Maduro: toma tu 350
El pueblo no come cobas ni Constituyente chimba: continúa la desobediencia cívica para restaurar el estado de derecho en Venezuela
Termina otra semana cargada de protestas y sigue dando la impresión que ni la más brutal represión oficialista a las manifestaciones es capaz de detener a una ciudadanía resteada con el cambio, a pesar de las muertes, los heridos o las detenciones arbitrarias.
El país sigue literalmente en llamas por los cuatro costados y el gobierno parece que tratara de apagar la caótica situación con combustible cuando insiste en instrumentar su constituyente a toda costa, cegado como está en esa postrera “huida hacia adelante” que probablemente no tendrá éxito.
Los sectores mayoritarios de la población han manifestado su rechazo al engendro de Maduro avalado por el CNE (voto salvado de L. E. Rondón) y fue relevante en estos días la postura del par de magistrados del TSJ que se sumaron a la disidencia frente al nuevo exabrupto que pretende cometer el gobierno, esta vez en materia electoral.
La gente sigue en la calle, la mayoría de la AN respalda la resistencia pacífica, nuevos gremios y sectores engrosan las filas de la oposición y parece blindarse un muro que el oficialismo no podrá abatir por más tanquetas que arremetan, o perdigones o bombas que disparen. La rebelión popular parece estar suficientemente arraigada como para continuar luchando hasta que se instrumente, de una manera verdaderamente democrática, el cambio político que anhela Venezuela.
El tren ejecutivo anda descarrilado echando su cuento de las bases constituyentes. Jorge Rodríguez, experto en fraudes, bla, bla, bla. Elías Jaua, para llorar. Diosdi, paja. Ernesto Villegas, sin comentarios. Sus audiencias son reducidas, su público genuflexo o quizás sólo devoto a la “religión” chavista cuyos acólitos siguen ideológicamente en fuga, aunque quizás presos por alguna ventaja económica o chantajeados por la entrega de las bolsas de comida. Las velas para San Hugo también están escasas. Mejor guardarlas para otro apagón.
La oposición, igual que el pueblo, tampoco come cuentos. Califica de “golpe de estado continuado” el episodio de la convocatoria constituyente e insiste en mantener la PROTESTA PACÍFICA, desmarcándose de las acusaciones oficialistas que pretenden endosarle la cuenta de muertos y heridos.
La Fiscal fue concluyente, al menos en un caso, desde la investigación adelantada por el Ministerio Público: “a Juan Pernalete, dijo el miércoles, lo mató el impacto de una lacrimógena en el pecho disparada por algún efectivo de la GNB”. Era una verdad de Perogrullo, “caliche” dentro del argot periodístico, pero fue importante que Luisa Ortega dejara sentada una posición institucional partiendo desde este caso para desenmascarar al gobierno en otra de sus mentiras: Delcy Rodríguez, Diosdado y Villegas, entre otros, hablaron de una supuesta “pistola de perno” involucrada en ese asesinato, “un arma que estaba en manos de los mismos sectores que adversan al gobierno”. Últimas Noticias validó esa farsa al anunciar en portada un reportaje según el cual la “autopsia descartó (descartaba) muerte por lacrimógena”. Díaz Rangel: es lastimoso que a su edad y con su experiencia salga raspao en periodismo informativo. Usted también es asesino, asesino de la escasa credibilidad que le quedaba al medio que dirige.
Hay más de 50 expedientes similares al de Pernalete que quedan por ser esclarecidos, uno por cada uno de las víctimas que siguen arrojando los días de protesta. La cuenta ya raya 60 muertos. La brutalidad represiva sigue incurriendo en excesos que implican crímenes de lesa humanidad. Habrá que recordarles a sus responsables que esos delitos no prescriben. Tarde o temprano tendrán que vérselas con la justicia.
Para cerrar transcribo parte del artículo 350 de la Constitución Nacional, contundente como es, cuando señala que “El pueblo de Venezuela…desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.” Más claro no canta un gallo: ni Maduro ni su constituyente chimba pasan este filtro y dejan al gobierno a la deriva para ser desconocidos como de hecho lo viene haciendo la gran mayoría del país.
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