1 MINUTO CON MARÍA

 

1 de marzo – Italia: Nuestra Señora de Machaby (1800) – Francia: 12ª aparición en Lourdes (1858)

© Havang(nl), CC0, via Wikimedia Commons.

Su mirada purificaba, su silencio elevaba, su sonrisa instruía… Aquí, el mismo Jesús le habla a María Valtorta(1): «María ha atraído a millones de criaturas por medio de sus dulces atributos. Ella evangelizó antes que yo con su silencio reservado y su sonrisa indescriptible. Le bastaba aparecer para que se calmaran las palabras agrias o impuras, para que se calmara el rencor y el dolor. Su mirada purificaba, su silencio elevaba, su sonrisa instruía. Nazaret permaneció fragante mucho tiempo después de su partida. La Iglesia naciente se consolidó en virtud de su silencio y de su sonrisa que hablaba más que las palabras, pues en ellas resplandecía el rostro de Dios y la verdad de su misión. Sólo os pido que miréis e imitéis a mi Madre, que también es vuestra Madre. Creced en belleza espiritual para asemejaros a ella, aprended de ella el silencio con que habla a Dios y de Dios, y la sonrisa que enseña la fe, la generosidad, la caridad. Mirad siempre a mi dulce Madre para verla claramente en la hora de la muerte. El que muere en María posee inmediatamente a Jesús. Contemplen a María y reciban mi paz: no se necesita nada más para ser felices». Jesús a María Valtorta en los Cuadernos, 8 de septiembre de 1943. (1) Maria Valtorta (1897-1961) es una vidente cristiana que escribió 122 cuadernos, es decir, cerca de 15,000 páginas manuscritas, con la descripción de visiones y revelaciones recibidas especialmente entre 1943 y 1951. Su obra principal es "El Poema de 'El Hombre-Dios', publicado en 10 volúmenes en francés, bajo el título de El Evangelio tal como me fue revelado, cuya publicación animó Pío XII ("Publíquenlo, quien lea comprenderá"), pero sus obras fueron excluidas por un tiempo, luego la censura fue suspendida. La Iglesia aún no se ha pronunciado oficialmente sobre ellas, pero los Siervos de María difunden sus escritos. María Valtorta está enterrada en una capilla de la Basílica de Florencia.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.