contar".
Sin embargo, Sierra utiliza las telenovelas para hacer planteamientos importantes. Dice que en Amor secreto presenta el empoderamiento de la mujer y la defensa de los valores por encima del oportunismo. Mientras que en A puro corazón y Vivir para amar intenta tocar el arraigo, en un momento en el que la diáspora marca a las nuevas generaciones.
"Por más que uno trate de pintar el mundo de la fantasía, el público lo resiente y dice que no es así: `¿Dónde consiguió el café tan rápido?’ o `no desperdicies mayonesa, que no se consigue’. Comentarios como esos he visto en las redes".
El escritor es consciente de que la telenovela venezolana ha perdido popularidad en el mundo, aunque sostiene que el público local todavía la apoya.
"Cuando sale una producción nacional se le encuentran todos los defectos. Tenemos fama de que antes hacíamos cosas buenas y ahora no. Hacemos el intento, pero hay que luchar contra ese estigma. Algunos sectores de la prensa deben revisarse un poco. No encuentren solo los defectos, en un momento dejarán de verlos porque no habrá producción".
Sierra trabajará los guiones de la segunda temporada de Escándalos y de Prueba de fe , una historia sobre milagros cuyo piloto está en producción y será dirigido por Tony Rodríguez.
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