Hay que identificar esa ‘necesidad’, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
La pandemia ha sido un duro golpe para la economía mundial –y obviamente para la economía de cada país– y ahora con la aparición de la nueva variante ómicron los temores sobre el impacto que esta pueda tener en la actividad productiva se vuelven a avivar.
Sin embargo, esto no debería frenar los proyectos de las compañías, como el lanzamiento de nuevos productos, o que personas que se han planteado emprender un negocio para ganar autonomía y flexibilidad lo dejen de hacer. Claro, siempre hay que tener en mente que crear una empresa, sea cual sea el sector, no es tarea fácil y menos en esta época.
De hecho, a lo largo de estos casi dos años desde la aparición del covid-19 hemos visto como, pese a las dificultades, grandes y pequeñas compañías han emergido y aprendido a reinventarse e innovar en su cartera de productos y servicios. También hemos notado el surgimiento de distintos emprendimientos, apalancados en las redes sociales y el Internet.
A pesar de la crisis ocasionada por la pandemia, el mercado continúa ofreciendo oportunidades de negocio. Solo que hay que tener más cautela y, sobre todo, planificación. Existen ciertas condiciones que si se toman en cuenta podrían asegurar el éxito. Por ejemplo, para apostar por el lanzamiento de productos o servicios en esta “nueva normalidad” se deben considerar ciertas variables como la salud, los nuevos hábitos e intereses de los consumidores y la virtualidad, dado el gran auge que ha tenido el comercio electrónico.
En cuanto a la puesta en marcha de nuevos negocios, además de tomar en cuenta lo anterior, la formación es cada vez más importante para los emprendedores, sobre todo si no se cuenta con la experiencia suficiente para desarrollar un proyecto sólido y con visos de mantenerse durante mucho tiempo. El objetivo es desmarcarse de la competencia y evitar ser parte de las estadísticas mundiales según las cuales una de cada cinco compañías que se crean cierra antes de cumplir los tres años.
Así que el punto de arranque es estudiar el mercado, los competidores y el estado y viabilidad del proyecto. Esto se hace definiendo detalladamente las debilidades y fortalezas de la idea de negocios frente a las de la competencia; así como también las amenazas y las oportunidades del mercado en el que vaya a entrar.
Una vez que se tenga esto claro es fundamental contar con un plan estratégico de lanzamiento del producto, que permitirá reaccionar ante una situación de éxito, o de fracaso, y saber gestionar los pasos a dar en cada circunstancia.
Ahora, lo anterior es simplemente un esbozo de algunos de los aspectos que se recomienda tener en cuenta al momento de emprender o presentar un producto o servicio en el mercado. Pero sirve como punto de partida para buscar convertir -sin ánimo de sonar trillado- circunstancias en oportunidades.
Estamos viviendo una nueva realidad, somos un mundo antes y otro después del covid-19. Y, ante ello, hay que identificar esa ´necesidad´ que otros no han visto. Aquí doy una pista: cada vez hay más consumidores digitales y se disponen de varias herramientas tecnológicas, como las redes sociales, para desarrollar las ideas de negocio y crecer.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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