La continuidad de Miguel Díaz-Canel
El gobernante ha continuado la tradición de establecer gobiernos paralelos a los conformados por los ministros del gabinete
LA HABANA, Cuba.- No hay una intervención pública del gobernante Miguel Díaz-Canel en la que no afloren los dos pilares en los que basa su gestión de gobierno: la continuidad y la unidad. En esta ocasión nos referiremos al primero de ellos.
Uno de los rasgos que definen su continuidad lo emparenta con esa tradición fundada por Fidel Castro, y que consiste en el establecimiento de gobiernos paralelos al conformado por el Consejo de Ministros de la nación.
Hay que recordar a partir del propio año 1959 al Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Comenzó como una institución para viabilizar la 1ra Ley de Reforma Agraria, y terminó convertido en un gobierno paralelo que le permitió a Fidel Castro burlar la resistencia de los elementos moderados que formaban aquel primer gabinete revolucionario.
Ya en la última etapa de su mandato, las ansias de poder ilimitado de Castro lo llevaron a conformar aquel llamado Equipo de Apoyo y Coordinación del Comandante en Jefe, que en la práctica le posibilitó gobernar auxiliado por un reducido grupo de personas, casi obviando a los ministros de su gabinete.
Ahora el señor Díaz-Canel retoma esa práctica de gobierno paralelo, y lo hace mediante el Secretariado del Partido Comunista, tan solo seis funcionarios elegidos en el recién finalizado VIII Congreso de esa organización. Para ello el benjamín del poder decidió deshacerse de la mayoría de los antiguos miembros de esa instancia de dirección. Despidió a Olga Lidia Tapia Iglesias, a Omar Ruiz Martín, a Jorge Cuevas Ramos y a Víctor Gaute. Únicamente José Ramón Monteagudo mantuvo su condición de miembro del Secretariado.
Pero veamos la distribución de funciones que Díaz-Canel ha realizado entre los integrantes del actual Secretariado. El mencionado Monteagudo es presentado como jefe del Departamento Agroalimentario, que atiende los ministerios de la Agricultura, la Industria Alimentaria y el grupo azucarero Azcuba.
Jorge Luis Broche Lorenzo es jefe del Departamento de Educación, Deportes y Ciencia. Ello implica la atención de los ministerios de Educación, Educación Superior, el INDER, y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Félix Duarte Ortega, como jefe del Departamento de Industria, Construcción, Turismo, Transporte y Servicios, atiende los ministerios de Industrias, de la Construcción, del Turismo, del Transporte y el MINCIN.
Joel Queipo es jefe del Departamento Económico, y como tal atiende los organismos globales, como el ministerio de Finanzas, el de Trabajo y Seguridad Social, el de Economía y Planificación, y también el de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
Los otros dos miembros del Secretariado son Roberto Morales Ojeda, el secretario de Organización del Partido, y Rogelio Polanco, el jefe del Departamento Ideológico.
Es fácil observar que prácticamente todos los sectores y ramas de la economía quedan bajo la atención y control de estos seis funcionarios. Ellos son los que pueden generar políticas y concebir estrategias. En cambio, a los ministros de esas ramas y sectores solo les queda la misión de distribuir y administrar los recursos que “de arriba” les hayan asignado.
En una reunión reciente del Secretariado, y tras quejarse de lo mal que le va a la agricultura en el país, Díaz-Canel afirmó que “el Partido tiene que dirigir, orientar, exigir y controlar que se cumpla lo que está establecido”.
Evidentemente, ese planteamiento de “dirigir” confirma que para Díaz-Canel el Partido no solo está para supervisar y controlar políticamente el trabajo de los ministerios, sino también para ser el protagonista de las acciones. Y para ello el mandatario cuenta con un gobierno paralelo y bien reducido: los seis miembros del Secretariado del Comité Central del Partido.
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