Paradura del Niño Jesús en Táriba
La tradicional paradura organizada por las familias de la redoma del Cementerio, en Táriba, se efectuó este sábado, desde las 7:30 de la noche.
La tradicional paradura del Niño Jesús organizada por un grupo de familias de la urbanización Monseñor Briceño, en Táriba, específicamente en la redoma del Cementerio, se celebró este sábado 9 de enero, a partir de las 7:30 de la noche, actividad cultural que se inició con la eucaristía.
Se trata de un evento cultural que se festeja desde hace más de ocho años, dirigido por las familias: Huérfano Delgado, Vivas Molina, Marque Álvarez, Delgado Ontiveros, Huérfano Briceño, Moreno Zambrano, Briceño Colmenares y Sánchez Vivas, quienes todos los años planifican las actividades, que son del disfrute de todos los asistentes.
La celebración religiosa estuvo a cargo del sacerdote Luis Ortega, párroco de la iglesia San Juan Bosco de Táriba, quien con su presencia fortaleció el valor religioso de la paradura.
“La finalidad de esta actividad es velar porque sigan las tradiciones, costumbres culturales, navideñas, y al mismo tiempo elevar los valores espirituales en el corazón de cada uno de los habitantes del sector y de quienes nos acompañen en tan importante actividad religiosa”, declaró la profesora Nuvy Huérfano, pilar del comité organizador.
Este año fueron honrados, como padrinos, los integrantes de las familias Guerrero Moreno y Briceño Colmenares, quienes al finalizar la eucaristía se encargarían de pasear al Niño Jesús.
Ellos, en compañía de todos los presentes, entonando cantos y villancicos, buscarían la imagen del Niño Jesús perdido, perteneciente al pesebre de la familia Moreno Zambrano. Una vez localizado, fue llevado sobre una sábana, finamente decorada, para así realizar la tradicional paradura.
El recorrido se realizó por varias calles de la comunidad, varios de los asistentes con velas encendidas. Los músicos entonaron cantos, coreados por todos; otras personas, rezando el rosario, agradecen a Dios por favores recibidos.
Culminado el recorrido, las familias organizadoras ofrecerían un “compartir” para todos los presentes de dicha actividad religiosa. La música no dejó de sonar y algunos de los asistentes quemaron fuegos artificiales. (JLG)
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