Trabajadores del Metro de Valencia denuncian discriminación laboral y canibalización del sistema
Trabajadores del Metro de Valencia denunciaron que se sienten discriminados por la directiva de la empresa. Aseguran que la mayoría no percibe bonos especiales ni dotación de uniformes. Indicaron que han tenido que canibalizar los trenes para mantener operativo el sistema.
Valencia. Trabajadores del Metro de Valencia que dieron a conocer las irregularidades en el sistema pidieron resguardar su identidad por precaución, pues en varias oportunidades han sido amenazados con ser llevados ante los cuerpos de seguridad del Estado y enfrentar medidas judiciales. Su pecado, mostrar el estado de abandono en que se encuentra actualmente el Metro de Valencia.
Los trabajadores relataron a Cronica.Uno que desde hace cinco años no reciben dotación de uniformes; en la actualidad acuden a su jornada laboral con botas de seguridad rotas, sin uniforme que los identifique como trabajadores del subterráneo, y los que no cuentan con calzado de seguridad deben trabajar con zapatos deportivos.
La mayoría de los afectados trabajan en el área de mantenimiento de los trenes. Aseguraron que con malestar ven a trabajadores de la alta gerencia con botas de seguridad nuevas y en buen estado, con uniformes que distinguen al personal de mantenimiento.
Usted puede ver un asesor jurídico con botas de seguridad nuevas, un gerente con camisas nuevas y pantalones que deberían ser para los trabajadores de mantenimiento”, contaron.
Explicaron que en el área de electromecánica y material rodante deben cumplir con medidas de seguridad; sienten que están arriesgando sus vidas al no contar con la indumentaria adecuada para resguardar la integridad física. Sostuvieron que han ocurrido varios accidentes laborales, entre ellos, el de un trabajador que no portaba botas de seguridad y el vehículo que arrastra los trenes le pasó por encima de los pies y casi le compromete los dedos.
En ese incidente y en otros que han ocurrido la empresa no se hizo responsable de los daños. No cuentan con botiquín de primeros auxilios ni ambulancia y tampoco con médico.
Relataron que en las fotos que envían al Ministerio de Transporte para avalar la gestión los trabajadores aparecen con uniformes, porque el equipo de prensa del subterráneo, para realizar las fotografías, les entrega chaleco y casco, y los hacen simular que están dotados con insumos, uniformes e implementos de trabajo.
Bonos inexistentes
En cuanto a los beneficios económicos, resaltaron que su salario mensual se ubica en tres dólares, cantidad que se hace insuficiente para sostener a sus familias. Muchos han tenido que realizar otras labores fuera del Metro de Valencia.
Desde noviembre de 2019 fue aprobado un bono de 100 dólares para los trabajadores públicos que estuvieran activos en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), sin embargo, hasta la fecha no lo han percibido.
Explicaron que la mayoría permanece inactivo en el IVSS.
Nosotros nos metemos en la página del Seguro Social y no aparecemos solventes. Entonces la presidencia de la empresa nos dice que hay un error en el Sistema Tiuna, pero la alta gerencia sí recibe el bono que lo pagan a través del Carnet de la Patria. De nuestro equipo de personal operativo, solo uno recibía el bono”, afirmó uno de los trabajadores que pidió resguardar su identidad.
También rechazaron que el beneficio de las bolsas de alimentación no se entregue a todo el personal. No cuentan con transporte que los traslade hasta sus puestos de trabajo.
Canibalización de trenes
El Metro de Valencia cuenta con ocho trenes, de los cuales siete permanecen activos, pero no en óptimas condiciones. Aseguraron que no han recibido repuestos nuevos para el mantenimiento de los trenes, por lo tanto, deben buscar entre los que no están operativos para ubicar piezas que con mantenimiento tengan nuevamente vida útil.
Según los manuales de operación, cada dos meses se debe realizar el mantenimiento de los vagones, pero los trabajadores afirmaron que no se hace porque no tienen insumos. Detallaron que el sistema subterráneo se mantiene activo porque no se está prestando atención al público, solo traslada desde hace 11 meses personal de salud priorizado.
Aseguraron que si la cuarentena por prevención de la COVID-19 se levanta, no podrán atender la demanda del público porque los trenes no pueden transportar sobrepeso, y tampoco hay personal operativo para abrir las nueve estaciones que conectan el sur de Valencia con la el norte de la capital carabobeña.
En el área de mecánica deben haber ocho trabajadores en dos turnos, en la actualidad solo permanecen activos tres mecánicos. Ellos son de vital importancia porque son los que se encargan de hacer reparaciones a los trenes.
Acoso laboral
De acuerdo con el relato de los operarios, la gerencia del Metro de Valencia persigue a los trabajadores. Un trabajador que decidió renunciar a su puesto de trabajo después de 14 años, aseguró que le realizaron cambios de horario para desmejorar su condición laboral, pertenecía al segundo turno, no le permitían utilizar las herramientas de trabajo.
No podía agarrar nada porque estaba tildado de saboteador y terrorista, decidí renunciar y perder mis años de servicio. Me gustaba trabajar en Metro de Valencia, era satisfactorio reparar la puerta de un tren, hacer funcionar las escaleras mecánicas, mi trabajo me apasionaba”, dijo el trabajador que laboraba en el área de electromecánica.
Denuncias sin respuestas
En enero de 2021 los trabajadores decidieron elevar sus denuncias ante el Ministerio de Transporte y Fontur. Fueron hasta Caracas para entregar el informe con pruebas de las irregularidades, sin embargo, hasta el momento no han recibido respuestas.
Los trabajadores temen que el Metro de Valencia llegue a un paro técnico por la falta de repuestos e insumos. Manifestaron que la presidenta del subterráneo carabobeño, Yoyemil Rodríguez, les ha informado que no reciben recursos desde el Ministerio de Transporte y alega que no puede dotarlos de uniformes porque se vencieron las contrataciones publicitarias que aportaban al menos las botas de seguridad.
Las exigencias de los trabajadores son claras: auditoría interna, dotación de uniformes, percibir los beneficios económicos y alimenticios sin discriminación y cese de la persecución laboral.
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