Ironías del destino: ¿La obra de Borges va a manos del Estado?
El abogado de la viuda del escritor ahora dice que no hay testamento y se abre un interrogante
El boom libertario y la irrupción de Javier Milei pusieron de moda el pensamiento «anarcocapitalista«. Algo que estaba solamente presente en el pequeño microclima liberal, donde era asunto de discusión y debate, ya que ni siquiera era la corriente mayoritaria en los pequeños círculos intelectuales y académicos. Sin embargo, más allá de los autores vinculados al ámbito de la economía, el más prestigioso autor argentino hace muchos años había dejado claro que su visión del mundo era absolutamente compatible con esta concepción.
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Cuando le preguntaron a Jorge Luis Borges sobre cuestiones políticas, y las diferencias ideológicas con sus jóvenes lectores, el escritor señaló que se consideraba «un modesto anarquista». En aquella oportunidad, el autor señaló que creía «en el individuo» y «no en el Estado». Sin embargo, las vueltas de la vida, podrían terminar depositando la genial obra de Borges, justamente en manos del Estado. Más precisamente, de la municipalidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El genial autor argentino murió en Ginebra en 1986, pero poco antes había contraído matrimonio con María Kodama, a la que nombró como heredera universal de su trabajo. La viuda, que creó la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, fue muy cuidadosa de este legado durante todos estos años. Incluso ha litigado contra escritores que pretendían alterar las obras originales. La semana pasada, a los 86 años, la misma edad de Borges al momento de su muerte, Kodama falleció en Buenos Aires. A partir de ese momento, todo el misterio comenzó a girar alrededor del testamento que develaría el destino de los próximos guardianes de tantas obras clásicas, que recién pasarán a ser dominio público en 2056.
«Esta semana debería conocerse el testamento y revelarse lo que dejó establecido al respecto. Estamos esperando que aparezca el documento”, señaló a la prensa argentina Fernando Soto, abogado de Kodama. Los primeros trascendidos periodísticos indicaban que la obra de Borges pasaría a manos de dos prestigiosas universidades. Una de Japón y otra de los Estados Unidos. Incluso se comentó que no se confirmarían por ahora los nombres de las instituciones, para que los medios internacionales no comiencen a hostigar a dichas casas de estudio.
La idea de «exportar» la guarda del legado del autor tendría que ver con la vigencia de las polémicas de índole política en Argentina, que siempre giraron alrededor del autor antiperonista. Cabe recordar que, por estas cuestiones, a Borges se le negó el Premio Nobel por más de tres décadas, donde era siempre candidato. Murió sin recibirlo, considerándose esto una de las más grandes injusticias del galardón internacional.
En un giro inesperado, el abogado Soto señaló en las últimas horas que el testamento de Kodama no apareció y que es probable que no exista. Aunque todavía falta descartar una eventual novedad en dos propiedades de la viuda de Borges, Soto ya anticipo que es probable que el próximo dueño del legado del autor sea el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mientras tanto, hasta que culmine el período legal de la búsqueda de herederos, los objetos físicos y manuscritos de Borges permanecerán bajo la guardia del estatal Banco Ciudad.
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