Leandro Rodríguez Linárez: Votofobia
Opinión
ND
En 2012 Chávez, como lo confesara Jorge Giordani, echó mano a todo el erario de la nación para poder triunfar en las presidenciales, a pesar de ello, obtuvo el triunfo por un poco más de un millón de votos. En abril de 2013, con misma estratagema, Maduro se alza triunfador con apenas 226 mil votos por encima de Capriles, en unas elecciones que no se quisieron auditar al 100%.
Ya para 2015, el pernicioso ventajismo gubernamental de recursos e instituciones publicas le fueron inútil, la masiva participación de los venezolanos en las parlamentarias de ese año le proporcionó la derrota electoral más contundente al chavismo, derrota que lo descolocó, que desnudó al régimen en su senda totalitaria, anuló e inhabilitó la Asamblea Nacional de la manera más vulgar posible, jurídicamente hablando.
En 2016, sin empacho alguno, burlándose no solo de todo desiderátum constitucional, democrático, sino de la querencia y ánimo popular, asesina el revocatorio colocando todo tipo de obstáculos para validar tan solo 200 mil firmas, requisito exigido para activar la consulta, nueve meses se tomó el ente electoral para la revisión, alegaron era un proceso meticuloso, complicado, exhaustivo, lo curioso es que era un proceso electoral extremadamente sencillo, sin candidatos, con apenas una pregunta con dos opciones “si” o “no”. El descaro de semejante burla se aprecia cuando mismo CNE en mismos 9 meses ha adelantado por petición de Maduro una presunta constituyente con miles de candidatos, circunscripciones y sectores. Asumió la complejidad de elecciones regionales, municipales y entrama unas presidenciales en tempo récord, siendo así el CNE un ente ultra expedito y eficiencia inusitada ante las peticiones del gobierno y un elefante cuadripléjico para las exigencias ajenas al Psuv.
Las elecciones llevadas a cabo recientemente, incluyendo la “constituyente”, han sido eventos viciados, tanto que no pueden ser considerados procesos electorales democráticos, califican como actos gubernamentales, las presidenciales del 22 de abril no escapa a ello. Son actos donde el gobierno impone candidatos, electores y, como lo ratificará Smartmatic, también impone resultados. Por tal motivo, el gobierno se ha hecho acreedor de sanciones internacionales que lamentablemente afectan al pueblo. En las próximas presidenciales Venezuela perderá su presidente, Maduro no será reconocido por la comunidad internacional lo que acrecentará lo que hoy es invivible; inflación, escasez y debacle de todo el espectro público/privado.
Tanto es el temor, el pavor que tiene el gobierno al voto popular, democrático y libre que inmediatamente después la Mud ratificara su no participación en las “presidenciales” el mismo Maduro solicitó se incorporara el 22 de abril elecciones a los consejos legislativos, concejos municipales y unas elecciones adelantadas a la Asamblea Nacional sin pie ni cabeza, toda vez que el parlamento nacional ni siquiera ha llegado a la mitad de su periodo constitucional. Al parecer, la presión foránea hizo se evitase semejante chifladura.
Venezuela hoy padece las consecuencias de un régimen en injusto extraining, que ocupa ilegal e ilegítimamente cargos de elección popular evitando procesos electorales libres, en equidad, justos, amparados en la ley, a la democracia… el gobierno padece de pavor a los votos: Votofobia.
@leandrotango
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En 2012 Chávez, como lo confesara Jorge Giordani, echó mano a todo el erario de la nación para poder triunfar en las presidenciales, a pesar de ello, obtuvo el triunfo por un poco más de un millón de votos. En abril de 2013, con misma estratagema, Maduro se alza triunfador con apenas 226 mil votos por encima de Capriles, en unas elecciones que no se quisieron auditar al 100%.
Ya para 2015, el pernicioso ventajismo gubernamental de recursos e instituciones publicas le fueron inútil, la masiva participación de los venezolanos en las parlamentarias de ese año le proporcionó la derrota electoral más contundente al chavismo, derrota que lo descolocó, que desnudó al régimen en su senda totalitaria, anuló e inhabilitó la Asamblea Nacional de la manera más vulgar posible, jurídicamente hablando.
En 2016, sin empacho alguno, burlándose no solo de todo desiderátum constitucional, democrático, sino de la querencia y ánimo popular, asesina el revocatorio colocando todo tipo de obstáculos para validar tan solo 200 mil firmas, requisito exigido para activar la consulta, nueve meses se tomó el ente electoral para la revisión, alegaron era un proceso meticuloso, complicado, exhaustivo, lo curioso es que era un proceso electoral extremadamente sencillo, sin candidatos, con apenas una pregunta con dos opciones “si” o “no”. El descaro de semejante burla se aprecia cuando mismo CNE en mismos 9 meses ha adelantado por petición de Maduro una presunta constituyente con miles de candidatos, circunscripciones y sectores. Asumió la complejidad de elecciones regionales, municipales y entrama unas presidenciales en tempo récord, siendo así el CNE un ente ultra expedito y eficiencia inusitada ante las peticiones del gobierno y un elefante cuadripléjico para las exigencias ajenas al Psuv.
Las elecciones llevadas a cabo recientemente, incluyendo la “constituyente”, han sido eventos viciados, tanto que no pueden ser considerados procesos electorales democráticos, califican como actos gubernamentales, las presidenciales del 22 de abril no escapa a ello. Son actos donde el gobierno impone candidatos, electores y, como lo ratificará Smartmatic, también impone resultados. Por tal motivo, el gobierno se ha hecho acreedor de sanciones internacionales que lamentablemente afectan al pueblo. En las próximas presidenciales Venezuela perderá su presidente, Maduro no será reconocido por la comunidad internacional lo que acrecentará lo que hoy es invivible; inflación, escasez y debacle de todo el espectro público/privado.
Tanto es el temor, el pavor que tiene el gobierno al voto popular, democrático y libre que inmediatamente después la Mud ratificara su no participación en las “presidenciales” el mismo Maduro solicitó se incorporara el 22 de abril elecciones a los consejos legislativos, concejos municipales y unas elecciones adelantadas a la Asamblea Nacional sin pie ni cabeza, toda vez que el parlamento nacional ni siquiera ha llegado a la mitad de su periodo constitucional. Al parecer, la presión foránea hizo se evitase semejante chifladura.
Venezuela hoy padece las consecuencias de un régimen en injusto extraining, que ocupa ilegal e ilegítimamente cargos de elección popular evitando procesos electorales libres, en equidad, justos, amparados en la ley, a la democracia… el gobierno padece de pavor a los votos: Votofobia.
@leandrotango
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