¡Los bonos de sangre!
Financiamiento del imperio para la Constituyente
La firma financiera norteamericana Goldman apuesta dinero por la Venezuela de Maduro para ganar dinero en el futuro con la compra en remate de bonos soberanos de Pdvsa. Y es que en apenas 24 horas, se ha visto envuelta en una polémica insospechada que ha colocado al banco de inversión estadounidense como uno de los financistas de la dictadura que gobierna Venezuela, según palabras de Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional. Pero Goldman Sachs es aliada de la Casa Blanca y de donde han salido varios de sus altos cargos con Donald Trump, lo que ha colocado sobre la mesa otras series de especulaciones, si la firma contó con el aval del presidente Donald Trump para darle dólares que oxigenen al gobierno venezolano. Lo cierto es que Goldman Sachs compró la semana pasada bonos emitidos en 2014 por un valor de 2.800 millones de dólares al Banco Central de Venezuela mediante un bróker, según informó The Wall Street Journal. Sin embargo, no los compró por su valor real, sino que Goldman pagó 31 céntimos por dólar, es decir, unos 865 millones, por los bonos emitidos por la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en 2014 que vencen en 2022, de acuerdo con cinco fuentes cercanas a la operación consultadas por el periódico. Los bonos se compraron al 31% de su valor, lo que supone un descuento del 69%, según el WS, por lo que Venezuela perdió casi el 70% del valor de los bonos, en procura de dólares en efectivo que según los analistas nacionales y extranjeros buscan financiar el costoso proceso de la Constituyente que ha convocado el presidente Nicolás Maduro, mientras persiste en el país la escasez de alimentos y medicinas, la crisis hospitalaria con niños muertos por desnutrición, y la falta de insumos y equipos para dializar a los pacientes renales. Estos descuentos de los bonos de Pdvsa, supone que la operación era tan lucrativa para el banco estadounidense que le fue imposible rechazar. Con la operación, el Banco Central venezolano recibió unos 865 millones de dólares que necesita de forma acuciante, que según los economistas serán utilizados para dirigirlos a la subastas del dólar Dicom, y para financiar la campaña de los candidatos oficialistas, y para entregar dinero al Consejo Nacional Electoral para organizar las elecciones de los constituyentistas proyectadas dentro de dos meses. La inversión se ha conocido en medio de una ola de protestas a favor y en contra del Gobierno de Nicolás Maduro que en ocasiones acaban en violencia y, desde hace casi dos meses, han dejado 65 muertos y un millar de heridos, según cifras de la Fiscalía. Con una economía que ha caído un 27% desde 2013, como lo señala el diario estadounidense The Wall Street Journal, esta transacción es un “salvavidas” financiero para el Ejecutivo venezolano, cuyos detractores criticaron la decisión de Goldman tanto desde el punto de vista ético como el económico. El gobierno de Venezuela debe pagar 4.600 millones de dólares en los pagos por su deuda hasta finales de año, y aprovechando que los bonos venezolanos se comercializan ampliamente por su alta rentabilidad, dada la mala situación económica del país, que encadena años de recesión y se encuentra cerca de la hiperinflación, y por el compromiso expresado por el presidente Maduro de pagar las obligaciones de deuda. Sin embargo, si Maduro cumple con el pago, el banco de inversión Goldman Sachs obtendrá una jugosa ganancia con los bonos de Pdvsa que según cifras de Wall Street obtendría unos beneficios cercanos al 40%.
Banco norteamericano le entregó dinero a una dictadura
El diputado de la oposición venezolana, Ángel Alvarado, miembro del Comité de Finanzas del Congreso venezolano, denunció que la firma de inversiones se ha puesto “en el lado erróneo de la historia”. Según las fuentes del diario, la operación responde a un incremento de las participaciones venezolanas por parte del gestor de activos de la compañía, puesto que “un cambio en el Gobierno podría más que duplicar el valor de la deuda”, que se comercia a precios rebajados por miedo al impago. El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, envió una carta al jefe ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, en el que le advierte de que los compromisos económicos hechos con el Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro no serán válidos en un “futuro Gobierno democrático”. “Venezuela y su futuro Gobierno democrático no olvidará dónde estuvo Goldman Sachs cuando le tocó decidir”, agregó Borges en la misiva enviada este lunes. Añadiendo que el “banco norteamericano le ha entregado millones de dólares a un gobierno dictatorial, que lo utilizará para comprar más fusiles y bombas lacrimógenas para reprimir al pueblo, y para financiar una Constituyente ilegal que busca implantar el comunismo en Venezuela”. El banco se ha justificado asegurando que “como muchos otros en este sector, creemos que la situación en ese país tiene que mejorar con el tiempo”, según recoge EFE. “Reconocemos que la situación es compleja y cambiante y que Venezuela está en crisis. Y coincidimos en que la vida (en ese país) tiene que mejorar y en parte hicimos esta inversión porque creemos que así será”, añade el banco.
Habla el gobierno de Trump
A estas críticas se ha unido ahora la visión del gobierno de Donald Trump que también se ha sumado a la ola de comentarios en contra de la operación. El Ejecutivo estadounidense ha calificado de “altamente problemática” la operación ante la “potencial ilegitimidad” de la transacción, que no ha contado con la aprobación del Parlamento venezolano. “Claramente, hay preocupación en las mentes de todos los que están mirando para realizar este tipo de compras de deuda hoy, es altamente problemática”, ha asegurado un alto funcionario del Departamento de Estado en una conferencia telefónica para comentar la crisis venezolana. El funcionario, que pidió mantener el anonimato, recordó las advertencias de la Asamblea Nacional de Venezuela “a todas las instituciones financieras, tanto venezolanas como extranjeras, sobre la potencial ilegitimidad de los acuerdos alcanzados sin la aprobación”, del legislativo.
El banco gringo se defiende
Goldman Sachs defendió su decisión de comprar bonos al Banco Central de Venezuela por valor de $2,800 millones tras las críticas, solo entregando unos 857 mil millones de dólares al gobierno. “Hemos invertido en bonos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) porque, como muchos otros en este sector, creemos que la situación en ese país tiene que mejorar con el tiempo”, afirmó el banco en un comunicado remitido a EFE. Un portavoz de Goldman Sachs explicó que esos bonos, que fueron emitidos en 2014, se compraron en los mercados secundarios a través de un bróker en una operación en la que no interactuaron directamente con el Gobierno venezolano. “Reconocemos que la situación es compleja y cambiante y que Venezuela está en crisis. Y coincidimos en que la vida (en ese país) tiene que mejorar y en parte hicimos esta inversión porque creemos que así será”, añadió el banco. Según adelantó este fin de semana el periódico The Wall Street Journal, el departamento de gestión de activos del banco pagó 31 centavos por dólar, o un total de 865 millones, por los bonos emitidos por la compañía estatal PDVSA en 2014 que vencen en 2022.
La oposición protesta
La inversión se produce en medio de una ola de protestas a favor y en contra del Gobierno de Nicolás Maduro que en ocasiones acaban en violencia y, desde hace casi dos meses, han dejado 66 muertos y un millar de heridos, según cifras de la Fiscalía. La oposición venezolana acusó inmediatamente al banco de apoyar a un gobierno impopular que ha sido señalado de autoritario por violaciones a los derechos humanos y que en los últimos meses ha estado reprimiendo protestas callejeras casi diariamente. El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, acusó a la institución financiera de estar respaldando a una dictadura y de violar su propio código de ética. Por su parte, el legislador de la oposición, Ángel Alvarado, miembro del Comité de Finanzas del Congreso venezolano, consideró que la firma de inversiones se ha puesto “en el lado erróneo de la historia” al hacer esta operación. La semana pasada, cuando se completó la operación de compra por parte de Goldman Sachs, las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela pasaron de 442 millones de dólares a 10,800 millones, según estadísticas oficiales.
Los bonos de sangre
Al grito de “¡Goldman Sachs, qué vergüenza!”, los venezolano siguen protestaron frente a la sede del banco de inversiones en Nueva York y en todo el mundo, furiosos por la compra de bonos por 2.800 millones de dólares al gobierno de Nicolás Maduro. Vestidos con gorros de béisbol con los colores de la bandera venezolana y agitando banderas de su país, los manifestantes llevaban carteles con leyendas como “Goldman Sachs apoya la dictadura venezolana” o “Goldman Sucks (Goldman apesta)”. “Este acuerdo es inmoral, es lesivo para los intereses del pueblo venezolano que es reprimido desde hace meses mientras demanda libertad y democracia”, dijo a la AFP Eduardo Lugo, un estudiante de medios de comunicación de 23 años que vive en Nueva York hace cuatro años y organizó la protesta. “Comprar bonos del hambre, bonos de sangre, de la miseria de Venezuela o de PDVSA es hundir al pueblo de Venezuela y apoyar la violación sistemática de los derechos humanos”, afirmó Lugo, del colectivo opositor S.O.S. Venezuela, que vestía un prendedor y una gorra de béisbol con los colores de la bandera nacional. Para muchos analistas, la compra de bonos de Pdvsa por parte de Goldman Sachs, es un acto desesperado del gobierno, y una acción para ganar dinero del banco capitalista por la desgracia que sufre el pueblo venezolano. Por ello, para muchos los bonos rematados por el gobierno tienen el sello de la sangre de más de 70 venezolanos que han ofrendado su vida por cambio inmediato en Venezuela.
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