José Gregorio Contreras: Una propuesta política
Pocos pueden dudar hoy que los conflictos entre los sectores de la oposición representada por María Corina Machado y el G4, vienen dados por el fracaso que ha manifestado en su desenvolvimiento el G4 al participar en falsas electorales, falsos diálogos, alacranato, entre otros. Acciones rechazadas por el pueblo democrático venezolano, y dicho sea de paso, en honor a la verdad, a las que se ha opuesto públicamente ella en reiteradas oportunidades, y de allí su llamado a la renovación del liderazgo para que sea el ciudadano quien escoja la OPOSICIÓN que nos debe representar en la búsqueda de la salida a esta desgracia.
Los costos a ese desempeño han sido muy elevados en términos humanos, una emigración de millones de venezolanos huyendo del país en busca de mejores condiciones de vida y frustrados ante esas acciones; discriminación, opresión y violación de los derechos civiles y políticos, es lo que han tenido que soportar los ciudadanos venezolanos durante más de dos décadas.
Ante esta situación, no es exagerado afirmar que esa “oposición” ha venido de manera sistemática, continuada, reiterada cometiendo los mismos errores, y no podrán tener como excusa que no se les ha alertado y criticado, y su respuesta ha sido persistir en el error. Se han negado a aceptar la realidad, error imperdonable en la política, salvo que sean otro los motivos, y si es así, peor aún.
Sin duda alguna el reconocimiento al fracaso de esa oposición representada en el G4, es un clamor en toda Venezuela. La preocupación y angustia que viven los venezolanos por la permanencia de un régimen que cada vez hace más difícil la convivencia de los venezolanos, obliga a la búsqueda de una OPOSICIÓN seria, que brinde una alternativa a esta desgracia.
En palabras de nuestro maestro Manuel García Pelayo, podemos afirmar que el principal problema de esa “oposición” ha sido no encuadrar políticamente la pluralidad social (hombres y grupos) que se han opuesto a la forma como ellos han actuado frente al régimen, para convertirlos en una unidad de poder dotada de determinada estructura y en situación de oponerse al régimen que enfrentamos. De allí que la propuesta de renovación de liderazgo por parte de los ciudadanos venezolanos cobre vital importancia, pues como lo reitera el maestro antes citado: “La integración, bien con la posibilidad de oposición a otros grupos y con la de su propia escisión, es, pues, un concepto central de la política.”.
De allí que el planteamiento de María Corina Machado debe ser asumido, sin mezquindad alguna, como el papel que debe jugar un político en la sociedad en la que se desenvuelve: saber leer y entender los signos de los tiempos. Debemos aprovechar esta propuesta como una posibilidad para construir el símbolo, esa “imagen” que no ha podido construir la oposición venezolana, y la cual debe tener un carácter de llamada y estímulo de plenitud a la sociedad venezolana para una reacción total a este estado de cosas. Esto supone entender el pensamiento y sentimiento de nuestra gente, sus sentidos y sus intuiciones, necesarias todas para construir este nuevo símbolo de la OPOSICIÓN, y que debe ser un portador de significaciones para el ingente papel que le toca jugar a esta en los momentos oscuros que vive nuestro país.
La política debe ser entendida como una forma de actividad y praxis humana, estrechamente relacionada con el poder, de allí que sus fines son tantos como metas un grupo organizado se propone, según el tiempo y las circunstancias, dentro de este criterio es que se debe justificar y valorar la propuesta de renovación de liderazgo.
Quien no quiera detenerse en la inconmensurabilidad de esta propuesta y desee tratar de comprender la razón que la justifica, la respuesta es la siguiente: priva en el liderazgo opositor representado por María Corina Machado, la ética de la responsabilidad, la que suele emplearse para juzgar acciones de grupo o, en todo caso, realizadas por un individuo en nombre o por cuenta del grupo propio, ya se trate del pueblo, la nación, la clase, el partido, etc.
Termino dejando claro que cuando planteo los argumentos dados aquí a favor de la propuesta de renovación de liderazgo, hablo conscientemente de “justificación”, y no de entrar en valoraciones morales. El planteamiento está hecho desde la concepción de Maquiavelo quien sostiene que el buen político debe conocer bien las artes del león y de la zorra. Ahora bien, como de símbolo se trata, el león y la zorra son los símbolos de la fuerza y de la astucia. En mi opinión, la propuesta constituye la posibilidad de la construcción de una OPOSICIÓN que dé respuestas claras y viabilice una salida a la desgracia que vive el país.
LA PATILLA
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