El Gobierno argentino avaló el autoritarismo en la Celac, por Sandra Choroszczucha
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Tras la VII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada hace apenas días en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, muchos argentinos quedaron cautivados ante la figura del presidente de Uruguay.
En la cumbre, Luis Lacalle Pou simplemente destacó el valor que representa la pluralidad de las diversas naciones en una comunidad de Estados latinoamericanos y manifestó la incomodidad frente a la presencia de naciones que no representan Gobiernos democráticos. El presidente uruguayo manifestó: «He escuchado discursos que comparto totalmente, otros que comparto la mitad, y otros que no comparto casi nada, pero entiendo que nuestras naciones se tienen que vincular (…). Todos los países que estamos acá condenamos las acciones contra la democracia de Brasil».
Sin embargo, prosiguió, pero esta vez haciendo referencia a la presencia de dirigentes políticos de los Gobiernos cubano, nicaragüense y venezolano: «Hay países acá que no respetan la democracia, los derechos humanos ni las instituciones (…) no puede haber aquí un club de amigos ideológicos».
El presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez, también se pronunció muy enfáticamente en la cumbre con respecto a la tolerancia o al apoyo que naciones de la región están demostrando frente a la violación de derechos humanos. Así, el mandatario paraguayo afirmó: «No podemos mirar a otro lado cuando siete millones de venezolanos han abandonado sus hogares pidiendo refugio (…) la democracia no culmina en las elecciones», y continuó: «Así como nos preocupan los hechos ocurridos en Perú y en Brasil, también nos preocupa el éxodo masivo que vemos en Venezuela».
En esta cumbre se esperaban 33 mandatarios, y entre estos fueron invitados por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, los tres dictadores que presiden Cuba, Nicaragua y Venezuela. En los tres países se hacen amenazas, torturas, detenciones forzosas, asesinatos, ataques a opositores políticos, censuras a medios de comunicación críticos y ataques a personas que se expresan en contra de las ideas del régimen. Además, estos regímenes han intervenido la justicia y el poder legislativo mientras proliferan —en las altas esferas del poder político— tramas de corrupción que revelan la inclusión de dirigentes políticos ricos, quienes contrastan con una sociedad extremadamente pobre que vive en la miseria.
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De los tres presidentes autoritarios que fueron invitados, solo Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, asistió a la cumbre, mientras que el nicaragüense y el venezolano se hicieron presentes a través de sus respectivos cancilleres, Denis Moncada, por Nicaragua, e Yván Gil, por Venezuela. Nicolás Maduro, por su parte, agradeció la «cordial invitación del presidente argentino», quien en una entrevista para el diario brasileño Folha de Sao Paulo destacó que Maduro estaba «más que invitado».
Sin embargo, Maduro decidió no concurrir a la cumbre, debido a la amenaza de poder ser arrestado, ya que sobre él pesa un pedido de captura por su participación en el Cártel de los Soles. Su ausencia fue celebrada por muchos en las calles, en los medios y en las redes sociales, sin embargo, su canciller sí fue. Así, aunque Maduro no haya ido a la Argentina, representantes de estas tres naciones sí asistieron al foro de la Celac.
En medio de esta nueva «ola rosa» en la región, la relegitimación de algunos presidentes respecto a los regímenes de estos tres países estuvo presente en el foro latinoamericano tras el silencio absoluto de algunos mandatarios. ¿Complicidad o estrategia neutralista de «no me meto aunque se trate de la defensa de los derechos humanos»?
Tal vez el caso de mayor impacto fue el del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, un mandatario que fue víctima, hace apenas días, de un intento de golpe de Estado por parte de un grupo numeroso de lunáticos bolsonaristas. No obstante, Lula no se pronunció contra la violación de los derechos humanos en las naciones mencionadas, se abrazó unas cuantas veces con Alberto Fernández, viajó a Uruguay y supo mantener un diálogo supercordial con Lacalle Pou en ese país.
Además de los presidentes uruguayo y paraguayo, otros mandatarios se pronunciaron en contra de la violación de los derechos humanos. Tal fue el caso de Gustavo Petro, presidente de Colombia, que al respecto manifestó: «¿Por qué no fortalecemos el sistema interamericano de derechos humanos? Pues, es el momento de que el sistema interamericano permita que aquí haya un pacto democrático en el que las derechas y las izquierdas no crean que, cuando llegan al poder, es para eliminar a su contrincante físicamente (…). Si llegamos al poder desde las izquierdas, no es para encarcelar (a las) derechas. En América Latina no tiene que haber un solo preso político…».
Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, afirmó: «…hay quienes nos dicen que el valor de la democracia podría ser juzgado de acuerdo a las circunstancias y de paso, de tanto en tanto, relativizan la defensa de los derechos humanos y los valores que ellos representan».
Boric, además, agregó: «Esta actitud, desgraciadamente, la hemos visto a lo largo de todo el espectro político (…) los derechos humanos son avances civilizatorios que deben ser respetados independientemente del signo político de quien gobierna, y su vulneración debe ser condenada sin importar si el que los vulnera es de mi color político o de otro».
Mientras tanto, Fernández, presidente anfitrión de la cumbre, pedía en el cierre del foro internacional que se levantaran los bloqueos a Cuba y a Venezuela: «Debemos trabajar todos unidos para que los bloqueos se terminen en este continente. Tenemos dos países bloqueados y eso es imperdonable». El presidente Boric también pidió que se terminaran los bloqueos que pesan sobre ambas naciones.
Cabe destacar que Cuba y Venezuela comercializan con varias naciones del mundo; de hecho, actualmente, debido al levantamiento selectivo de las sanciones contra Venezuela, la empresa petrolera estadounidense, Chevron, comercializa con la nación bolivariana y en enero de este año ya han llegado los primeros envíos de crudo venezolano a las costas de Texas, Estados Unidos.
No existen tales bloqueos, existen sanciones aplicadas por diferentes países a los Gobiernos mencionados o contra ciertos funcionarios que gobiernan estas naciones. Y sí existe la violación contra los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sandra Choroszczucha es politóloga y profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Magíster en Historia Económica, por la misma universidad. Columnista en medios argentinos como La Nación, Perfil, El Economista, entre otros. www.sandrach.com.ar
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