Jesús invita a salir fuera, por María García de Fleury
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La historia de la resurrección de Lázaro es muy conmovedora porque muestra el amor profundo que Jesús sentía por esa pequeña familia. Es la narrativa más larga en el evangelio de San Juan aparte de la Pasión y es el culmen de los signos narrados en la primera parte del evangelio.
Este último milagro escrito únicamente por San Juan precede a la decisión del sanedrín de matar a Jesús, hoy se habla de Jesús como la resurrección y la vida y Lázaro es el signo.
María y su hermana Marta eran hermanas con personalidades distintas: Marta dominante activa, María se sienta y en este caso se postra a los pies del señor sin embargo, las dos creen que Jesús es el Cristo y que incluso después de la muerte lo que él le pide a Dios se lo concederá.
Muchas veces Jesús recuerda que si tenemos fe nada es imposible, la fe de Marta es indomable a pesar de saber que la tumba contenía el cuerpo en descomposición de su hermano todavía podía recapitular las palabras «maestro aún ahora sé que Dios te dará lo que le pidas realmente creo que todo es posible para aquel cree, tú lo crees»
Cuando estoy encerrado en la desesperanza concédeme señor que yo pueda oír la voz de Jesús como lo hizo Lázaro, señor déjame oír aquellas benditas palabras cuando Jesús se dirige a Dios como Abba una palabra aramea que demuestra una gran intimidad entre padre e hijo la palabra abba no había sido utilizada anteriormente en las fuentes judías contemporáneas para dirigirse a Dios
El evangelio nos dice que Jesús levantando los ojos y las manos hacia el cielo dijo «te doy gracias señor porque me has escuchado yo sé que siempre me escuchas» y, de inmediato ante la tumba de Lázaro dijo con voz muy fuerte «desatento, déjenlo ir».
Y mi pregunta es ¿señor te oigo cuando me preguntas lo mismo?, creo que Jesús es la resurrección y la vida en el largo plazo nada es más importante que mi respuesta a esto señor. No puedo captar tus palabras ni en mi imaginación pero ayúdame en mi incredulidad.
A nosotros Jesús también nos está diciendo sal del sepulcro de las rutinas, sal de la desesperación, sal de la tristeza, sal del miedo, de la violencia, del miedo de la soledad, de la tumba del vicio, y colócate en el país de la vida sal fuera. Jesús ha venido para para desatarte de tus ataduras de la muerte y del pecado, sal fuera porque Jesús ha venido para que tengas vida en abundancia hoy mañana y siempre.
Sal fuera sin miedo y sé testigo de la vida en medio de tus hermanos. Si todos saliéramos de nuestras tumbas de nuestros aislamientos de nuestra indiferencia y camináramos juntos en el señor seríamos una gran luz y fuente de vida para todos.
Sal fuera, vive una vida de resucitados participa en la misa aprovecha hoy domingo y visita a Jesús en la iglesia porque él es el amigo que nunca falla. El domingo es un buen día para visitar a este amigo y descansar en él y para traerle el peso de nuestras vidas y para hacer una oración por nuestros seres queridos con tantos problemas que nos ahoga: un hijo que está preocupándonos, una enfermedad que está matándonos, un trabajo que esclaviza, un vicio que domina, un matrimonio que no funciona, una fe que se apaga, necesitamos estar con Jesús para que él nos resucite porque él es Dios.
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