La primera ciudadana santa de los Estados Unidos, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Elizabeth Ann Seton, conocida como la madre Seton, es una de las piedras angulares de la Iglesia Católica de los Estados Unidos. Nació el 28 de agosto de 1774, dos años antes de la declaración de la Independencia, pertenecía a la alta sociedad de Nueva York y sus padres eran episcopalianos. En su familia aprendió el valor de la oración, de las sagradas escrituras, hacer examen de conciencia nocturno, así como amar y servir a los demás.
La muerte de su madre cuando tenía 3 años y al año siguiente la de su hermanita, le dieron a Elizabeth una idea de la eternidad y la temporalidad de la vida peregrina en la tierra, enfrentaba cada nueva dificultad o cada perdida, como ella misma decía, con esperanzada alegría.
A los 19 años Elizabeth era una joven muy bella de Nueva York y se casó con un joven rico que era hombre de negocios llamado William Magee Seton, tuvieron 5 hijos antes de que su negocio fracasara y él muriera de tuberculosis en Italia a dónde habían ido a buscar soluciones para la salud de William. A los 30 años Elizabeth quedaba viuda, sin un centavo y con 5 niños pequeños que mantener.
Mientras estaba en Italia con su esposo moribundo, Elizabeth fue testigo del catolicismo en acción a través de amigos de la familia; tres puntos básicos la llevaron a convertirse en católica: la creencia en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la devoción a la Santísima Madre y la convicción de que la Iglesia Católica la condujo a Cristo.
Elizabeth regresó a los Estados Unidos e ingresó a la Iglesia Católica en 1805 en Nueva York, pero por convertirse en católica muchos de sus familiares y amigos la rechazaron. Después de varios años difíciles, se mudó en 1809 a Emmitsburg en Maryland con sus cinco hijos y allí trabajó para mantenerlos.
Convencida de la importancia de la educación, comenzó la Academia de San José, abrió la primera escuela parroquial en Estados Unidos y estableció el primer orfanato católico estadounidense. Además, fundó las Hermanas de la Caridad de San José, basándose en las reglas comunes de las Hijas de la Caridad que habían sido fundadas en 1633 en Francia por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac; esta fue la primera comunidad para mujeres religiosas establecida en los Estados Unidos. Su legado ahora incluye congregaciones religiosas en los Estados Unidos y Canadá que trabajan a favor de las personas necesitadas.
Las más de mil cartas que escribió la madre Seton, revelan el desarrollo de su vida espiritual, desde la bondad ordinaria hasta la santidad heroica. Elizabeth Ann Seton no tuvo dones extraordinarios no era mística ni estigmatizada, no profetizó ni habló en lenguas, pero si tenía tres grandes devociones: el abandono a la voluntad de Dios, un amor ardiente por el Santísimo Sacramento y la devoción al Santo Rosario.
Sufrió enfermedades, la incomprensión, la muerte sus seres queridos, su esposo, dos hijas pequeñas y el dolor de un hijo descarriado. Murió el 4 de enero de 1821 a los 46 años y se convirtió en la primera ciudadana nacida en Estados Unidos en ser canonizada como Santa por su vida de entrega a Dios, convencida de que con Dios ¡siempre ganamos!
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