“Voto nulo”, del miedo al júbilo
En las elecciones de la “Asamblea Nacional Constituyente”, los electores solo podían votar nulo tras marcar y desmarcar más de diez veces alguna opción. Este mecanismo de “voto protesta” fue usado por empleados públicos y beneficiados por programas sociales del gobierno
Caracas.- “Pulgar derecho”, dice el joven que maneja la máquina captahuellas. Un movimiento con firmeza para que no se noten los nervios, pero el dedo delata la angustia. Empieza a temblar solo. La decisión de votar nulo puede llegar a ser una experiencia angustiante, pero no ajena: cientos, quizá miles de venezolanos se ven forzados a hacerlo por miedo a perder el trabajo, la bolsa de comida o cualquier otro beneficio que reciban del Estado.
En la Unidad Educativa Bolivariana San Pedro de Los Altos, en Los Teques, ejercer el derecho al voto tomaba apenas diez minutos. Los vehículos no se podían dejar en la entrada del liceo, como solía permitirse en anteriores procesos electorales. Había un cordón a 300 metros de la entrada del centro. Allí estaban cuatro jóvenes, tres mujeres y un hombre, con unas listas en cuatro pequeñas mesas. Los electores debían registrarse solo después de haber votado.
Una señora que salía del liceo le comentó en voz baja a su acompañante, también mujer, casi en un murmullo: “Reina está negada, no quiere a venir a votar”.
En la entrada, otras dos mujeres buscaban sus nombres en las listas que estaban pegadas en el muro externo del centro educativo, para saber en qué mesa les tocaba votar, mientras que otras dos eran las encargadas de orientar y agilizar la búsqueda. El proceso era similar a cualquier otro proceso electoral. En la puerta, los guardias nacionales revisaban las cédulas antes de permitir el ingreso. Ya en ese momento se sentía un vacío en el estómago.
Al llegar a la mesa dos, en uno de los salones del primer piso del liceo, un guardia autorizaba el ingreso de electores. Una persona estaba votando. De pronto las manos se ponían frías y temblaban de manera involuntaria. “Y si Capriles tiene razón y no se puede votar nulo”, orbitaba en una mente ya atribulada. Diez segundos frente a la máquina captahuellas y uno se encuentra a sí mismo de frente con la máquina de votación.
Se debía escoger primero la lista territorial. Marcar votar sin seleccionar ningún número. Tres días antes, había circulado un texto con la explicación de un especialista que aseguraba que si se marcaba el botón de “Votar” dos veces sin haber seleccionado ninguna opción, el voto salía nulo. Pero así no funcionó.
Para poder votar nulo hubo que poner a prueba otro procedimiento que se explicaba en un video en Youtube. El video fue subido a Youtube hace apenas cuatro días —el 26 de julio— bajo el título “Cómo votar nulo para la Constituyente (empleados públicos)”. Al cierre de esta nota, tenía ya 22.692 visitas. Había que seguir las instrucciones al pie de la letra: marcar y desmarcar una de las opciones, repetir el proceso al menos diez veces hasta que apareciera en la pantalla votar nulo y acabar con el primer procedimiento de voto territorial al seleccionar la opción de votar.
Luego, en la pantalla aparecía otro listado con candidatos sectoriales. Debía aplicarse el mismo procedimiento: marcar y desmarcar, marcar y desmarcar. Contar mentalmente diez veces. Una de las mujeres se asomó desde un metro y medio de distancia para ver por qué tardaba tanto. Mira, pero no dice nada. La máquina suena, la mujer se asoma todavía más. Los nervios hacen sudar y aceleran las palpitaciones, y a pesar de los ruidos de la máquina, había que continuar marcando y desmarcando. Todo hasta que se pudiera votar nulo. Finalmente, la máquina imprimió el comprobante. El papel decía dos veces: “Voto nulo”. Los nervios fueron reemplazados por la alegría y el júbilo, mientras que el pedacito de papel doblado era depositado en la caja.
El ambiente en el salón se tornó incómodo; la máquina sonó tantas veces que los presentes parecían intuir que el voto había sido nulo. Una mujer buscó en el cuaderno de votación, mientras la otra, la que trataba de ver el proceso de votación, hablaba en voz muy baja con el guardia en la entrada.
La mujer pasaba una a una las páginas del cuaderno de votación, en las que solo se vieron una o dos firmas. Faltaba un paso más: llenar las planillas de la entrada. Al salir había una fila como de seis personas que se disponían a decirle “fin” al proceso. Anotaban los datos en unas hojas blancas y luego un señor escaneaba el código QR del “Carnet de la Patria”. Después de votar registraban a los electores con el famoso carnet, que aún no se sabe bien para qué funciona, pero que hoy se estrenó como un nuevo instrumento en el proceso electoral venezolano.
Al reflexionar sobre el proceso para votar nulo, vienen a la mente las palabras de Eugenio Martínez, periodista especialista en procesos electorales: “El voto nulo es totalmente intencional, pues el CNE ha desarrollado una serie de filtros que impiden que el voto nulo sea un error de la máquina o del votante. Los votos nulos pueden considerarse en contra de la Constituyente”.
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