Algunos dicen: usted no puede rezar a la Virgen María por mas santa que ella sea, porque está muerta. Y los que están muertos no pueden hacer nada.
Observe la contradicción. En la vida, usted admite que podemos rezar unos por otros. Pero después de la muerte terrestre ¡nada más!
¿No han leído ustedes que en el Monte Tabor, Jesús transfigurado charlaba con Moisés y Elías? ¿No lee usted en el Evangelio que Jesús le dice al buen ladrón: “Esta noche estarás conmigo en el Paraíso”? ¿Entonces, Moisés, Elías y el buen ladrón sí, pero ¿no María la ”llena de gracia”? Aquella a que la que todas las generaciones deben proclamar bienaventurada no estará en el Cielo de Dios, ¿solamente el buen ladrón? ¿Y en el Apocalipsis no estará Ella en el cortejo que sigue al Cordero?
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