Protestas en Cuba: El principio del fin
El ensayista cubano Carlos Alberto Montaner analiza las diferencias entre el Maleconazo y las protestas iniciadas este domingo en la Isla.
MIAMI, Estados Unidos. – El analista y escritor cubano Carlos Alberto Montaner se refirió este martes a las protestas que acontecen en la Isla desde el domingo. En su habitual podcast, el ensayista cubano exiliado en Miami, aseguró que “las manifestaciones cubanas han estremecido a la dictadura, a la totalidad de la propia sociedad cubana y al resto del planeta”.
“Desde 1994 no había sucedido algo de ese estilo”, apunto el reconocido analista de temas políticos. “En ese año unos cuantos millares de cubanos se lanzaron a protestar en el Malecón de La Habana. (…) El general José Quevedo Pérez, que entonces estaba en Cuba y luego se exilió, me contó que Fidel reunió a su Estado Mayor entre los que él estaba y repartió fusiles con órdenes de que llegado el caso dispararan a matar. Pero no hizo falta. A las pocas horas se había restablecido la calma”.
Tras referirse brevemente al Maleconazo, la mayor manifestación de descontento popular ocurrida en Cuba antes del 11 de julio de 2021, Montaner abordó las diferencias entre ambos hechos.
Las protestas iniciadas el domingo tuvieron lugar “en toda Cuba y no en el Malecón”, señaló.
El primer punto que diferencia ambas manifestaciones es el papel de los dictadores Fidel y Raúl Castro.
“Fidel Castro optó por morirse a los 90 años en el 2016, tras 10 años fuera del poder, y Raúl Castro optó por retirarse también a los 90 años, hace unos meses. El que manda es Miguel Díaz-Canel, una persona que ni siquiera existía cuando Fidel entró triunfante en La Habana”, especificó.
“En segundo lugar, internet ni siquiera existía en 1994. La red fue muy importante en convocar a los cubanos a manifestarse. Aunque los levantamientos no estuvieron coordinados, hubo una fantástica espontaneidad”.
“En tercer lugar, es muy importante la pandemia, los hospitales inflados, la escasez de alimentos y agua potable, la falta de medicinas, el rabioso calor del verano cubano, los apagones de electricidad y la falta de esperanzas. Pero destaca eso: la falta de esperanzas”, sentenció.
Para Montaner los sistemas se sostienen “por la ilusión de que las cosas mejorarán, y mejorarán para todos. En Cuba eso no es posible. Hay que ser un subnormal profundo para creer después de 62 años que el sistema tiene algo que ofrecer. Sencillamente se acabó. Este no es el final, pero sí el comienzo del fin de la dictadura comunista cubana”, terminó el ensayista.
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