4 de febrero, día de la traición
Los de la foto, como todos los que juran con la izquierda, simbólicamente no traicionan, están diciendo que se guardan la mano diestra para otras destrezas relacionadas con el “cuánto hay pa´ eso”. Presuntamente
En un lejano y rico pueblo del norte del sur de un continente con nombre de mujer un militar que juró al tomar las armas defender ese país atentó con un golpe.
Y se hizo gobierno.
Fundamentan sus ideas en tres raíces, una de las cuales es un incierto sujeto de apellido Zamora, del cual un respetado y respetable Padre escribe -de la Historia: “dueño de esclavos, tenía trata de blancas, practicaba la prostitución infantil y vendía información militar”,…y se pregunta ¿Héroe?
Le faltó a Palmar decir que era, además, usurero…
A lo que están con el Poseso, con su justo derecho de defenderse, deben responder:
-Que si era dueño de esclavos, sí. Los compraba para poseerlos él que era un socialista, para que no los explotaran los oligarcas capitalistas…
-¿Trata de blancas? No, no todas las mujeres a las que les servía de intermediario en la venta de su cuerpos eran blancas, no discriminaba, era demócrata; también trataba con negras, morenas, indias, canelas, catiras bachacas, zambas, ébanas, trigueñas, mestizas, mojinas, mulatas, rubias y aguarapadas…
A lo de practicar la “prostitución infantil”, corregirán con su revolucionario castellano:
-Lo correcto es decir niñas y niños, adolescentes, adolescentos y adolescentas.
Por lo de prestar plata a interés, dirían:
-¡Usurero no, prestamista!
A lo de vender información militar aún no tienen respuesta, disciplinados esperan les den de la isla una defensa que debe relacionarse con el otro imperio, el de más al norte…
Mas el tema de hoy es el juramento. No dediquemos más tinta al interfecto, quien es de sobra tratado por nuestro profesor, Adolfo Rodríguez, en su obra, que es un botalón en la sabana de la historia de Venezuela, que se titula: "La llamada de fuego" Vida, Pasión y Mito de Ezequiel Zamora…
La segunda juramentación, la más conocida del comandante, como Presidente, frente a Caldera, no fue en vano:
-Juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las…
Y de verdad, en el más imperioso tiempo mató a la Constitución.
Sus seguidores también han estado cumpliendo con su juramento…
El juramento a un cargo público es de las cuestiones humanas más simbólicas, los enterados de las ciencias de la comunicación afirman que el lenguaje gestual constituye entre el setenta y el ochenta por ciento del comunicarse cotidiano, mucho más que la comunicación verbal. Nosotros, desde esta orilla izquierda del río Guárico, decimos que en los actos políticos públicos esta mímica debe acercarse al cien por ciento, y en los actos de juramentación el simbolismo gestual es total.
En el acto de juramentación de la “nueva” directiva de Pedevesa los conjurados juran con la izquierda. El ofrecer la mano derecha para jurar es un puro simbolismo que dice que con la mano que puedo atentar contra el erario público, te la muestro, para que vean que la mano con la que puedo robar no está manchada, y así he de mostrarla al concluir el ejercicio de ese cargo, limpia. Como cuando saludo abro los dedos para mostrarte que no tengo nada en la mano derecha que pueda atentar contra tu integridad. Como algunas culturas se inclinan para mostrar la confianza que tengo en ti, y el interlocutor también se inclina para sellar el callado Juramento de confianza mutua.
Los de la foto, como todos los que juran con la izquierda, simbólicamente no traicionan, están diciendo que se guardan la mano diestra para otras destrezas relacionadas con el “cuánto hay pa´ eso”. Presuntamente…
Nota final: ¿Sobrevivirá en el mundo alguna empresa que haya sido más desfalcada que Pedevesa? ¿Merecemos un Record Guinness? Pregunto… Cuando uso el verbo merecer lo hago en primera persona del singular, porque Pedevesa es de todos. ¿O no?
Los de la foto, como todos los que juran con la izquierda, simbólicamente no traicionan, están diciendo que se guardan la mano diestra para otras destrezas relacionadas con el “cuánto hay pa´ eso”. Presuntamente
En un lejano y rico pueblo del norte del sur de un continente con nombre de mujer un militar que juró al tomar las armas defender ese país atentó con un golpe.
Y se hizo gobierno.
Fundamentan sus ideas en tres raíces, una de las cuales es un incierto sujeto de apellido Zamora, del cual un respetado y respetable Padre escribe -de la Historia: “dueño de esclavos, tenía trata de blancas, practicaba la prostitución infantil y vendía información militar”,…y se pregunta ¿Héroe?
Le faltó a Palmar decir que era, además, usurero…
A lo que están con el Poseso, con su justo derecho de defenderse, deben responder:
-Que si era dueño de esclavos, sí. Los compraba para poseerlos él que era un socialista, para que no los explotaran los oligarcas capitalistas…
-¿Trata de blancas? No, no todas las mujeres a las que les servía de intermediario en la venta de su cuerpos eran blancas, no discriminaba, era demócrata; también trataba con negras, morenas, indias, canelas, catiras bachacas, zambas, ébanas, trigueñas, mestizas, mojinas, mulatas, rubias y aguarapadas…
A lo de practicar la “prostitución infantil”, corregirán con su revolucionario castellano:
-Lo correcto es decir niñas y niños, adolescentes, adolescentos y adolescentas.
Por lo de prestar plata a interés, dirían:
-¡Usurero no, prestamista!
A lo de vender información militar aún no tienen respuesta, disciplinados esperan les den de la isla una defensa que debe relacionarse con el otro imperio, el de más al norte…
Mas el tema de hoy es el juramento. No dediquemos más tinta al interfecto, quien es de sobra tratado por nuestro profesor, Adolfo Rodríguez, en su obra, que es un botalón en la sabana de la historia de Venezuela, que se titula: "La llamada de fuego" Vida, Pasión y Mito de Ezequiel Zamora…
La segunda juramentación, la más conocida del comandante, como Presidente, frente a Caldera, no fue en vano:
-Juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las…
Y de verdad, en el más imperioso tiempo mató a la Constitución.
Sus seguidores también han estado cumpliendo con su juramento…
El juramento a un cargo público es de las cuestiones humanas más simbólicas, los enterados de las ciencias de la comunicación afirman que el lenguaje gestual constituye entre el setenta y el ochenta por ciento del comunicarse cotidiano, mucho más que la comunicación verbal. Nosotros, desde esta orilla izquierda del río Guárico, decimos que en los actos políticos públicos esta mímica debe acercarse al cien por ciento, y en los actos de juramentación el simbolismo gestual es total.
En el acto de juramentación de la “nueva” directiva de Pedevesa los conjurados juran con la izquierda. El ofrecer la mano derecha para jurar es un puro simbolismo que dice que con la mano que puedo atentar contra el erario público, te la muestro, para que vean que la mano con la que puedo robar no está manchada, y así he de mostrarla al concluir el ejercicio de ese cargo, limpia. Como cuando saludo abro los dedos para mostrarte que no tengo nada en la mano derecha que pueda atentar contra tu integridad. Como algunas culturas se inclinan para mostrar la confianza que tengo en ti, y el interlocutor también se inclina para sellar el callado Juramento de confianza mutua.
Los de la foto, como todos los que juran con la izquierda, simbólicamente no traicionan, están diciendo que se guardan la mano diestra para otras destrezas relacionadas con el “cuánto hay pa´ eso”. Presuntamente…
Nota final: ¿Sobrevivirá en el mundo alguna empresa que haya sido más desfalcada que Pedevesa? ¿Merecemos un Record Guinness? Pregunto… Cuando uso el verbo merecer lo hago en primera persona del singular, porque Pedevesa es de todos. ¿O no?
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