Vacuna de AstraZeneca: entre desconfianza mundial y demandas
La Organización Mundial de la Salud intenta detener la cadena de rechazo a la vacuna junto a la Agencia Europea del Medicamento
Los planes de la farmacéutica AstraZeneca con su vacuna se pintaban como un éxito. Su producción alcanzaría 100 millones de dosis al mes —cuando la mayoría de las vacunas tienen una producción de 100 millones al año— y eso llevaría a la compañía a un ritmo anual de 1200 millones de dosis. Sin embargo, los 15 casos de trombosis y 22 de embolia pulmonar entre sus 17 millones de inmunizados en la Unión Europea y Reino Unido tiñen de incertidumbre sus metas o eso parece.
Ya 11 países —España, Francia, Alemania, Italia Países Bajos, Irlanda, Dinamarca, Noruega, Islandia, Holanda y Venezuela— suspendieron el uso de la vacuna, hasta contar con información sólida sobre cómo afecta a los receptores.
La Organización Mundial de la Salud intenta detener la cadena de rechazo y alega que la administración puede continuar, mientras que la Agencia Europea del Medicamento se declara “convencida” sobre alcance de los beneficios de la vacuna en comparación con los efectos secundarios.
Países en desconfianza
Mientras las instituciones internacionales abogan por confianza en la vacuna de AstraZeneca, varios países están pensando en cómo abordar estas irregularidades. En el caso de España se determinó suspender su uso hasta finales de marzo, luego de una reunión de urgencia para tratar el asunto entre el Gobierno y las regiones. La misma disposición adoptó Francia, Alemania e Italia. Hasta ahora no hay anuncios sobre cambios en esta tendencia.
Austria, donde todo comenzó con la suspensión de lotes, luego de que tres personas sufrieran trombosis tras ser vacunadas con el preparado de AstraZeneca, y otra más muriera. Los tres habían recibido la vacuna del mismo lote.
Dinamarca tampoco divulga aún que retoma la vacunación. Su alegato es que la inyección está relegada debido a los “informes de casos graves de formación de coágulos sanguíneos en personas vacunadas con la vacuna COVID-19 de AstraZeneca», publicó el sitio web del Ministerio de Sanidad danés, citando también una investigación de la EMA, que contemplaría una muerte aún no aclarada en relación con una vacunación en ese país nórdico.
Escenario complejo
En un comunicado la empresa señala que los casos reportados “es menor de lo que se esperaría que ocurriera de manera natural en una población de ese tamaño».
Sin embargo, la ficha técnica de la vacuna arroja que “la vacuna debe administrarse con precaución en individuos que reciben tratamiento anticoagulante o aquellos que presenten trombocitopenia o alguna alteración de la coagulación (como la hemofilia), ya que podrían producirse hemorragias o hematomas tras la administración intramuscular en estas personas”.
Alemania no se arriesga. El país mantiene suspendida la vacunación por “razones jurídicas” considerando que el gobierno puede enfrentar demandas por daños si continua administrándola sin soportes o evidencias que apunten a un bajo riesgo, revela la agencia alemana DW.
En problemas legales
El laboratorio anglo sueco enfrenta otros problemas. Su nombre está en una batalla legal por el acuerdo firmado con Europa tras anunciar que la primera remesa de vacunas se reduciría en un 60 %.
Su incumplimiento por «motivos logísticos y de producción» no logran convencer a la Comisión Europea, que acusa al laboratorio de estar vendiendo dosis a terceros.
AstraZeneca, por su parte, apela al contenido del contrato para justificarse. En este se estableció el reparto de 300 millones de dosis de vacunas, para las cuales la Unión Europea ya habría pagado 336 millones de euros por adelantado pero el CEO de la empresa, Pascal Soriot, interpreta el papel y señala que “lo que se estableció en el contrato era muy claro. El compromiso fue hacer our best effort [nuestro mayor esfuerzo] pero muchas emociones en juego ahora mismo y la gente quiere la vacuna ya. Ahora. Hoy mismo y es un proceso complicado».
Desde entonces, la polémica no cesa. Las acusaciones en contra de la farmacéutica por supuestamente desviar su producción a otros países en busca de un mayor beneficio inundan las noticias.
Italia bloqueó la exportación a Australia de un cargamento de vacunas de AstraZeneca tras considerar «la escasez de vacunas en la Unión Europea (UE) e Italia, y los retrasos en los suministros». Se trataba de 250.000 dosis producidas en una planta en Italia.
Así el país se convirtió en el primero de la UE en utilizar la nueva regulación del bloque que permite detener exportaciones de los fármacos producidos en territorio comunitario si la compañía en cuestión no ha cumplido con sus obligaciones con la UE.
La vacuna
A diferencia de las vacunas de BioNTech/Pfizer y Moderna, la vacuna de AstraZeneca puede almacenarse a una temperatura desde dos hasta ocho grados Celsius durante al menos seis meses. Eso facilita que los médicos de atención primaria también puedan vacunar en sus consultorios.
Pero su mayor demanda mundial obedece a su costo. Una dosis de la vacuna de AstraZeneca cuesta unos 1,78 euros, mientras la de BioTech/Pfizer llega en Europa a los 12 euros. Además de ello, su eficacia ronda el 76 % en los ensayos clínicos tras la primera dosis. Cuando se administra una segunda dosis 12 semanas después de la primera, la eficacia aumenta al 82 %.
Su seguridad general se basa en un análisis intermedio de los datos combinados de cuatro ensayos clínicos realizados en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica. En el momento del análisis, 23745 participantes mayores de 18 años de edad aleatorizados recibieron la vacuna y de ellos, 12021 recibieron al menos una dosis y 8266 recibieron dos dosis. La mediana de la duración del seguimiento fue 62 días después de la dosis 2.
Las reacciones adversas notificadas de manera más frecuente fueron: sensibilidad en el lugar de la inyección (63,7 %), dolor en el lugar de la inyección (54,2 %), cefalea (52,6 %), fatiga (53,1 %), mialgia (44,0 %), malestar (44,2%), pirexia (incluye sensación de fiebre (33,6 %) y fiebre de 38°C (7,9 %), escalofríos (31,9 %), artralgia (26,4 %), y náuseas (21,9 %). La mayoría de estas reacciones fueron de intensidad leve a moderada.
Actúa en variantes
Un estudio de la vacuna de AstraZeneca contra la variante B117, publicado en el Reino Unido, encontró una eficacia similar a la del virus original. Los resultados del estudio muestran que la vacuna es un 75 % eficaz contra la variante británica mientras que la protección es significativamente menor contra la mutación B1351, —cepa africana— pero aún hay cifras exactas.
Lo positivo es que ninguno de los participantes en el ensayo de eficacia contra la variante sudafricana murió, enfermó gravemente o tuvo que ser hospitalizado.
Según el laboratorio AstraZeneca: «[La] actividad de los anticuerpos neutralizantes es equivalente a la de otras vacunas contra el COVID-19 que han mostrado ser activas contra enfermedades más graves, especialmente cuando el intervalo de dosificación se optimiza de 8 a 12 semanas».
Gabriela Moreno
Periodista venezolana residenciada en Chile. Egresada de la Universidad del Zulia. Experiencia como editora y productora de contenidos para medios impresos y digitales con énfasis en las fuentes de política e internacional.
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