Venezuela democrática convoca
Un día tras otro en los que no puede haber reposo ni temores en un país que está sumido en una grave crisis política. Son los días del insistente accionar de la lucha por los derechos del libre ejercicio del pensamiento, en los que la fortaleza de la sociedad democrática privilegia su propia condición existencial. Y es así, por cuanto Venezuela está sumida en una grave situación política que no permite dilaciones de sus organizaciones sociales frente a la realidad de hechos que son absolutamente contrarios a los fundamentos del sistema democrático.
Frente a ese cuadro descompuesto imperante de corruptelas persistentes y abusos consuetudinarios que adversa la esencia de las libertades públicas y la significación edificante de la moralidad administrativa, tiene que ser insistente el proceder colectivo en la afirmación del derecho que fundamenta la democracia. Y esta es la lucha que tenemos planteada los venezolanos frente a lo que desde hace años se vive con el zarpazo antidemocrático.
Pero no en vano es la actitud de la sociedad democrática que no desmaya en su accionar de lucha que día a día suma toda una nación en la firme disposición del estado de legalidad y moralidad fundamentados en valores de la decencia pública.
Es de advertir la capacidad de respuesta de los diversos sectores de la sociedad venezolana para dar claras y terminantes afirmaciones de la condición existencial de una sociedad privilegiada de valores democráticos. El pueblo venezolano asume de diversas maneras la defensa de sus valores y principios democráticos, por lo que está en lucha de calle en franca y abierta afirmación de su condición soberana.
Somos una nación que lleva la libertad en su condición de lo que ello significa. Somos una nación con un sentimiento de libertad que no cesa, por lo que el joven que apenas abre los ojos al mundo, intenso con la gloria de la libertad, ondea su tricolor nacional con sus siete estrellas de independencia en el tiempo. Es la patria que está presente en el proceder de sus hijos en la defensa de sus valores que dignifican su existencia.
Y en esa actitud soberana afirmamos nuestra condición de mentalidad libre. Una nación de espíritu democrático que afirma cada día su legítima condición de independencia con la valentía de la trascendencia histórica de sus libertadores. Asimismo, en las actitudes perseverantes, de una lucha en la que se perfilan actitudes valientes frente a las sistemáticas violaciones del derecho superior de la vida. Ante ese cuadro preocupante –por decir lo menos– está la Venezuela de este tiempo afirmada en la significación profunda de un sentimiento de libertad. De allí la lucha por los valores que nos dan ese perfil de soberanía en el tiempo. Esa lucha muestra la actitud valiente de los que han sido víctima de la metralla que trata de silenciar el sentimiento de libertad de la juventud venezolana.
Esta es la Venezuela que asume la protesta en su legítimo derecho de independencia. Es la Venezuela que convoca a la defensa de los valores insustituibles democráticos. Esta es la Venezuela que siente la fortaleza del sentimiento de patria libre que se adentra en todos los espacios y lo hace suyo con la firmeza de sus estudiantes, de la mujer que no desmaya en la lucha y del hombre en su empeño de cambio. De una sociedad que no desestima el ideal supremo de la plenitud de los derechos que consagran la independencia y la soberanía. Es lo que representa el sentimiento expreso de una nación que llevó la independencia por un continente.
Venezuela es una nación donde el espíritu nacional de la libertad está acendrado en el corazón de sus habitantes. Es ese sentimiento democrático que está en la calle. Que avanza en vibrante actitud de libertad y soberanía nacional.
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