Barrabás anda de su cuenta
Delincuentes ya le dieron el “feliz año” a la parroquia San Isidro Labrador en Conejeros
Desde finales del año pasado, cualquiera podría decir que no hace mucho, el hampa viene visitando progresivamente la Iglesia de la parroquia San Isidro Labrador, ubicada entre la calle “Buena Vista” y la “Luis Castro” del sector Los Conejeros de Porlamar, llevándose poco a poco, los bienes de la congregación.
Cada vez que cometen un hurto en el templo, los sacerdotes y algunos feligreses, denuncian el caso ante el CICPC, tal como nos lo narra la señora Rosario de Marcano, sacristana de la Iglesia. “Se han llevado el motor del portón, las bombas de agua, el tanque, se llevaron los compresores de dos aires tipo Split y una unidad de aire central… han desvalijado la iglesia poco a poco…”. Explicaron los dolientes que, tan sólo en diciembre profanaron cuatro veces el recinto.
En esta oportunidad los delincuentes ingresaron por un boquete que abrieron en el techo de la sacristía, rompiendo las tejas, el manto asfáltico y el machihembrado. Al parecer los hampones camuflados por los “juegos” pirotécnicos, pudieron hacer todo el ruido que necesitaron y quisieron, para ingresar al templo, sin ser detectados por los vecinos.
Leonardo Sotillo, miembro comprometido de la parroquia, nos explicó que en esta oportunidad se llevaron la planta de sonido, los micrófonos, las 7 cornetas o parlantes del salón, la computadora y la impresora. “tuvieron el descaro de montarse en el altar y robarse los bombillos y el ventilador del presbiterio que estaban en el techo…” explicó Sotillo de manera indignada.
También nos dice que al principio denunciaban cada visita que hacían los ladrones al templo, pero de un tiempo para acá, ya cansados de que no tomen en cuenta los reclamos, ya no se han dirigido más a ningún órgano de seguridad y prefirieron acudir a la voz de la prensa, a la voz del pueblo, para que cualquier instancia interesada en aplicar justicia, les ayude a acabar con esta oleada de robos.
El principal problema que presenta el templo, son varios árboles que están del lado de la calle “Luis Castro” (fondo de la Iglesia), que sirven de escala para que los hampones salten la tapia y lleguen al recinto.
A los delincuentes que profanan el templo o cualquier bien ajeno, la Biblia les dice en Efesios 4:28 “El que hurtaba, no hurte más, antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad”.
También en el libro del Éxodo 22:2 dice, “Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpado de su muerte”. Y más adelante en Apocalipsis 21:8 se les deja una advertencia al decir “a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
DIARIO CARIBAZO, 4 DE ENERO DE 2016
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