DESTACADA
Millones de dólares por sobreprecio en viviendas
La Cámara de Construcción no cree en las cifras del gobierno y pide el fin de la Gran Misión Vivienda
Si los datos de inversión del Estado son ciertos, el sobrecosto es de 78 mil millones de dólares
El cable tren en Medellín costó 40 millones de dólares y el de Caracas 300 millones
Oliver Parra
Juan Sosa Pietri, presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, no cree en la cifra de viviendas que el gobierno dice haber construido.
Y si eso es cierto, estaríamos hablando de un sobreprecio de 78 mil millones de dólares.
Y como si fuera poco, Sosa suelta esta denuncia:
“El cable tren de San Agustín costó 300 millones y uno similar, pero más grande en Medellín, Colombia, sólo costó 40 millones”.
“¿Qué cifra tiene la Cámara y cuál es la situación de los insumos?”, preguntó el periodista a Sosa. Y él respondió.
-En cuanto a lo de los insumos, la situación no puede ser más grave. Sidor, después de nacionalizada tenía una capacidad, en su momento, de 4.8 millones de toneladas de acero líquido y desde el año pasado no fueron ni 300 mil, y en los primeros seis meses de este año, todavía no ha arrancado. Las empresas cementeras, que tenían una capacidad instalada de aproximadamente 10 millones 800 mil toneladas, produjeron menos de 4 millones, a pesar de que se incrementó la capacidad de producción con la planta de Cerro Azul, donde incrementaron aproximadamente unas 2 mil toneladas adicionales. En relación a lo del número de viviendas que dice el gobierno: esas cifras son poco creíbles, pero si nosotros partimos solamente de la declaración del Presidente de la República, en noviembre del año pasado el Presidente de la República declaró haber invertido más de 95 mil millones de dólares para la construcción de 1 millón 150 mil viviendas. Eso le viene dando un promedio de aproximadamente 83 mil dólares americanos por vivienda, lo cual es un exabrupto, donde hay algo que ni siquiera se pone el terreno. Esas son las viviendas más costosas, porque esas viviendas a precios internacionales, si usted pusiera el terreno y pagara el financiamiento y pagara los impuestos, que no se pagan, y pagaran, vamos a decir, los gastos de incorporación, pues esas viviendas deberían estar en 45 mil dólares. Si le quitas el terreno, los márgenes de utilidad, le quitas gastos de comercialización, los impuestos, etc., las viviendas deberían salir en 22 mil dólares. Actualmente, le digo, las viviendas del sector privado las están vendiendo en menos de 15 mil dólares. Entonces quiere decir que nosotros como venezolanos, pagamos un sobrecosto de más de 78 mil millones de dólares, es decir, siete veces nuestras reservas. Ahora, lo que resulta también poco creíble, es que si tú en noviembre declaraste que hiciste 1 millón 150 mil viviendas, bueno, acabas de aparecer hace menos de 15 días decir que hiciste la vivienda 1 millón 600. Eso quiere decir que en menos de seis meses hiciste 400 mil viviendas. Bueno, evidentemente que no me gusta poner en duda la palabra del Presidente de la República, pero resulta poco creíble que tú puedas haber hecho 400 mil viviendas, cuando existe un desempleo de más de 1 millón 200 mil personas en el sector construcción, no hay los insumos, como dijimos antes, no hay la capacidad de financiamiento, vamos a decir para hacerlo, tampoco existen los terrenos urbanizados, entonces, esas viviendas realmente nadie sabe dónde existen y dónde están. Resulta verdaderamente dramático que se hayan perdido 1 millón 200 mil empleos, pero lo más curioso es que habiéndose perdido 1 millón 200 mil empleos, y estando el país en esta crisis, las reuniones del motor construcción se encuentran paralizadas desde hace más de dos meses y medio. Vamos a tratar de resumir algunas de las propuestas. En el área concreta de viviendas, nosotros planteamos que no se puede seguir con un programa como el de Misión Vivienda, cuando se ha pagado más de 78 mil millones de dólares de sobrecosto en las viviendas que ha construido el Estado. Ese ha sido un programa tremendamente ineficiente en cuanto a cantidad de viviendas producidas y extremadamente costosas y onerosas para el país, porque representa más de 7, 8 veces las reservas internacionales. Proponemos sustituir un programa de esos por los subsidios directos al comprador, donde se le podría dar alrededor de unos 15 mil dólares americanos al comprador, un programa de 200 mil unidades de viviendas nuevas, que desde el gobierno no las han construido y entonces el comprador rescata dos cosas importantes: uno, su poder adquisitivo y otro, el derecho de poder elegir dónde vivir. Porque en este momento usted no tiene derecho a elegir dónde vivir, porque ustedes tienen que vivir donde el Estado está produciendo una vivienda, que muchas veces ni siquiera cumplen con las normas sanitarias, de ventanas 1 x 1 y no cumplen con normas de ventilación. Entonces, ahí hay una propuesta concreta en la parte de la vivienda que creo que incentivaría al sector privado en forma importante. El Nacional lo hizo, una denuncia que yo creo que es tremendamente grave y que el pueblo venezolano tiene que darse cuenta. Ese acto de corrupción que anuncia El Nacional, es producto de que el gobierno, a su conveniencia, modificó la Ley de Contrataciones Públicas para que cualquier contrato que hicieran con empresas internacionales, no pudiera ser ni auditado, ni pre, ni posteriormente el contrato. Entonces, hicieron un otorgamiento de una cantidad de contratos de empresas internacionales de todas partes del mundo, algunas de ellas brasileiras, otras bielorrusas, otras rusas.
-¿Ahí está la inolvidable Odebrecht?
-Bueno, ese es un caso dramático, pero esas contrataciones de obras públicas se hicieron por asignación directa con unos sobreprecios realmente espantosos. Para darte un caso, por ejemplo, en el caso del cable tren, uno de los que recuerdo directamente, el cable tren de San Agustín. Bueno, fíjese: un cable tren semejante que hay allá en Medellín, que es un poco más largo que el nuestro, costó 40 millones de dólares, pero si usted agarra y ve cuánto costó, de acuerdo a la información pública que existe sobre ese contrato, caramba, el contrato, el de nosotros, costó más de 300 millones de dólares. Casi 8 veces más. Pero lo grave es que esa planificación, ese cable tren, sirve a 10 mil familias, entonces hubiese salido mucho más barato darle 30 mil dólares a cada familia y hubiesen tenido su casa bien equipada, perfecta y hubiésemos remodelado todo San Agustín, en vez de tener ese aparato que está subutilizado, prestándole el servicio a 10 mil familias, con un costo de mantenimiento impresionante, que no tiene sentido para el país. Esa fue una obra de propaganda. Entonces, no solamente es el sobreprecio de las obras, sino es el pago de una comisión. Lo grave de esto y que es lo que aquí quiero anunciar, es que imagínese usted, un ministro de Relaciones Exteriores, hoy Presidente de la República, auspicia la intervención en política interna de compañías constructoras internacionales. O sea, es decir, las compañías constructoras internacionales vienen al país a financiar campañas políticas. O sea, ¿cómo es eso? Que se desplazan las empresas nacionales de construcción, que se traen obreros, como fue el caso de los chinos y desplazando también la mano de obra nacional. Yo le voy a contar una anécdota. A mí PDVSA me vino, una representante, me vino a comprar unas viviendas de un desarrollo importante que estábamos haciendo y me dijo que le hiciéramos una oferta. Yo le dije, ‘no tengo que hacerle una oferta, usted ya estableció el precio justo’. Bueno, ¿y cuál es ese precio justo? ‘Bueno, usted me paga lo mismo que le paga a los chinos’. Entonces, claro, se imaginará, si a mí me iba a vender la vivienda en 15 mil dólares, entonces yo agarré y le digo, no. Pero ella me dice, ‘pero es que a los chinos no se los podemos dar, porque es que los chinos financian al 50%’. Entonces yo le dije: ‘No, bueno, pero no se preocupe, yo le financio el 50%’. Bueno, todavía me estaban quedando 50 mil dólares, imagínese usted. Entonces ella, en estupor, me dice: ‘Bueno, pero caramba, no sabemos cómo manejar esto’. Yo le dije: ‘Le voy a hacer una oferta que usted no puede rehusar. Yo le voy a hacer un combo, yo le voy a dar dos viviendas por lo que le hacen los chinos y le financio el 50%’. Bueno, entonces, por supuesto la persona no nos volvió a aparecer por allá por la oficina.
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