¡Es viernes! Bienvenido a tu boletín en español de The New York Times, con algunas de nuestras mejores lecturas de la semana. Historias con eñes y acentos que no encontrarás en ningún otro lugar. Súbele el volumen. |
En las películas (y fuera de ellas) se repite la escena del cantante en la ducha, ese momento tan personal en el que alguien suelta la voz mientras sujeta la botella de champú como si fuera un micrófono. Y sonríe. Quizás en estos tiempos de aislamiento pandémico, cuando no podemos ir a conciertos ni salir a bailar, algunos han dejado de cantar. Pero cuando hay tribulaciones, la música no es un derecho al que podamos renunciar. |
Lo dice la ciencia: escuchar —o cantar— nuestra música favorita libera dopamina, la hormona del placer. De esa manera, las primeras notas de la Sonata Kreutzer hacen que algunas personas se sientan tan bien como si se comieran una barra de chocolate. Pero mucho más deliciosa es la historia de George Bridgetower, el violinista negro que inspiró a Beethoven para componer esa pieza. |
|
La pandemia acabó con los conciertos en vivo, menos con uno. En Halberstadt, Alemania, nada detuvo la interpretación de una pieza que durará 639 años. El mes pasado, ocurrió el primer cambio de sonido en siete años. Nada detiene tampoco a Super Mario Bros., el videojuego que cumplió 35 años. Quizás su tema musical sea la melodía más reconocible para una generación que creció jugando con consolas: “¡Tu-tut-tu ta-ru tu!”. |
En estos tiempos opacos, muchos recurrieron a las guitarras como compañeras de cuarentena y bálsamo psicológico. Así que las Fender y Gibson se venden como nunca. Esta semana, por cierto, lamentamos la muerte de Eddie Van Halen, a quien algunos consideran uno de los mejores guitarristas de todo los tiempos. |
Kenny Ortega, el hombre que coreografió Dirty Dancing y puso a los adolescentes a bailar con High School Musical, vuelve con una serie llamada Julie and the Phantoms, que empieza a llenar un vacío de representatividad: su protagonista es una latinoestadounidense, una chica de California en cuya casa conviven el inglés y el español. |
En este perfil, Ortega nos platicó sobre su relación con la música y el baile y su capacidad para descubrir estrellas adolescentes. |
Mientras la pandemia no acaba, que siga la música que nos alegra, nos pone a bailar o nos da la inyección extra de energía que necesitamos para correr ese último kilómetro. Y no esperemos a encerrarnos en la ducha para cantar. Porque, como cantó João Gilberto: en el pecho de los desafinados, también late un corazón… |
— Sabrina Duque |
Bienvenidos al mundo de Bad Bunny |
|
Esta semana The New York Times Magazine nos lleva a Puerto Rico para conocer a Benito Antonio Martínez Ocasio, el reguetonero que hace lo que le da la gana y que descifró “el mercado gringo” sin hacer la única concesión que parecía inevitable: abandonar su lengua materna. Bad Bunny reflexiona sobre su despertar político mientras pone al mundo a perrear. En español. |
(Y si, como a Bad Bunny, te gustan esos zuecos de espuma llamados Crocs, aquí te contamos sobre la colaboración del reguetonero —y fiel usuario de la marca— y la empresa, una de las pocas que puede jactarse de que este año le ha ido fenomenal). |
...y aquí algo para tu fin de semana |
|
|
|
|
|
|
|
‘Voto latino’ |
Este año, con unos 32 millones de votantes elegibles, los latinos constituyen el mayor grupo minoritario que ha participado en una elección en Estados Unidos. Pero en 2016, más de la mitad de los latinos elegibles no votaron. |
Únete a nuestra conversación en vivo, el 20 de octubre, con el periodista Jorge Ramos, el exrepresentante Carlos Curbelo y la jefa de nuestro buró en Miami, Patricia Mazzei, sobre el papel crucial del voto latino en estas elecciones. |
¿Tienes alguna pregunta? Envíala cuando te registres y quizás sea parte de nuestra discusión. |
Bonus track |
|
Por el Mes Nacional de la Herencia Hispana, hemos seleccionado una lista de 20 películas imprescindibles centradas en protagonistas latinoestadounidenses. “Las historias que cruzan la frontera o las que se desarrollan en América Latina no llenan el vacío creado por la falta de narrativas latinoestadounidenses”, escribe Carlos Aguilar. (¿Has visto alguna? Cuéntanos en los comentarios). |
No hay comentarios:
Publicar un comentario