Venezuela, un dilema existencial
El régimen en una suicida actitud decidió desechar toda racionalidad y comprensión de la realidad procedió, con la inveterada complicidad del CNE y las FANB, a declarar lícito y válido un escandaloso proceso electoral lleno de irregularidades y vicios
El 30 de julio del presente año fue un día aciago para Venezuela y la mayoría de sus ciudadanos. El régimen perpetró el más grande fraude que registra la historia del país, acompañado de una cruenta represión que, ese día, asesinó a 16 jóvenes que protestaban contra el descarado robo que se le hacía a sus valores libertarios, sus principios y sus esperanzas.
El régimen en una suicida actitud decidió desechar toda racionalidad y comprensión de la realidad procedió, con la inveterada complicidad del CNE y las FANB, a declarar lícito y válido un escandaloso proceso electoral lleno de irregularidades y vicios que lo hacen írrito e inadmisible para todo aquél que entiende y profesa los principios que democráticamente deben observarse para garantizar la gobernabilidad del país y la paz ciudadana. El gobierno ha engendrado un perverso proceso en donde la designación ha sustituido a la elección, desnaturalizando así el sagrado derecho a elegir.
Pero lo que no ha considerado el régimen son las consecuencias e implicaciones que le acarreará su desmedido afán por mantener y perpetuarse en el poder: la resistencia, de los que hemos sido víctimas de su vesania, se incrementará a mayores niveles de lo conocido hasta ahora, por tanto, el régimen, por su parte, se radicalizará aun más, reprimirá con mayor ferocidad y causará más hambre, muertes, torturas y desolación; no podrá gobernar a una sociedad que rechaza y cuestiona su inaudito proceder, estará sentado en Miraflores, pero los venezolanos no obedecerán sus directrices y permanentemente lo mantendrán acosado. Se confrontarán, una vez más, la determinación heroica de los ciudadanos y la brutalidad insensible del gobierno. Será un gobierno fallido, la receta para la anarquía; entonces ¿tiene sentido pretender dirigir a un país que no le funcionará?
La comunidad internacional moderna ha decidido ir más allá de las declaraciones retóricas y preparan una serie de medidas sancionatorias contra el régimen que le afectarán en su desenvolvimiento económico y en su relacionamiento con el mundo exterior. Esta actitud de la comunidad internacional, se fundamenta en la flagrante violación que el gobierno ha infringido a los derechos humanos, en el resguardo de sus propios intereses y en el principio que no debe permitirse la existencia de regímenes ilegítimos que pongan en peligro la estabilidad del relacionamiento político y comercial, la convivencia y la integración entre países. El ignominioso rechazo y su aislamiento internacional será el corolario de la intransigencia del déspota. ¿Tiene sentido para el régimen, ser uno de los parias de la tierra?
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