Suicidio infantil, una realidad en Venezuela ignorada por las políticas públicas
- Un informe de Cecodap y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) reveló que en 2019 se registraron 88 casos de suicidio en niños y adolescentes. Durante el primer semestre de 2020 obtuvieron el reporte de 19
Las políticas públicas empleadas en el país por el régimen de Nicolás Maduro no han priorizado el tema de la salud mental. De acuerdo con los estudios realizados por la organización defensora de los derechos de la niñez Cecodap y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en Venezuela los suicidios en la población infantil han ido en alza en los últimos años.
Este 9 de marzo de 2021, Cecodap presentó el informe denominado “El suicidio infantil: un problema olvidado en medios de comunicación y políticas públicas de Venezuela”, el cual aborda el tema sobre la salud mental en la infancia y adolescencia.
“El informe lo que busca es dignificar la salud mental como un derecho humano fundamental. Sobre todo poder visibilizar el impacto de la emergencia humanitaria compleja por la que atraviesa el país, agravada por el contexto de pandemia, en la salud mental de los niños”, precisó Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap.
En el estudio realizado por el observatorio se determinó que solo entre enero y junio de 2020, 19 niños, niñas y adolescentes (NNA) sufrieron muertes autoinfligidas.
En 2019, Cecodap obtuvo reportes sobre 88 casos de suicidios de NNA. Estas son todas las cifras que se revelaron en el informe:
- 2014: 11 casos de suicidio infantil.
- 2015: 14 casos de suicidio infantil.
- 2016: 17 casos de suicidio infantil.
- 2017: 34 casos de suicidio infantil
El OVV señala que la crisis venezolana se ha hecho angustiosa para muchos y ha llevado a que se incrementen los actos suicidas asociados comúnmente a cuadros en los que se reporta depresión y ansiedad.
“El suicidio en Venezuela, además de ser un problema de salud pública, puede considerarse también como un fenómeno de carácter social (…) la precarización de las condiciones de vida no solo ha incrementado la violencia directa y estructural, sino también la violencia de los individuos hacia ellos mismos”, indica la organización en el informe.
Salud mental en Venezuela
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente, y es capaz de contribuir con su comunidad.
La OMS establece que la salud de una persona no solo está asociada al bienestar físico, sino también a lo que se conoce como el completo bienestar, que incluye la dimensión mental y social.
“La Constitución venezolana se apega a la definición de la OMS para describir el derecho a la salud mental. El artículo 41 establece que el derecho a la salud y a servicios de salud implica que todos los niños, niñas y adolescentes disfruten del nivel más alto posible de salud física y mental”, indica Cecodap.
La organización señala que muchas veces la salud mental no se considera un asunto prioritario, puesto que no tiene en apariencia una incidencia en las tasas de mortalidad. Sin embargo, las alteraciones que tienen que ver con ella sí tienen impacto en esos indicadores y esto queda en evidencia en los casos de suicidio.
20% de las personas que asistieron al psicólogo tenían ideas suicidas
Cecodap señala que desde 2017 han trabajado para visibilizar la necesidad de atender la salud mental de los ciudadanos y de las familias; específicamente de los niños, niñas y adolescentes.
Desde ese año y debido a las protestas antigubernamentales que afectaron la cotidianidad de los venezolanos y de muchos niños, la ONG se vio en la necesidad de crear un programa para ayudar a los más pequeños a procesar esa situación.
Cecodap abrió entonces el Servicio de Atención Psicológica (SAP), Crecer Sin Violencia.
De acuerdo con el informe semestral de enero a junio de 2020, 31% de las personas que acudieron a consulta lo hicieron por alteraciones del estado de ánimo y de ese total, 20% presentó ideación y riesgo suicida.
En ese lapso, 76% de los casos que atendió el SAP fue de niños, niñas y adolescentes, siendo 52% de niños y 24% de adolescentes. El resto (24% de los casos) fueron adultos cuidadores o familiares de los niños.
“Estas aproximaciones permiten tener una idea del alcance del problema, pero no existe una caracterización oficial del suicidio infantil que permita establecer patrones y que responda a una estrategia de prevención nacional”, subrayó la organización.
Estados donde se registraron más casos
Cecodap indica que fueron 12 las regiones en las que ocurrieron las muertes por autolesiones de las que se tuvo noticia. Detalla que Falcón (19,2%) y Guárico (15,4%) fueron las entidades en los que se notificaron más hechos de este tipo, de acuerdo con los datos recopilados por medios de comunicación. Otros estados que tuvieron una alta incidencia son Lara (11,5%), Distrito Capital, Anzoátegui, Mérida, Miranda y Nueva Esparta (7,7%).
La ONG señala que los datos obtenidos se diferencian de los publicados en julio por el OVV; sin embargo, precisa que es algo que puede explicarse debido a que ese estudio no se enfocó solo en los niños, niñas y adolescentes.
La edad promedio de suicidios infantiles fue de 13 a 15 años
“En cuanto a la edad de la víctima resaltan dos datos. El primero es el promedio de edad donde hay mayor incidencia, que oscila entre los 13 y 15 años (57,6%). Es necesario destacar que la edad más temprana en la que se registró un suicidio fue a los 10 años, etapa que califica como niñez”, se lee en el informe.
Como segundo dato, el estudio reveló que los casos de mayor indicidencia fueron de niñas y adolescentes mujeres, quienes tuvieron una mayor frecuencia de suicidio en edades más tempranas que en los hombres.
Es decir, en el caso del género femenino 11,5% de las muertes por autolesiones ocurren entre los 10 y 12 años de edad; mientras que en el género masculino, en esas edades se registraron 7,7% de los casos.
“Los datos indican, por otra parte, que la población de mayor riesgo es la de los varones de 13 años de edad y las mujeres de 14 años. Es decir, hubo mayor incidencia en esas edades y géneros”, precisó la organización en el informe.
Entre otros hallazgos se encuentra que:
- 61% de los suicidios ocurrieron en los hogares de las víctimas. 11,5% en espacios públicos y 3,8% fueron en las escuelas de los fallecidos.
- Los detonantes del suicidio fueron identificados como: 50,7% por conflictos familiares; 3,8% por abuso sexual, 3,8% por trastornos psiquiátricos. En el resto, 30,8% de los casos, no se identificó el motivo de la acción.
Poco presupuesto para este tipo de atención
Para la realización del informe, Cecodap hizo una revisión de las Memorias y Cuentas y Presupuestos de la Nación desde 2013 hasta 2017. En esa búsqueda detectó que hubo tres programas que abordaban el tema de la salud mental. Sin embargo, estos son deficitarios e insuficientes.
La periodista Carmen Victoria Inojosa, quien forma parte del grupo de investigación del informe, señaló que solo se pudo recabar datos de las Memorias y Cuentas entre 2014 y 2017. El resto no ha sido publicado por el Estado.
Inojosa destacó que los proyectos de salud mental pública no cumplen con los requisitos mínimos de la perspectiva de los derechos de la niñez.
“Los planes ni en su diseño ni en sus objetivos consideran la niñez como un asunto a abordar. Además, año tras año los proyectos cambian y no se exponen resultados concretos”, indicó.
Agregó que aunque existen algunos programas de salud mental en los que se mencionan a los niños y adolescentes, eso no evidencia acciones concretas que permitan la atención inmediata, el goce y el disfrute de sus derechos.
El informe sostiene que en los últimos años, del presupuesto asignado al Ministerio de Salud (MPPS), solo el 1% es designado a proyectos de salud mental.
“Esta realidad evidencia la violación al derecho a la salud mental de niños, niñas y adolescentes”, destacó Cecodap.
Sin programas de prevención
Inojosa puntualizó que no existe una política pública formal sobre salud mental para la prevención del suicidio en esta población.
“El Estado no recurre al máximo de sus posibilidades para atender a la niñez. La atención al suicidio y la prevención es delegada a la familia”, mencionó la comunicadora social durante su presentación.
Abel Saraiba, coordinador adjunto de Cecodap, enfatizó que debido a la falta de políticas públicas sobre la prevención del suicidio, el Estado esta incumpliendo con sus obligaciones. No solo establecidas en acuerdos internacionales, sino en la propia legislación, impulsada por el Estado actual.
Añadió que actualmente existen muchas dificultadas para atender o referir a un niño, niña o adolescente con riesgo de cometer suicidio a instituciones psiquiátricas en el país. Esto debido a la falta de presupuesto, planes e instituciones especializadas.
“El Estado debe informar con mayor amplitud sobre el funcionamiento del centro de salud. Nosotros que ofrecemos una atención psicológica en Cecodap, conocemos la dificultad que existe para referir un caso a un centro psiquiátrico. No solo en Caracas, sino en el interior del país. Es muy difícil acceder a ese tipo de atención”, sostuvo.
Recalcó que el Estado debe crear una política pública en materia de salud mental con enfoque integral para la atención del núcleo familiar, con planes y acciones que alivien el sufrimiento de los hogares afectados por la emergencia humanitaria compleja.
Cobertura periodística del suicidio infantil
“En Venezuela, los organismos públicos no divulgan información oficial. Esta opacidad informativa afecta todas las áreas de la vida ciudadana. Por ejemplo, se desconocen los informes de gestión de alcaldías, gobernaciones y otros entes estatales”, detalla Cecodap,
Agrega que pese a la poca información oficial, académicos, organizaciones sociales, periodistas y ciudadanos intentan aproximarse a la realidad mediante mediciones e investigaciones de carácter independiente, que ayuden a llenar el vacío de información oficial.
“En este contexto, las noticias publicadas en los medios de comunicación, ya de por sí una importante fuente para la investigación hemerográfica, adquieren un valor adicional; aunque solo representan un pequeño fragmento de la realidad”, indica la ONG.
En el informe se enfatiza que en Venezuela, el trabajo periodístico se hace en un contexto de restricciones informativas. Estas se han impuesto con el pretexto de proteger los intereses y derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Señala que aunque el país cuenta con leyes que promueven la búsqueda de información y garantizan el derecho a la libertad de expresión, en la práctica los medios son asediados y los periodistas amenazados.
Debido a esta situación, encontraron que es otra de las razones que puede explicar los vacíos de información que se consiguieron en el monitoreo de medios de comunicación realizado para la elaboración del informe sobre el suicidio infantil.
Cecodap resalta que desde la perspectiva de derechos de la niñez, los programas existentes relacionados con salud mental no pueden ser considerados como una política pública destinada a esta población.
La falta de información y de programas que ayuden a la salud mental en los niños, niñas y adolescentes, es un factor que mantiene en alerta a muchas Organizaciones Sin Fines de Lucro (ONG) que buscan visibilizar el problema para encontrar una solución.
EL DIARIO
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