Argentina: las 5 claves del funesto 2020 que podrían anticipar un 2021 aún peor
Aunque parezca difícil imaginar una situación más complicada, el año próximo podría llegar a ser aún más complejo que el que termina.
Entre la pandemia, la torpe, burda y contraproducente cuarentena y el retorno del kirchnerismo, Argentina tuvo un año para el olvido. Sin embargo, la gravedad de la situación no permite ningún optimismo para el corto plazo. ¿Puede ser aún peor el año que viene? Lo cierto es que sí.
Repasemos cinco cuestiones que hay que tener en cuenta para el 2021 que está por comenzar:
¿Nueva cuarentena?
Ante el aumento de casos registrados de coronavirus, circuló el rumor acerca de un nuevo toque de queda que podría comenzar en las próximas semanas. Luego del papelón del velatorio de Diego Maradona y las masivas marchas alrededor de la discusión de la legalización del aborto, el Gobierno no cuenta por estos días con margen suficiente para retomar la cuarentena dura. Pero luego del rebrote y ante el pésimo desempeño de la gestión oficial reflejado en el número de muertos, el debate sobre un posible retorno al encierro, mientras se comienza a vacunar con la rusa Sputnik V, ya está sobre la mesa.
El problema es que el sector privado quedó absolutamente golpeado luego del proceso marzo-noviembre y un retorno a “fase 1” será sinónimo de más Pymes quebradas y comercios cerrados definitivamente. Unos 90.000 negocios en todo el país se vieron impedidos de volver a abrir y otros tantos, que no sobrevivirían una segunda etapa de gastos sin ingresos, todavía están en la cuerda floja.
Interna peronista
La relación entre el peronismo tradicional y el kirchnerismo ya tuvo sus chispazos durante este 2020. El debate alrededor de la situación venezolana, la discusión acerca de los presos políticos y las pujas con respecto al Poder Judicial estuvieron a la orden del día. Aunque Cristina Kirchner no pudo posicionarse como el único eje de poder, sigue gravitando como la dirigente de mayor peso dentro del oficialismo. Sin embargo, su influencia no alcanza para vulnerar a la Corte Suprema y a los funcionarios de la Justicia que no le responden.
Mientras gobierne el Frente de Todos, las divisiones dentro del oficialismo son garantía de ausencia de rumbo y programa. Como la coalición de Gobierno no puede ofrecer nada bueno, paradójicamente el escenario “menos malo” es que el Poder Ejecutivo ande a los tumbos hasta 2023. En el mejor de los casos, seguirá todo como hasta ahora en lo político. La posibilidad de un quiebre y un enfrentamiento presenta el complicado archivo de las internas peronistas, de las cuales varias se resolvieron a los tiros.
Distorsiones económicas
Si Alberto Fernández tenía algún plan en la cabeza es algo que no lo podremos saber nunca. Pero la pandemia y la cuarentena del COVID-19 hizo que no sólo se mantuvieran todas las distorsiones de la economías, sino que también se retrocediera en los tímidos y pobres avances que tuvieron lugar durante el macrismo.
Mientras la situación económica empeora día a día, se mantienen los precios “congelados”, los “regulados”, las imposibilidades de despedir personal, los subsidios a los servicios y la energía y otras tantas cuestiones que serán un serio problema a la hora de destapar la olla. En la década de los setenta, el famoso “Rodrigazo”, que no fue otra cosa que el “sinceramiento” de la situación, fue un desastre. Muchos analistas aseguran que la coyuntura actual es todavía más compleja.
Inflación, control de cambios y nuevas devaluaciones
En las últimas cinco jornadas del año, el «dólar blue» volvió a dispararse, dejando en evidencia que el peso puede derrumbarse aún más en cualquier momento. El déficit fiscal está lejos de reducirse, la recaudación viene en caída y la emisión monetaria, que ya se respalda en la importación de billetes, no permite imaginar un final cercano para el rígido control de cambios. Todo lo contrario. En tiempos electorales, el populismo constituye una tentación irresistible. Lejos de imaginar cierta tranquilidad monetaria, el año 2021 huele a conflictos salariales y gremiales, aunque se trate de un Gobierno peronista. No hay muchas posibilidades para ilusionarse con un escenario donde los ingresos puedan siquiera mantener su nivel ante la inflación actual, reprimida y próxima.
Populismo preelectoral
La tentación populista del “año impar” es denominador común para todas las fuerzas políticas que gobernaron los últimos años. En 2021 el país celebrará elecciones legislativas y el peronismo, fiel a su historia, buscará poner toda la carne al asador para tratar de conseguir y consolidar una mayoría en el Congreso. El problema es que no hay más recursos disponibles para dilapidar en Argentina. La emisión indiscriminada parece ser la única fuente de financiamiento de corto plazo, pero la paupérrima situación del peso podría generar una catástrofe monetaria. No sería raro imaginar al Gobierno quemando las naves para tratar de obtener un buen resultado electoral y “después vemos”…
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