Los caminos de Dios son impenetrables y ¡a veces los de Nuestra Señora también! ¿Quién hubiera pensado que un libro de dudosa doctrina sobre Fátima podría llevar al descubrimiento de la devoción al Inmaculado Corazón de María? La historia comienza en 2007. La lectura de un libro sobre el famoso “tercer secreto de Fátima” me hizo plantearme muchas preguntas sobre el mensaje de Fátima. Convencido de que el Cielo no podía dejar sin respuesta preguntas sobre un mensaje de nuestra Madre Celestial, comencé a buscar ¡y a acumular preguntas! Cuanto más leía, más se multiplicaban las preguntas… ¡Pero también aumentaba mi conocimiento de la devoción al Inmaculado Corazón de María! Luego hablé con varios sacerdotes amigos, confiándoles mis preguntas y el resultado inesperado de mi investigación. Ellos me animaron a publicar lo que había descubierto. Así, a finales de 2011, apareció un libro titulado “Misterios y verdades ocultas del tercer secreto de Fátima” (firmado con el seudónimo de Joseph de Belfont a petición de mi familia), un libro que, aunque tiene forma de investigación, es ante todo un recorrido que conduce a la devoción al Inmaculado Corazón de María. Pero la historia continúa. A finales de 2014, después de leer mi libro, un amigo me animó a organizar algo para el centenario de las apariciones. A finales de marzo de 2015, de repente, me di cuenta de que se acercaba el centenario de la primera aparición del ángel, que tuvo lugar en la primavera de 1915. Entonces, sin ninguna preparación real, el sábado 4 de abril, el primer sábado del mes del centenario, envié un proyecto a toda mi lista de direcciones de correo electrónico. Era un poco como una botella lanzada al mar. Dejé el proyecto totalmente en manos de la Santísima Virgen. Los frutos fueron inesperados. Se creó un sitio, www.fatima100.fr, con un boletín bimensual y luego mensual a partir de 2018. Poco a poco se fueron poniendo en marcha diversas iniciativas: consagraciones al Inmaculado Corazón de María, práctica de los primeros sábados de mes, Rosarios vivientes, etc. Todo esto con un equipo muy reducido y sin medios económicos. Los numerosos testimonios recibidos desde entonces demuestran que Nuestra Señora utilizó estas modestas acciones para llevar a muchos de nosotros hacia un mayor amor por ella y por su divino Hijo, a través de la devoción a su Inmaculado Corazón, como le había dicho a la pequeña Lucía el 13 de junio de 1917: “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te llevará a Dios”. |
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