Adolfo Golindano: un esclavo de la tinta

Adolfo Golindano: un esclavo de la tinta

Golindano no podría hacer una diferenciación de preferencia entre la pintura o la escultura, ambas disciplinas lo cautivan, y aun cuando el dibujo es su fuerte tiene la meta de presentar una propuesta de piezas esculpidas que vayan más allá de bustos oficiales.

Karla Marval Esteves

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En su transitar por la vida, el arte siempre ocupó un lugar especial para Adolfo Golindano. / Foto: JHONNATAN BENITEZ | @jhonnaphoto

SOL DE MARGARITA, 12 May, 2017 | En su transitar por la vida, el arte siempre ocupó un lugar especial para Adolfo Golindano. Su habilidad para el dibujo fue un foco de luz en el camino que iba a recorrer y le abrió las puertas al color, a los grises, a la pintura y la escultura, siempre de la mano de textos y tratados de arte para llenar esos vacios académicos e instruirse en nuevos conocimientos a través de sus propios medios, decretando así: “soy estudioso de las artes plásticas”.

Esos primeros roces de Golindano con los dibujos fueron a corta edad, por lo que su mente aun infantil intentaba representar la figura humana y tomaba como objetivos la recreación de personajes heroicos de las historietas como Superman, Batman o Flash; cultivando así sus destrezas para lo que lo mantendría navegando entre un mar de colores y formas artísticas de expresión.

Aun cuando este artista surgió en las tierras de Teresen, Caripe del Guacharo, en el estado Monagas, en su ser es un margariteño más, que se nutre de la luz y la escala cromática de la Isla, la cual difícilmente puede sintetizar de un paletazo, pero que podría llegar a decir entre colores y adjetivos que “Margarita es azul marino, azul cielo, rojos y ocres tierra, así como todos los verdes de esperanza”.

“Yo soy un esclavo del dibujo a tinta china”, se confiesa este virtuoso a quien la tinta lo cautivó, por ser esta la representación del negro ante el blanco del papel, y tener con ella la posibilidad de crear espacios de grises, usando negro con fondo blanco, una de las principales técnicas que ocupa su vida artística; así como un día lo fueron los creyones para colorear y ahora en su etapa más profesionalmente los cambió por las pinturas y materiales para esculpir.

¿Pintura o escultura?

Una pregunta difícil de contestar para Golindano quien no podría hacer elección, pues sin dudar escoge las dos. “Lo que pasa es que el dibujo es algo que aquí frente al mar lo puedo hacer, y la pintura se complica y la escultura aun más. Son diferentes grados de complejidad”.

Sin embargo, de un tiempo para acá se halla explorando la escultura, a razón de que fue algo que siempre estuvo presente durante su desarrollo expresivo y, aun cuando hasta ahora sólo puede exhibir bustos oficiales; afirma con vehemencia que en su momento presentará “una propuesta surgida de la investigación e inventiva de las formas, que va a ocupar un espacio importante en lo que es mi trabajo personal”.

Hay quienes tienen más inclinación a una disciplina que a otra, y para este hombre nativo de Teresen su fuerte es el dibujo. Expresión que logra a través de un proceso creativo que se resumen en la “necesidad de representar las ideas, la filosofía de vida, la visión del mundo. Es una forma de comunicarse más allá del lenguaje cotidiano”.

Y es esa necesidad, sugiere Golindano la que lleva a los artistas a la producción de obras, porque para él la gente puede vivir tranquilamente sin producir arte, pero lo cierto es que la necesidad de expresarse los conduce por el camino de los oleos, tintas y lienzos, hasta presentar una propuesta que comunica un sentimiento, un pensamiento o una visión.

De un tiempo para acá se halla explorando la escultura, a razón de que fue algo que siempre estuvo presente durante su desarrollo expresivo / Foto: JHONNATAN BENITEZ | @jhonnaphoto

Relevo

El ser artista es ver la vida de una forma diferente, y al parecer en Nueva Esparta hay un buen contingente de nuevos valores que apuestan por tener una mirada distinta, lo cual da mucho qué hablar de las artes plásticas neoespartanas. Golindano afirma que en el estado existe un gran número de jóvenes que están produciendo y tienen grandes posibilidades de establecerse en el campo de la plástica, un mundo que cada día se hace más difícil por cuanto existe un bombardeo de información visual y deben luchar para obtener propuestas novedosas.

Señala que, tanto a los nuevos artistas como consagrados, las debilidades del sector les tocan la puerta. Para este maestro que desarrolla su arte en el municipio Marcano, los altísimos e incluso obscenos costos de los materiales representan una locura; a la que deben sobreponerse para lograr expresar su sentir en una pieza; meta a la que llegan por que “su neoespartanidad, esta condición insular, el verse rodeado de mar, los verdes, de saberse integrante esta naturaleza, les da la fortaleza”.