Gas doméstico: ¿Qué se necesita para acabar con la escasez en Venezuela?
- Antero Alvarado, director regional de la firma Gas Energy Latin America, asegura que la producción nacional de propano solo cubre 25% de la demanda nacional
La falta de suministro de gas doméstico se convirtió en una problemática que afecta a millones de venezolanos pese a que, paradójicamente, el país posee reservas probadas de gas que lo ubican como el segundo mayor reservorio en el hemisferio y el octavo en el mundo.
Antero Alvarado, ingeniero y director regional de la firma Gas Energy Latin America, comentó que en 2018 las reservas del país eran de 200 trillones de pies cúbicos de gas (TCF por sus siglas en inglés). Para dar perspectiva a esta cifra, indicó que en el caso de Colombia, un país que no sufre intermitencias en el servicio, sus reservas son de solamente 3 TCF.
Los comentarios del experto se produjeron en el marco del evento “La situación del gas doméstico en Venezuela” organizado por la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela.
Planteó que aproximadamente 80% del gas que se encuentra en los yacimientos venezolanos se corresponde con gas asociado. Esto supone que para que sea viable su producción es necesario extraer petróleo de forma conjunta.
Alvarado explicó que una vez se produce el gas, este se transporta a instalaciones de tratamiento, acondicionamiento y compresión para posteriormente llevarlo a plantas de extracción. Es en esta etapa donde se extrae el metano y el propano, que son los tipos de gases utilizados a nivel doméstico.
En el caso del metano, este se puede distribuir a los hogares a través de las redes de gas doméstico, denominadas como gas directo. Mientras que el propano se debe almacenar en cilindros, conocidos como bombonas, para luego distribuirlos en el país.
Una de las desventajas del propano es que sus costos de producción son mayores que los del metano, por lo que su uso en el ámbito doméstico se considera ineficiente.
“Lo que tiene que hacer el Estado como una política energética es incentivar el uso del gas metano, que es el más económico y en el caso de Venezuela es el más abundante”, afirmó.
Círculo vicioso
De acuerdo con Alvarado, uno de los problemas que existen en Venezuela en cuanto a la producción de gas es que los pocos actores privados que hacen vida en el país están obligados a venderle su producción a Pdvsa Gas.
Esta situación ubica a la empresa estatal a la cabeza del monopolio de la compra y comercialización de gas en el territorio nacional.
Aunado a esto está el hecho de que el pago de esa venta, si bien se calcula en dólares, se hace en bolívares. Esto supone un perjuicio para los productores privados debido al contexto de constante depreciación del bolívar.
“Muchos de los consumidores finales de gas natural son empresas del Estado como Corpoelec, Pequiven, Corporación Venezolana de Guayana (CVG)”, señala.
Apunta que estas empresas en muchos casos no pagan por el hidrocarburo lo que, a su juicio, genera un círculo vicioso que se ha traducido en la imposibilidad de mejorar la red de gas.
Considera que cualquier mejora en el servicio de gas requiere obligatoriamente el fin del monopolio en la compra y comercialización del producto que ostenta actualmente Pdvsa Gas. Esto permitiría que los productores privados puedan negociar directamente con los usuarios finales.
Caída en la producción
Alvarado comentó durante su presentación que entre 2010 y 2016 se produjo un incremento sostenido en la producción de gas natural en el país. Gracias a esto se llegó a un pico de 7.945 millones de pies cúbicos estándar por día (Mmscfd) en 2016.
A partir de ese año comenzó una caída en la producción de gas que al cierre de 2020 llegó a ser de 3420 Mmscfd, cuando se produjeron 4525 Mmscfd. Esto representa una merma de 43,05% en la producción nacional de gas.
El experto resaltó que un hecho significativo es que a partir de 2020 se paralizó la reinyección de gas en los campos petroleros. Esto supone el cese de los mecanismos de mantenimiento de los yacimientos. Este proceso se usa para elevar la presión de los campos al inyectar gas; lo que permite continuar la explotación de los hidrocarburos.
Alvarado indicó que es necesario analizar que más del 50% de la producción de gas se pierde a través de fugas y de la quema de este mediante antorchas de gas natural.
Esta práctica se considera un despilfarro de hidrocarburos. Esto debido a que no se le da un uso productivo al gas más allá de quemarlo en la atmósfera.
Apuntó que un claro ejemplo de la cantidad de gas que se pierde debido a las fugas puede apreciarse en la ciudad de Maracaibo (Zulia). Allí se consume una cantidad cercana a la suma utilizada en el resto del territorio nacional.
100 Mmscfd
Zulia20 Mmscfd
Área Metropolitana de Caracas2,83 Mmscfd
Resto del paísAlvarado afirmó que este ingente consumo de gas en el estado Zulia le cuesta mensualmente al Estado venezolano unos 12.000.000 de dólares.
Explicó que esta situación es producto del deterioro de las redes de gas doméstico en la entidad, lo que se traduce en continuas fugas.
Bombonas de gas
El director regional de la firma Gas Energy Latin America reveló, durante el evento, que pese a ser un mecanismo menos eficiente que el gas directo, 90% de la población utiliza las bombonas como fuente de energía para cocinar.
Mientras que solo 7% de los venezolanos tiene acceso al gas directo y 3% utiliza cocinas eléctricas. Agregó que ante la escasez de propano, muchas personas de bajos recursos han optado por cocinar con leña.
Indicó que desde 2016 se creó una brecha entre la producción y la demanda de gas; no obstante, esta se solventó hasta el año 2018 gracias a importaciones. A partir de 2019 esta brecha se hizo evidente debido a la caída en las importaciones de gas; impactando así a quienes hacían uso de las bombonas.
Apuntó que esta situación revela la necesidad que existe en el país de realizar mantenimiento y ampliar la red de gas doméstico. El escenario ideal es que el uso de propano (bombonas) sea exclusivo de áreas rurales en las que no exista dicha red.
De igual forma aseguró que es necesario que se produzca un proceso de sinceración de precios en el que se cobren precios internacionales; además de que se apliquen subsidios, como ocurre en otros países.
“Una bombona de gas debería costar unos 15 dólares tal y como ocurre en Perú o Colombia. En cambio el gas directo cuesta unos 10 a 15 dólares mensuales”, comentó.
Alvarado indicó que debido a los altos costos de inversión asociados a la expansión de la red de gas doméstico es preciso que el Estado permita que este proceso esté en manos privadas. Sin embargo, planteó que para que ello pueda ocurrir es necesario que se le den garantías al empresariado de que sus inversiones estarán seguras y no serán objeto de expropiaciones ante cualquier impasse.
Concluyó que es imprescindible que el Estado venezolano tenga una visión a mediano y largo plazo para atender la problemática de gas doméstico; pues esta requiere de años de trabajo e inversión para poder solucionarla.
EL DIARIO
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